Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

lunes, 17 de agosto de 2020

Bendecido Día de Renovación de la Alianza de Amor

18 de Agosto 2020




Así pues surgió la gran idea: Que la Santísima Virgen se establezca en este Santuario como educadora. Se trata no sólo de educarnos a nosotros mismos bajo la protección de la Santísima Virgen, tal como se dice en el Acta de Prefundación, sino que ella habite en medio de nosotros y tome en sus manos nuestra educación y la educación de todos los que se entreguen a ella junto a nosotros. Ella es la que quiere impulsar nuestra auto educación y generar un movimiento de renovación y educación, amplio y articulado cabalmente. Ella lo guiará haciéndolo fecundo. La Santísima Virgen desplegará esa labor desde aquí, siempre.

Para motivarla a llevar adelante tal actividad, le ofrecemos nuestros méritos en una forma que va desde las contribuciones al Capital de Gracias hasta el Poder en Blanco, la Inscriptio y la consagración de José Engling; por último nos entregamos a ella misma con todo lo que somos y tenemos. A cambio esperamos de ella que se manifieste aquí efectivamente como la gran educadora, guiándonos hacia la cumbre de la santidad y de una vida de apostolado fecundo. ……………. He aquí la forma fundamental y original de la alianza de amor schoenstattiana que más tarde, y en virtud de las leyes de la puerta abierta y de la resultante creadora, habría de redundar en una visión schoenstattiana del futuro.

(De una carta del Padre Kentenich al Padre Alex Menningen, titulada “Carta del 20” [20 de agosto de 1954]) – Ver: Kentenich Reader, Tomo 1, Pág. 101)

 

Pero Cristo no fue mujer y, sin embargo, es modelo para ellas. El modelo más asequible es María. Podemos copiar del original o de la copia... Copiemos de María... La copia más perfecta de Cristo, y toda humana, porque en Cristo hay la naturaleza divina, es Dios. María es totalmente hermana nuestra y madre nuestra.


Nacida para observar con amor la voluntad del Padre de los cielos, se inmola en la realización de esa voluntad y, por amor al Padre de los cielos, abraza a todos los hombres como a sus hijos con el máximo sacrificio. Nada de quietismo: desde que recibe la noticia de la Encarnación, emprende el largo viaje de la visitación para servir, servir en oficios reales, difíciles, pronta, alegre, cortésmente; en Caná la hallamos sugiriendo a Jesús el primer milagro; por amor al Padre y a los hombres nos da a su Hijo cuando acepta ser Madre, y cuando luego Jesús quiere salir al mundo a predicar su doctrina. Acepta ser Madre de la gran familia y fue la consoladora.

Hijo de Dios es su Hijo. De su carne tomó carne; de su ser, alimento; ella veló su sueño... Y su amor consistía en copiarlo, en asemejarse más y más a Él, y en ser cada día más como Él... Vivía en la contemplación de Dios.

Amor no sensiblero (que lo sacrifica). Amor que le da fuerza para estar firme al pie de la Cruz (cf. Jn 19,25). Y su muerte de amor a Cristo.

Así debe ser nuestro amor, alimentado de Cristo: con la lectura, la comunión, la oración.

(San Alberto Hurtado. La Búsqueda de Dios)


PASADO Y PRESENTE HACIENDO  NUESTRO EL IDEAL DE LA PASTORAL DE BELLAVISTA





Imágenes y Audiovisual: Antonio Barbagelata Figari


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