La Santísima Virgen quiere sellar
con nosotros la Alianza como lo hizo en 1914 en Europa. Sin querer nos
preguntamos: ¿Será esta Alianza con el pueblo chileno tan abundantemente
bendecida como lo ha sido en Schoenstatt? Conocemos la respuesta, es ley
fundamental entre nosotros: ¡Nada sin nosotros, pero tampoco nada sin la Santísima. Virgen
y la Santísima Trinidad! Está entonces en nuestras manos, que surja también desde aquí
un gran movimiento de renovación y que con este fin se ofrezcan personas en Chile
a la Santísima. Virgen.
Depositamos el cetro, por lo
tanto, en las manos de nuestra Madre y Reina Tres Veces Admirable de
Schoenstatt. Desde ahora en adelante Ella deber reinar y regir aquí y desarrollar
su actividad de educadora.
(Extracto plática 20 de mayo 1949,padre José Kentenich en la bendición del Santuario Cenáculo de Bellavista)
Todo en un sólo equipo preparando cada detalle, para recibir a los peregrinos y celebrar la gran fiesta jubilar de los 100 años de Alianza de Amor
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