100 AÑOS DE ALIANZA DE AMOR
FUNDACIÓN DE SCHOENSTATT
18 DE OCTUBRE 1914-2014
San Pedro, después de haber contemplado la gloria de Dios en el Tabor, exclamó arrebatado: “¡Qué bien estamos aquí! ¡Hagamos aquí tres tiendas!”. Una y otra vez vienen a mi mente estas palabras y me he preguntado ya muy a menudo: ¿Acaso no sería posible que la Capillita de nuestra Congregación al mismo tiempo llegue a ser nuestro Tabor, donde se manifieste la gloria de María? Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, que reparta sus tesoros y obre milagros de gracia.
Sospecharán lo que pretendo:
quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación, en un lugar de
gracia, para nuestra casa y toda la Provincia alemana y quizás más allá. Todos
los que acudan acá para orar deben experimentar la gloria de María y confesar:
¡Qué bien estamos aquí! ¡Establezcamos aquí nuestra tienda!
¡Este es nuestro rincón
predilecto! Un pensamiento audaz, casi demasiado audaz para el público, pero no
demasiado audaz para ustedes. ¡Cuántas veces en la historia del mundo ha sido
lo pequeño e insignificante el origen de lo grande, de lo más grande! ¿Por qué
no podría suceder también lo mismo con nosotros? Quien conoce el pasado de nuestra Congregación no tendrá dificultades en
creer que la Divina Providencia tiene designios especiales respecto a ella.
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