lunes, 31 de diciembre de 2012

Homilia padre José Manuel Lopez, Santuario Cenaculo de Bellavista Domingo de la Sagrada Familia de Jesús, ,María y José



La homilia completa del P. José Manuel Lopez, en la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José



Tu Santuario es nuestro Nazaret,191
donde el Sol de Cristo irradia su calor.

Con su luz clara y transparente192
da forma a la historia
de la Sagrada familia;
y, en la venturosa unión familiar,
suscita una santidad cotidiana
fuerte y silenciosa.

Para bendición de tiempos desarraigados,193
en este Nazaret
Dios trae Salvación a las familias;
allí donde los hombre se consagran a Schoenstatt,
el quiere regalar con clemencia
santidad de la vida diaria.
                                                     (Hacia el Padre P. J.Kentenich)

Eucologías,Rubricas y la liturgia de la Palabra, Domingo de la Sagrada Familia. 30 de diciembre 2012


Ordo missa domingo 30 De Diciembre Sagrada Familia De Jesús, María Y José (F)

Color litúrgico  Blanco.

RITOS INICIALES-RITUS INITIALES
RITI DI INTRODUZIONE
INTROITUS
ANTÍFONA DE ENTRADA
ANTIFONA D’INGRESSO 



Cfr. Lc 2, 16
Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre.

Venérunt pastóres festinántes, et invenérunt Maríam et Ioseph et Infántem pósitum in præsépio.

I pastori si avviarono in fretta e trovarono Maria e Giuseppe,e il Bambino deposto nella mangiatoia.

Reunido el pueblo, el sacerdote con los ministros va al altar, mientras se entona el can­to de entrada.
Cuando llega al altar, el sacerdote con los ministros hace la debida reverencia, besa el altar y, si se juzga oportuno, lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Amen.
Nel nome del Padre del Figlio e dello Spirito Santo.
Amen.
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
SALUDO
SALUTATIO
SALUTO DEL CELEBRANTE

El Señor esté con vosotros
Dominus vobiscum.
Il Signore sia con voi.

Respuesta
Y con tu espíritu.
Et cum spiritu tuo.
E con il tuo spirito.


ACTO PENITENCIAL
Actus Pænitentialis
ATTO PENITENZIALE

Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.

Christe, eleison.
Christe, eleison.

Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.


Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad

Signore, pietà.
Signore, pietà.

Cristo, pietà.
Cristo, pietà.

Signore, pietà.
Signore, pietà.

Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende nuestra súplica
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.

Glória in excélsis Deo
et in terra pax homínibus bonae voluntátis.
Laudámus te,
benedícimus te,
adorámus te,
glorificámus te,
grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam,
Dómine Deus, Rex caeléstis,
Deus Pater omnípotens.
Dómine Fili unigénite, Iesu Christe,
Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris,
qui tollis peccáta mundi, miserére nobis;
qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram.
Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis.
Quóniam tu solus Sanctus, tu solus Dóminus,
tu solus Altíssimus,
Iesu Christe, cum Sancto Spíritu: in glória Dei Patris.
Amen.

GLORIA A DIO
Gloria a Dio nell'alto dei cieli
e pace in terra agli uomini di buona volontà.
Noi ti lodiamo, ti benediciamo,
ti adoriamo, ti glorifichiamo,
ti rendiamo grazie per la tua gloria immensa,
Signore Dio, Re del cielo, Dio Padre onnipotente.
Signore, Figlio unigenito, Gesù Cristo,
Signore Dio, Agnello di Dio, Figlio del Padre;
tu che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi;
tu che togli i peccati del mondo, accogli la nostra supplica;
tu che siedi alla destra del Padre, abbi pietà di noi.
Perché tu solo il Santo, tu solo il Signore, tu solo l'Altissimo:
Gesù Cristo, con lo Spirito Santo
nella gloria di Dio Padre.
Amen.
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos juntas dice:
Oremos.
Preghiamo
Y todos junto con el sacerdote rezan en silencio durante unos instantes. Luego el sacerdote con las manos extendidas pronuncia la oración colecta. Cuando ésta finaliza el pueblo aclama: Amen

ORACIÓN COLECTA
ORATIO COLLECTA
COLLETTA
S: Oremus
Dios y Padre nuestro, que en la Sagrada Familia nos ofreces un ver­dadero modelo de vida, concédenos que, imitando en nuestros hogares las mismas virtudes y unidos por el amor, podamos llegar, todos juntos, a gozar de los premios eternos en la casa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Deus, qui præclára nobis sanctæ Famíliæ dignátus es exémpla præbére, concéde propítius, ut, domésticis virtútibus caritatísque vínculis illam sectántes, in lætítia domus tuæ præmiis fruámur ætérnis. Per Dóminum.

O Dio, nostro Padre, che nella santa Famiglia ci hai dato un vero modello di vita, fa' che nelle nostre famiglie fioriscano le stesse virtù e lo stesso amore, perché, riuniti insieme nella tua casa, possiamo godere la gioia senza fine. Per il nostro Signore Gesù Cristo, tuo Figlio, che è Dio, e vive e regna con te, nell'unità dello Spirito Santo, per tutti i secoli dei secoli. 


LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA VERBI
LITURGIA DELLA PAROLA

El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo pone en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el evangelio, inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios  todopoderoso, para  que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio

Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra libertad.
O bien:
Tu palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien preside, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo en secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:

PRIMERA LECTURA
LECTIO PRIMA
PRIMA LECTURA
1Sam 1, 20-22. 24-28
Lectura del primer libro de Samuel.

En aquellos días, Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: «Se lo he pedido al Señor». El marido, Elcaná, subió con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio anual y cum­plir su voto. Pero Ana no subió, porque dijo a su marido: «No iré hasta que el niño deje de mamar. Entonces lo llevaré y él se presentará delante del Señor y se quedará allí para siempre». Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una mediada de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí. Ella dijo: «Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y Él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a Él: para toda su vida queda cedido al Señor». Después se postraron delante del Señor.
Verbum Dòmini. Deo gratias.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Parola di Dio. Rendiamo grazie a Dio.


SALMO RESPONSORIAL.
PSALMUS RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Sal 83, 2-3. 5-6. 9-10
R. ¡Señor, felices los que habitan en tu Casa!
¡Qué amable es tu Morada, Señor del Universo! Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente.
R.
¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! ¡Felices los que en­cuentran su fuerza en ti, al emprender la peregrinación!
R.
Señor del universo, oye mi plegaria, escucha, Dios de Jacob; protege, Dios, a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido.
R.

SEGUNDA LECTURA
LECTIO SECUNDA
SECONDA LETTURA
1Jn 3, 1-2. 21-24
Lectura de la primera carta de san Juan.

Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos real­mente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se mani­fieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y Él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumpli­mos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es éste: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Verbum Dòmini. Deo gratias
Parola di Dio Rendiamo grazie a Dio.
ACLAMACIÓN
Cfr. Hech 16, 14
Aleluya. Señor, toca nuestro corazón, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. Aleluya.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, compañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el ambón dice:
El Señor esté con vosotros.
Il Signore sia con voi
El pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
E con il tuo spirito.
Dóminus vobíscum
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo

El diácono (o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti Evangélii secúndum
Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi, Dómine.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
R: / Gloria a ti, Señor Jesús.

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN
LÉCTIO SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM
DAL VANGELO SECONDO
Lc 2, 41-52
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pas­cua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angus­tiados». Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?» Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.
S: Palabra del Señor .
Te alabamos Señor
Verbum Domini. Laus tibi, Christe
Parola del Signore.
Lode a te, o Cristo.

Homilía

PROFESSIO FIDEI
PROFESSIONE DI FEDE
PROFESION DE FE
Acabada la homilía, si la liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.

Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium. Et in unum Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigenitum, et ex Patre natum ante omnia saecula. Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero, genitum, non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt. Qui propter nos homines et propter nostram salutem descendit de caelis. Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est. Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato; passus et sepultus est, et resurrexit tertia die, secundum Scripturas, et ascendit in caelum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus est cum gloria, iudicare vivos et mortuos, cuius regni non erit finis. Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur: qui locutus est per prophetas. Et unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam. Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum. Et expecto resurrectionem mortuorum et vitam venturi saeculi.

Credo in un solo Dio,
Padre onnipotente, creatore del cielo e della terra,
di tutte le cose visibili e invisibili.
Credo in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito Figlio di Dio, nato dal Padre prima di tutti i secoli.
Dio da Dio, Luce da Luce, Dio vero da Dio vero;
generato, non creato; della stessa sostanza del Padre;
per mezzo di lui tutte le cose sono state create.
Per noi uomini e per la nostra salvezza discese dal cielo;
e per opera dello Spirito Santo
si é incarnato nel seno della Vergine Maria e si é fatto uomo.
Fu crocifisso per noi sotto Ponzio Pilato, morì e fu sepolto.
Il terzo giorno é risuscitato, secondo le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra del Padre.
E di nuovo verrà, nella gloria, per giudicare i vivi e i morti,
e il suo regno non avrà fine.
Credo nello Spirito Santo, che é Signore e da la vita,
e procede dal Padre e dal Figlio
e con il Padre e il Figlio é adorato e glorificato
e ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo la Chiesa, una, santa, cattolica e apostolica.
Professo un solo battesimo per il perdono dei peccati.
Aspetto la risurrezione dei morti e la vita del mondo che verrà.
Amen.

ORATIO FIDELIUM
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA DEI FEDELI
Después se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia;
b) por los gobernantes y por la salvación del mundo entero;
e) por aquellos que se encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El sacerdote termina la plegaria común con una oración conclusiva
Deinde fit oratio universalis, seu oratio fidelium.

LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCHARISTICA
LITURGIA EUCARISTICA
Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros colocan en el altar el corporal, el puri­ficador, el cáliz y el misal; mientras tanto puede ejecutarse un canto adecuado.
Conviene que los fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la celebración de la eucaristía, bien aportando otros dones para las necesidades de la Iglesia o de los pobres.
El sacerdote se acerca al altar, toma la patena con el pan y, manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice en secreto: 
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te  presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Benedíctus es, Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus panem, quem tibi offérimus, fructum terræ et óperis mánuum hóminum: ex quo nobis fi et panis vitæ.
Benedetto sei tu, Signore, Dio dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo pane, frutto della terra e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te, perché diventi per noi cibo di vita eterna.
Después deja la patena con el pan sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor
Benedíctus Deus in sæ´cula.
Benedetto nei secoli il Signore.
El diácono, o el sacerdote, echa vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:
El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana.
Después el sacerdote toma el cáliz y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
Benedíctus es, Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus vinum, quod tibi offérimus, fructum vitis et ópe  ris mánuum hóminum, ex quo nobis fi et potus spiritális.
Benedetto sei tu, Signore, Dio dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo vino frutto della vite e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te,perché diventi per noi bevandadi salvezz
Después deja el cáliz sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor.
A continuación, el sacerdote, inclinado, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Y, si se juzga oportuno, inciensa las ofrendas y el altar. A continuación el diácono o un ministro inciensa al sacerdote y al pueblo.
Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto: 
Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.Lava me, Domine, ab iniquitate mea, et a peccato meo munda me. 
Después, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice una de las siguientes fórmulas: 
Orad, hermanos ,para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

Orate, fratres, ut meum ac vestrum sacrificium acceptabile fiat apud Deum Patrem omnipotentem!

Pregate, fratelli, perché il mio e vostro sacrifi cio sia gradito a Dio, Padre onnipotent








O bien:
 En el momento de ofrecer el sacrificio de toda la Iglesia, oremos a Dios, Padre todopoderoso

O bien: 
Orad, hermanos, para que, llevando al altar los gozos y las fatigas de cada día, nos dispongamos a ofrecer el sacrificio agradable a Dios, Padre todopoderoso.

El pueblo responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien  y el de toda su santa Iglesia.

Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et glóriam nóminis sui, ad utilitátem
quoque nostram totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.

Il Signore riceva dalle tue mani questo sacrifi cio a lode e gloria del suo nome, per il bene nostro e di tutta la sua santa Chiesa.
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oratio SUPER OBLATA (nos ponemos de pie)
l’ORAZIONE SULLE OFFERTE.  
  
Te ofrecemos, Padre, el sacrificio de la reconciliación y, por la intercesión de la Virgen María y de san José, te pedimos que edifiques nuestras familias sobre el fundamento de tu gracia y de tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Hóstiam tibi placatiónis offérimus, Dómine, supplíciter deprecántes, ut, Deíparæ Vírginis beatíque Ioseph interveniénte suffrágio, famílias nostras in tua grátia fírmiter et pace constítuas. Per Christum.

Accogli, o Signore, questo sacrificio di salvezza, e per intercessione della Vergine Madre e di san Giuseppe, fa' che le nostre famiglie vivano nella tua amicizia e nella tua pace. Per Cristo nostro Signore
Súper Oblata
La oración sobre las ofrendas termina siempre con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reinapor los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Prex Eucharistica
PLEGARIA EUCARISTICA
PREGHIERA EUCARISTICA
En las plegarias eucarísticas se pueden nombrar junto al Obispo diocesano a los Obis­pos coadjutores o auxiliares y al Obispo que eventualmente preside una concelebración. Si el celebrante es Obispo, siempre se nombra a si mismo; el Obispo diocesano se nom­bra después del Papa; los otros Obispos se nombran a sí mismos después del Obispo diocesano.
En la plegaria eucarística primera o Canon romano pueden omitirse aquellas partes que están incluidas dentro de  corchetes.

PREFACIO
Præfatio
Prefazio
El sacerdote comienza la plegaria eucarística con el prefacio. Con las manos extendidas dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
El sacerdote, elevando las manos, prosigue:
Levantemos el corazón.
Sursum corda.
El pueblo responde:
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Habémus ad Dóminum.
El sacerdote, con las manos extendidas, añade:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
 Grátias agámus Dómino Deo nostro.
El pueblo responde:
Es justo y necesario.
Dignum et iustum est.
El sacerdote prosigue el prefacio con las manos extendidas.
Al final del prefacio junta las manos y, en unión del pueblo,
Dominus vobiscum.
Et cum spiritu tuo.
Sursum corda.
Habemus ad Dominum.

Gratias agamus Domino Deo nostro.
Dignum et iustum est.

Concluye el prefacio, can­tando o diciendo en voz alta:
Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui venit in nomine
Domini. Hosanna in excelsis.

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

 Santo, Santo, Santo il Signore
Dio dell’universo. I cieli e
la terra sono pieni della tua
gloria. Osanna nell’alto dei
cieli. Benedetto colui che viene
nel nome del Signore. Osanna
nell’alto dei cieli
 Ahora se elige alguna de las Plegarias Eucarísticas
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
31. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
32. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,


Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y X Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
33. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión





34. Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
Tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.




Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

35. Luego dice una de las siguientes fórmulas:
1 Éste es el Sacramento de nuestra fe.
O bien:
Éste es el Misterio de la fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
2 Aclamad el Misterio de la redención:
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
3 Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor.
36. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ellaa la victima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

Que él nos transforme en ofrenda permanente,                   
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires,
[San N.: santo del día o patrono]
y todos los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N.,
Puede hacerse también mención de los Obispos coadjutores o auxiliares y, en las concelebraciones, del Obispo que preside la celebración.
El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
A mí, indigno siervo tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de N.,
a mí, indigno siervo tuyo, al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por ti.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia  que has congregado en tu presencia. 
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el mundo.

A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
37. Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.


El pueblo aclama:
Amén.
RITO DE COMUNION
RITUS COMMUNIONIS
RITI DI COMUNIONE
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:

Præcéptis salutáribus móniti, et
divína institutióne formáti, audémus
dícere:

Obbedienti alla parola del Salvatore
e formati al suo divino
insegnamento, osiamo dire:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:
O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Pater noster, qui es in caelis: sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in tentatiónem;
sed líbera nos a malo.

Padre nostro, che sei nei cieli, sia santificato il tuo nome,
venga il tuo regno, sia fatta la tua volontà, come in cielo così in terra.
Dacci oggi il nostro pane quotidiano, e rimetti a noi i nostri debiti come noi li rimettiamo ai nostri debitori,
e non ci indurre in tentazione, ma liberaci dal male.
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libre de pecad o y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.

Líbera nos, quæ´sumus, Dómine, ab ómnibus malis, da propítius pacem in diébus nostris, ut, ope  misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto simus semper líberi et ab
omni perturbatióne secúri: exspectántes beátam spem et advéntum

Salvatóris nostri Iesu Christi Liberaci, o Signore, da tutti i mali,  concedi la pace ai nostri giorni; e con l'aiuto della tua misericordia, vivremo sempre liberi dal peccato e sicuri da ogni turbamento,nell'attesa che si compia la beata   speranza, e venga il nostro Salvatore Gesù Cristo.
Tuo é il regno, tua la potenza e la gloria nei secoli

Junta las manos.
El pueblo concluye la oración, aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Quia tuum est regnum, et potéstas, et glória in sæ´cula.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do
vobis: ne respícias peccáta nostra, sed fi dem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum voluntátem
tuam pacifi cáre et coadunáre dignéris. Qui vivis et regnas in sæ´cula sæculórum.

Signore Gesù Cristo, che hai detto ai tuoi apostoli: “Vi lascio la pace, vi do la mia pace”,
non guardare ai nostri peccati, ma alla fede della tua Chiesa, e donale unità e pace secondo la tua volontà.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

Qui vivis et regnas in
sæ´cula sæculórum

Tu che vivi e regni
nei secoli dei secoli.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Pax Dómini sit semper vobíscum.
La pace del Signore sia sempre con voi.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.


Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Daos fraternalmente la paz.
O bien:
Como hijos de Dios, intercambiad ahora un signo de comunión fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz,
daos la paz como signo de reconciliación.
O bien:
En el Espíritu de Cristo resucitado, daos fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros salimento de vida eterna.


Mientras tanto se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: dona nobis pacem

Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, dona a noi la pace.
Si la fracción del pan se prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se dice: danos la paz.
A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

O bien:
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.

El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit
peccáta mundi. Beáti qui ad cenam
Agni vocáti sunt.

Beati gli invitati alla Cena del
Signore. Ecco l’Agnello di Dio,
che toglie i peccati del mondo.

Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

Dómine, non sum dignus ut
intres sub tectum meum: sed
tantum dic verbo, et sanábitur
ánima mea.

O Signore, non sono degno
di partecipare alla tua mensa:
ma di’ soltanto una parola e io
sarò salvato
El sacerdote dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Después toma la patena o la píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les  presenta el pan consagrado, que sostiene un poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
Amén.
Y comulga.

El diácono y los ministros que distribuyen la Eucaristía observan los mismos ritos.
Si se comulga bajo las dos especies, se observa el rito descrito en su lugar. (Instr. Gen. n. 240-252).
Cuando el sacerdote comulga el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
Acabada la comunión, el diácono, el acólito, o el mismo sacerdote, purifica la patena sobre el cáliz y también el mismo cáliz, a no ser que se prefiera purificarlo en la credencia después de la misa.
Si el sacerdote hace la purificación, dice en secreto:
Haz, Señor,
que recibamos con un corazón limpio
el alimento que acabamos de tomar,
y que el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.
Después el sacerdote puede ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio o cantar un salmo o cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o en el altar, el sacerdote dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya hecho antes.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunióñ.


POSTCOMMUNIO
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
ORAZIONE DOPO LA COMUNIONE
ORATIO POST COMMUNIONEM
Oremus

Padre bueno, alimentados con estos divinos sacramentos, concé­denos imitar constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, después de las pruebas de esta vida, podamos gozar siempre de su compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Quos cæléstibus réficis sacraméntis, fac, clementíssime Pater, sanctæ Famíliæ exémpla iúgiter imitári, ut, post ærúmnas sæculi, eius consórtium consequámur ætérnum. Per Christum.

Padre misericordioso, che ci hai nutriti alla tua mensa, donaci di seguire gli esempi della santa Famiglia, perché dopo le prove di questa vita siamo associati alla sua gloria in cielo. Per Cristo nostro Signore.
La oración después de la comunión termina con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.

RITUS CONCLUSIONIS
RITO DE CONCLUSION
En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo.
Oratio Super Populum
BENDICIONES SOLEMNES
Inclinaos para recibir la bendición.
Luego, el sacerdote, extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición.
Todos responden: Amen





Después tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:

El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
Il Signore sia con voi.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
 Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo +  y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.

Benedícat vos omnípotens Deus,Pater, et Fílius, et Spíritus Sanc tus.
Vi benedica Dio onnipotente, Padre e Figlio e Spirito Santo.
El pueblo responde:
Amén.