20 DE MAYO 1949
BENDICIÓN DEL SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA POR EL PADRE JOSÉ KENTENICH
69 AÑOS
DE
COBIJAMIENTO
TRANSFORMACIÓN
Y
ENVÍO
ELECCIÓN DEL LUGAR
Con la elección del lugar para el
Santuario de nuestra Madre y Reina, el Padre dejó su primera huella imborrable
y de alguna manera podemos presumir que eligió también a los invitados a hacer
de este terruño, su hogar y espacio de encuentro con él y todo su mundo que nos
regala.
El Padre amó este lugar de modo
muy especial porque fue el Cenáculo marcado por el tercer hito tras el paso del
31 de mayo. El testimonio más evidente de esto es lo que dijo el 20 de
junio cuando dejó Bellavista rumbo al exilio:
"Por lo general siempre me
conformo con lo que trae la vida, pero esta vez me cuesta irme de aquí porque
el vínculo que nos une se ha hecho muy profundo... Es el Santuario al cual
estamos vinculados y el que nos une entre nosotros... Ahora, al partir, sé que
el programa del 31 de mayo queda en buenas manos, que pueden seguir adelante
sin mí... Esto es lo que nos une a las Hermanas y a nosotros (la
juventud). Y así, juntos -aunque cada rama lo haga separadamente- queremos
aspirar al único y gran fin... Para esto les deseo abundantes bendiciones..."
(20.6.52)
Para nosotros Bellavista es este
recinto circunscrito al Santuario, además de la Iglesia, casas de algunos
Institutos, ramas, etc. Muy pocos saben que su nombre
procede de la estación del tren que recorría desde el parque Bustamante
en dirección a San José de Maipo, que los antiguos schoenstattianos
inmortalizaron en una canción como el ‘trencito de Bellavista’. El
nombre de la estación le dio el nombre al barrio, Bellavista se
llamaba la panadería, la farmacia etc.
Las Hermanas estaban en Santiago desde 1943, cuando
comenzaron a trabajar en el Seminario Pontificio. Pasado el tiempo, una familia
les cedió parte de una casa patronal en el paradero 18 de Vicuña Mackenna, conocido
como Betulia, allí comenzaron con una escuela. Pocas semanas antes que el Padre
llegara a Chile, las Hermanas habían comenzado a trabajar en ese entorno.
Monseñor Emilio Tagle –más tarde arzobispo de Valparaíso-, párroco en San
Vicente de Paúl, les entregó la dirección de una pequeña
Escuela Técnica que llamaban ‘Colegio familiar’ donde las niñas del sector
aprendían labores femeninas. Al mismo tiempo prometió conseguirles un
terreno adyacente a la Parroquia.
El 25 de junio de 1947, dos días después de haber arribado a
Chile por primera vez a Chile, el Padre se involucró en la búsqueda de un
terreno para el Santuario y luego tomó la última decisión. Búsqueda que se
alargó hasta el año siguiente.
Antes de tomar una decisión, el
Padre, junto con Hermanas y en compañía del padre Carlos Sehr visitaron varios
terrenos buscando otras alternativas. Así recorrieron el sector de Vicuña
Mackenna en dirección a Puente Alto, también se dio una posibilidad en el
barrio El Golf. Al Padre le interesaba que el terreno permitiera expandirse en
el correr del tiempo y con cierta privacidad. Por eso fue desechada la
posibilidad de estar junto a la parroquia y se decidieron por el que regaló la
señora Perpetua Freire de Valdés en el que estamos hoy y al que se añadieron
otros paños en diversas etapas.
Era un riesgo, ¿vendría gente a
un lugar tan distante de Santiago (en ese tiempo) y tan solitario? Dentro de un
amplio radio no vivían más de cinco mil personas. Era un terreno baldío, con
unos sauces, espinos y un ‘ranchito’ campesino. A eso el
Padre respondió: quien entienda Schoenstatt no encontrará obstáculos para
llegar hasta aquí y añadió que el primer Santuario debería ser asequible
a todos los estratos sociales.
MISIÓN DE CENÁCULO
Por eso el
padre Kentenich insiste en ese tiempo, en que Bellavista está llamada a ser un nuevo Cenáculo a partir
del cual Schoenstatt se dará a conocer públicamente dentro de la iglesia. Para
hacer esta afirmación se apoya también en otro hecho que le parece muy
significativo, a la luz de la fe práctica en la Divina Providencia: la
provincia chilena de las Hermanas Marianas, que habían sido las principales constructoras del Santuario
de Bellavista, había escogido para sí, es decir, para la Provincia y también
para el Santuario, el ideal de “Cenáculo “En realidad, el mismo Kentenich había
intervenido de alguna en este proceso. Cuando
el vino a Chile en 1947,había habido ya una larga discusión entre las hermanas
en torno a este tema, porque existía también otra corriente que se inclinaba
más bien por el ideal de “Betania”. Pensaban que el Santuario de Bellavista
debía llegar a ser un lugar de oración muy tranquilo y lleno de interioridad,
donde la gente fuera a buscar reposo espiritual, así como Jesús hecho en
Betania, en la casa de Lázaro y de sus hermanas Marta y María.
La otra
corriente, en cambio, opinaba que este Santuario estaba llamada a ser un
“Cenáculo”, desde el cual María enviaría sus apóstoles a conquistar el mundo.
Al final primó esta segunda corriente apoyada en cierto modo por el mismo P.
Kentenich. Por eso el 20 de mayo de 1949 se consagró el nuevo Santuario bajo el
ideal de “Cenáculo”
El día de
Pentecostés había en Jerusalén gente de todas las naciones que, en número de
varios miles,escucharon a los Apóstoles
cuando éstos acababan de recibir el Espíritu Santo en el Cenáculo, por
intercesión de María. Por obra de un milagro, cada uno entendió en su propia
lengua el mensaje de Cristo que los apóstoles anunciaban. Así, éste se
convirtió aquel día en mensaje para el
mundo entero, irrumpiendo mas allá de la frontera de Palestina, que pronto los
mismos apóstoles cruzarían para llevar el Evangelio a todos los pueblos. Algo
semejante, anuncia el padre Kentenich sucederá desde Bellavista. El nuevo Santuario
tiene una misión de Cenáculo y, desde Él, Schoenstatt va a ser conocido en toda
la Iglesia.
Resumiendo,
el Santuario de Bellavista es un Santuario filial que, como tal, depende del
Santuario original, pues está al servicio de la misma misión de éste y cuenta para
ello con sus mismas gracias. Pero todo esto bajo una tonalidad especial: bajo
la tonalidad de Cenáculo y a la luz de la misión que el propio padre Kentenich
le confirió el 31 de mayo de 1949, en relación con los decisivos momentos de la
historia de Schoenstatt que vivía en aquellos días la familia.
QUE NOS RECUERDAN LAS
PROFÉTICAS PALABRAS DE
NUESTRO PADRE
FUNDADOR
JOSÉ KENTENICH EL 20 DE
MAYO DE 1949:
"Y ahora ha llegado el gran y trascendental momento en
que la Sma. Virgen quiere sellar la misma Alianza con este
pequeño terruño. Cuán agradecidos hemos de estar al Dios Eterno que
nos haya llamado a participar en esta Alianza, cuán agradecidos que haya
elegido tierra chilena, para realizar aquí grandes obras de modo semejante a
como lo ha hecho en el antiguo Schoenstatt.
Ella quiere ser la gran educadora del pueblo chileno. El
ideal que guía su labor de educadora nos lo revela cada vez que miramos arriba
hacia el cerro y vemos la Inmaculada. Es extraordinariamente simbólico y pleno
de sentido que Ella quiera erigir su taller de formación abajo en el valle.
Fotos recientes y audiovisión Antonio Barbagelata Figari
Texto:Padre José Kentenich,Hernan Alessandri y otras fuentes
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