EN PENTECOSTÉS CORONAMOS A LA MATER
31 DE MAYO 2020
PREPARAMOS
NUESTRO CORAZÓN
El 5 de
junio de 1949, en Pentecostés, el Padre Kentenich corona a la Mater en el Santuario
de Bellavista y pone en sus manos el destino de su obra. Con el tiempo, la
familia de Schoenstatt crece en extensión, profundidad y diversidad con el
compromiso de gestar una Iglesia más solidaria y una sociedad más integrada. Un
18 de enero del año 2018 la corona es robada en forma violenta, mientras
dolorosas situaciones de abusos y de ocultamiento desenlazan una crisis
eclesial en nuestro país. Somos Iglesia y como tal, somos parte de la crisis.
Para poder reparar el daño causado debemos reconocer primero nuestras faltas.
Un 18 de octubre del año 2019, se produce un estallido social en Chile, que
evidencia las profundas carencias sociales que tenemos, junto a una escalada de
polarización y violencia. Se hace necesario un proceso de diálogo y participación,
para pensar juntos el país que anhelamos. El espacio vacío de la corona
acompaña nuestras reflexiones a lo largo del país: necesitamos volver al
espíritu de la Cruz de la Unidad. La Iglesia en Chile consagra la Patria a la
Virgen María y la renovación de la coronación se muestra como el signo más
adecuado para expresar nuestra confianza en la conducción de Dios y nuestra
colaboración para sanar los vínculos heridos. Hoy, 31 de mayo, Fiesta de
Pentecostés, coronamos a María como Reina de la Misión. Su corona tiene una
estrella, la estrella de Chile, tomada de nuestro cielo, simboliza
ancestralmente a nuestro pueblo, la conducción hacia Cristo y a María, nuestra
Madre y Educadora. Decimos sí a su llamado. Con lo que somos y tenemos, con
nuestra historia, porque queremos ser sus apóstoles. Queremos colaborar en la
construcción de una “casa común” para todos, integrada e integradora, humana y
humanizante en el encuentro con Cristo.
Palabras de
bienvenida del P. Juan Pablo Rovegno Michell (Dirección Nacional del Movimiento
de Schoenstatt en Chile)
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