Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

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martes, 15 de mayo de 2018

Bellavista ,Misión de Cenáculo


20 DE MAYO 1949
BENDICIÓN DEL SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA POR EL PADRE JOSÉ KENTENICH




69 AÑOS
DE 
COBIJAMIENTO
TRANSFORMACIÓN 
ENVÍO




ELECCIÓN DEL LUGAR



Con la elección del lugar para el Santuario de nuestra Madre y Reina, el Padre dejó su primera huella imborrable y de alguna manera podemos presumir que eligió también a los invitados a hacer de este terruño, su hogar y espacio de encuentro con él y todo su mundo que nos regala.

El Padre amó este lugar de modo muy especial porque fue el Cenáculo marcado por el tercer hito tras el paso del 31 de mayo.  El testimonio más evidente de esto es lo que dijo el 20 de junio cuando dejó Bellavista rumbo al exilio:

"Por lo general siempre me conformo con lo que trae la vida, pero esta vez me cuesta irme de aquí porque el vínculo que nos une se ha hecho muy profundo... Es el Santuario al cual estamos vinculados y el que nos une entre nosotros... Ahora, al partir, sé que el programa del 31 de mayo queda en buenas manos, que pueden seguir adelante sin mí...  Esto es lo que nos une a las Hermanas y a nosotros (la juventud). Y así, juntos -aunque cada rama lo haga separadamente- queremos aspirar al único y gran fin...  Para esto les deseo abundantes bendiciones..." (20.6.52)



Para nosotros Bellavista es este recinto circunscrito al Santuario, además de la Iglesia, casas de algunos Institutos, ramas,  etc.    Muy pocos saben que su nombre procede de la estación del tren que recorría desde el parque Bustamante  en dirección a San José de Maipo, que los antiguos schoenstattianos inmortalizaron en una canción como  el ‘trencito de Bellavista’.  El nombre de la estación le dio el nombre al barrio,  Bellavista se llamaba  la panadería, la farmacia etc. 


Las Hermanas estaban en Santiago desde 1943, cuando comenzaron a trabajar en el Seminario Pontificio. Pasado el tiempo, una familia les cedió parte de una casa patronal en el paradero 18 de Vicuña Mackenna, conocido como Betulia, allí comenzaron con una escuela. Pocas semanas antes que el Padre llegara a Chile, las Hermanas  habían comenzado a trabajar en ese entorno. Monseñor Emilio Tagle –más tarde arzobispo de Valparaíso-,  párroco en San Vicente de Paúl,  les entregó la dirección de una pequeña Escuela Técnica que llamaban ‘Colegio familiar’ donde las niñas del sector aprendían labores femeninas.  Al mismo tiempo prometió conseguirles un terreno adyacente a la Parroquia.





El 25 de junio de 1947, dos días después de haber arribado a Chile por primera vez a Chile, el Padre se involucró en la búsqueda de un terreno para el Santuario y luego tomó la última decisión. Búsqueda que se alargó hasta el año siguiente.  

Antes de tomar una decisión, el Padre, junto con Hermanas y en compañía del padre Carlos Sehr visitaron varios terrenos buscando otras alternativas. Así recorrieron el sector de Vicuña Mackenna en dirección a Puente Alto, también se dio una posibilidad en el barrio El Golf. Al Padre le interesaba que el terreno permitiera expandirse en el correr del tiempo y con cierta privacidad.  Por eso fue desechada la posibilidad de estar junto a la parroquia y se decidieron por el que regaló la señora Perpetua Freire de Valdés en el que estamos hoy y al que se añadieron otros paños en diversas etapas.

Era un riesgo, ¿vendría gente a un lugar tan distante de Santiago (en ese tiempo) y tan solitario? Dentro de un amplio radio no vivían más de cinco mil personas. Era un terreno baldío, con unos sauces, espinos y un ‘ranchito’ campesino. A eso el Padre respondió: quien entienda Schoenstatt no encontrará obstáculos para llegar hasta aquí y  añadió que el primer Santuario debería ser asequible a todos los estratos sociales. 








MISIÓN DE  CENÁCULO








Por eso el padre Kentenich insiste en ese tiempo, en que Bellavista  está llamada a ser un nuevo Cenáculo a partir del cual Schoenstatt se dará a conocer públicamente dentro de la iglesia. Para hacer esta afirmación se apoya también en otro hecho que le parece muy significativo, a la luz de la fe práctica en la Divina Providencia: la provincia chilena de las Hermanas Marianas, que habían sido  las principales constructoras del Santuario de Bellavista, había escogido para sí, es decir, para la Provincia y también para el Santuario, el ideal de “Cenáculo “En realidad, el mismo Kentenich había intervenido de alguna en este proceso.  Cuando el vino a Chile en 1947,había habido ya una larga discusión entre las hermanas en torno a este tema, porque existía también otra corriente que se inclinaba más bien por el ideal de “Betania”. Pensaban que el Santuario de Bellavista debía llegar a ser un lugar de oración muy tranquilo y lleno de interioridad, donde la gente fuera a buscar reposo espiritual, así como Jesús hecho en Betania, en la casa de Lázaro y de sus hermanas Marta y María.

La otra corriente, en cambio, opinaba que este Santuario estaba llamada a ser un “Cenáculo”, desde el cual María enviaría sus apóstoles a conquistar el mundo. Al final primó esta segunda corriente apoyada en cierto modo por el mismo P. Kentenich. Por eso el 20 de mayo de 1949 se consagró el nuevo Santuario bajo el ideal de “Cenáculo”

El día de Pentecostés había en Jerusalén gente de todas las naciones que, en número de varios miles,escucharon a los Apóstoles  cuando éstos acababan de recibir el Espíritu Santo en el Cenáculo, por intercesión de María. Por obra de un milagro, cada uno entendió en su propia lengua el mensaje de Cristo que los apóstoles anunciaban. Así, éste se convirtió  aquel día en mensaje para el mundo entero, irrumpiendo mas allá de la frontera de Palestina, que pronto los mismos apóstoles cruzarían para llevar el Evangelio a todos los pueblos. Algo semejante, anuncia el padre Kentenich sucederá desde Bellavista. El nuevo Santuario tiene una misión de Cenáculo y, desde Él, Schoenstatt va a ser conocido en toda la Iglesia.

Resumiendo, el Santuario de Bellavista es un Santuario filial que, como tal, depende del Santuario original, pues está al servicio de la misma misión de éste y cuenta para ello con sus mismas gracias. Pero todo esto bajo una tonalidad especial: bajo la tonalidad de Cenáculo y a la luz de la misión que el propio padre Kentenich le confirió el 31 de mayo de 1949, en relación con los decisivos momentos de la historia de Schoenstatt que vivía en aquellos días la familia.



QUE NOS RECUERDAN LAS 

PROFÉTICAS PALABRAS DE 

NUESTRO PADRE FUNDADOR  

JOSÉ KENTENICH EL 20 DE 

MAYO DE 1949:







"Y ahora ha llegado el gran y trascendental momento en que la Sma. Virgen quiere sellar la misma Alianza con este pequeño terruño. Cuán agradecidos hemos de estar al Dios Eterno que nos haya llamado a participar en esta Alianza, cuán agradecidos que haya elegido tierra chilena, para realizar aquí grandes obras de modo semejante a como lo ha hecho en el antiguo Schoenstatt.

Ella quiere ser la gran educadora del pueblo chileno. El ideal que guía su labor de educadora nos lo revela cada vez que miramos arriba hacia el cerro y vemos la Inmaculada. Es extraordinariamente simbólico y pleno de sentido que Ella quiera erigir su taller de formación abajo en el valle.









































































Fotos recientes y audiovisión Antonio Barbagelata Figari
Texto:Padre José Kentenich,Hernan Alessandri y otras fuentes







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