Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

martes, 18 de febrero de 2014

A 242 días del centenario de la Alianza de Amor

La plática del 18 de Octubre 1914  funda una Alianza con la Virgen María, Madre y Reina tres veces Admirable de Sch, vinculada a un lugar. Esto
constituye el alma del Movimiento.


San Pedro, después de haber contemplado la gloria de Dios en el Tabor, exclamó arrebatado: “¡Qué bien estamos aquí! ¡Hagamos aquí tres tiendas!”. Una y otra vez vienen a mi mente estas palabras y me he preguntado ya muy a menudo: ¿Acaso no sería posible que la Capillita de nuestra Congregación al mismo tiempo llegue a ser nuestro Tabor, donde se manifieste la gloria de María? Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, que reparta sus tesoros y obre milagros de gracia. Sospecharán lo que pretendo: quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación, en un lugar de gracia, para nuestra casa y toda la Provincia alemana y quizás más allá. Todos los que acudan acá para orar deben experimentar la gloria de María y confesar:

¡Qué bien estamos aquí! ¡Establezcamos aquí nuestra tienda! ¡Este es nuestro rincón predilecto! Un pensamiento audaz, casi demasiado audaz para el público, pero no demasiado audaz para ustedes. ¡Cuántas veces en la historia del mundo ha sido lo pequeño e insignificante el origen de lo grande, de lo más grande! ¿Por qué no podría suceder también lo mismo con nosotros? Quien conoce el pasado de nuestra Congregación no tendrá dificultades en creer que la Divina Providencia tiene designios especiales respecto a ella.

(Extracto de la platica de octubre de 1914, siervo de Dios P. José Kentenich)








Una alianza de amor original
Texto del Padre Fundador


Así pues surgió la gran idea: Que la Santísima Virgen se establezca en este Santuario como educadora. Se trata no sólo de educarnos a nosotros mismos bajo la protección de la Santísima Virgen, tal como se dice en el Acta de Prefundación, sino que ella habite en medio de nosotros y tome en sus manos nuestra educación y la educación de todos los que se entreguen a ella junto a nosotros. Ella es la que quiere impulsar nuestra autoeducación y generar un movimiento de renovación y educación, amplio y articulado cabalmente. Ella lo guiará haciéndolo fecundo. La Santísima Virgen desplegará esa labor desde aquí, siempre.

Para motivarla a llevar adelante tal actividad, le ofrecemos nuestros méritos en una forma que va desde las contribuciones al Capital de Gracias hasta el Poder en Blanco, la Inscriptio y la consagración de José Engling; por último nos entregamos a ella misma con todo lo que somos y tenemos. A cambio esperamos de ella que se manifieste aquí efectivamente como la gran educadora, guiándonos hacia la cumbre de la santidad y de una vida de apostolado fecundo.  He aquí la forma fundamental y original de la alianza de amor schoenstattiana que más tarde, y en virtud de las leyes de la puerta abierta y de la resultante creadora, habría de redundar en una visión schoenstattiana del futuro.



(De una carta del Padre Kentenich al Padre Alex Menningen, titulada “Carta del 20” [20 de agosto de 1954]) 






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