PRIMER HITO
“En la luz divina”
18 de octubre
1914-2020
El 18 de
julio de 1914, el P. Kolb, Superior Provincial de los Pallotinos, puso a
disposición de la Congregación Mariana, la antigua capilla de San Miguel; esta
capilla estaba hasta el momento abandonada y se la utilizaba solamente para
guardar las herramientas del jardín. Esta capilla se transformó entonces, en el
punto de unión de toda la vida religiosa de la Congregación.
En julio de
1914, cae en manos del Padre, una revista en la cual se publica un artículo sobre Bartolo Longo, quien fundó un Santuario mariano sobre las ruinas de
Pompeya. En ella se narra cómo la Virgen, en respuesta a una iniciativa, y a un ofrecimiento humano, transformó una capillita en un Santuario de gracias. El
Padre se pregunta entonces: "¿No podría llegar a ser el pequeño Santuario
de la joven familia de congregantes, un lugar de gracias para círculos más
amplios?".
En
septiembre 1914 estalla la guerra mundial.
El domingo
siguiente, 18 de octubre, al regresar los jóvenes de sus vacaciones, el Padre
Kentenich los recibe con una plática en la Capillita, llamada 'Acta de
Fundación', en la cual les expone su 'secreta idea predilecta'. En esta plática
el Padre los saluda en nombre de la Mater: les recuerda que la Capillita les pertenece y que ella debe
ser un foco de ardiente amor a María; les recuerda también que,
seguramente durante las vacaciones, sintieron el fracaso de muchos propósitos,
y los reentusiasma nuevamente con el ideal de la Congregación, planteándoles
que el objeto de sus aspiraciones
no debe ser sólo lo grande, sino, lo más grande:
San Pedro,
después de haber contemplado la gloria de Dios en el Tabor, exclamó arrebatado: “¡Qué
bien estamos aquí! ¡Hagamos aquí tres tiendas!”. Una y otra
vez vienen a mi mente estas palabras y me he preguntado ya muy a
menudo: ¿Acaso no sería posible que la Capillita de nuestra Congregación
al mismo tiempo llegue a ser nuestro Tabor, donde se manifieste la gloria
de María? Sin duda alguna no podríamos realizar una acción apostólica
más grande, ni dejar a nuestros sucesores una herencia más preciosa que inducir
a nuestra Señora y Soberana a que erija aquí su trono de manera especial, que
reparta sus tesoros y obre milagros de gracia. Sospecharán lo que
pretendo: quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación,
en un lugar de gracia, para nuestra casa y toda la Provincia alemana y quizás
más allá. Todos los que acudan acá para orar deben experimentar la
gloria de María y confesar: ¡Qué bien estamos aquí! ¡Establezcamos
aquí nuestra tienda! ¡Este es nuestro rincón predilecto! Un
pensamiento audaz, casi demasiado audaz para el público, pero no
demasiado audaz para ustedes. ¡Cuántas veces en la historia del mundo
ha sido lo pequeño e insignificante el origen de lo grande, de lo más
grande! ¿Por qué no podría suceder también lo mismo con
nosotros? Quien conoce el pasado de nuestra Congregación no tendrá dificultades
en creer que la Divina Providencia tiene designios especiales respecto a ella.
Imagen: Antonio Barbagelata Figari
MATER SIN NO SOMOS NADA NADA SIN TI NADA SIN NOSOTROS
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