SANTUARIO NACIONAL DE MAIPÚ
“Virgen del Carmen, tú Santuario,
nuestra
Promesa”
16 DE JULIO SOLEMNIDAD DE LA
VIRGEN DEL CARMEN
MADRE Y REINA DE CHILE
El 16 de
julio se celebra a la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del
Carmen. Esta antigua devoción, entroncada con la primera orden carmelitana de
Simón Stock, tiene como enseña el escapulario que el santo recibe de la Virgen
el 16 de mayo de 1251, hace justamente 750 años.
Su más
antiguo santuario en el actual territorio chileno es el de Nuestra Señora del
Carmen de La Tirana, fundado por el mercedario fray Antonio Rondón hacia 1540.
Sin embargo, son los agustinos sus grandes propagadores en el Chile central,
fundando el 15 de abril de 1643 la primera Cofradía del Carmen en Concepción y
celebrando ya a fines del siglo XVII una procesión el 16 de julio por la calle
del Rey (Estado) hasta la Cañadilla.
Conmovido
en 1680 el Reino de Chile por la incursión de Bartolomé Sharp a Coquimbo y La
Serena, llama a las carmelitas descalzas de Santa Teresa de Ávila desde
Chuquisaca (Sucre) a fin de que funden un convento de estricta observancia y
reparen espiritualmente los actos sacrílegos contra el Santísimo Sacramento
cometidos por dichos herejes y piratas. Las carmelitas desde enero de 1690
darán un nuevo aliento a esta piedad mariana y su impronta espiritual cubre a
través de los siglos todo el catolicismo chileno que crece bajo el manto de
María del Carmelo.
Cada vez que Chile independiente estuvo en dificultades elevó
sus preces a la Virgen del Carmen. Lo hicieron Carrera y O'Higgins el 5 de
diciembre de 1811 después de clausurar el primero el Congreso y orientarse
decididamente hacia la independencia. Lo hizo San Martín al hacer jurar la
Virgen del Carmen como Patrona del Ejército de los Andes el 5 de enero de 1817,
y lo propio efectuó O'Higgins la víspera de la Batalla de Chacabuco al
proclamar a la Carmelita, Patrona y Generalísima de las Armas de Chile. El
mismo O'Higgins hace suyo el voto del pueblo de Santiago de 14 de marzo de 1818
de erigir en el sitio de la batalla decisiva contra el ejército de Osorio un
templo votivo. Dirá el Padre de la Patria en el decreto de 18 de noviembre de
1819: "El Estado de Chile es deudor a la protección de la Madre de Dios,
bajo la advocación del Carmen, de la victoria de Maipo".
La primera
nave guerrera de la república lleva, a petición del Senado, el nombre de "María del Carmen de Maipú" y
Arturo Prat muere sobre la cubierta del Huáscar con el lábaro santo en su
cuello. Blanco Encalada, Bulnes, Emilio Sotomayor, Escala, Baquedano, Pedro
Lagos, Eleuterio Ramírez, Luis Arteaga y el comandante Del Canto fueron sus
devotos en la paz y en la guerra. Miles de escapularios salieron de las manos
de las monjas del Carmen Alto y del Carmen Bajo para la protección y consuelo
de nuestros valientes. Y cuando Dagoberto Godoy y Armando Cortínez realizan sus
heroicos vuelos sobre la cordillera, los acompañan en sus aviones medallas de
la Patrona del Carmelo.*
1. Te bendecimos, ¡oh Dios nuestro!,
Padre, Hijo y Espíritu
Santo, porque elegiste a María, desde antes de la creación del
mundo, para ser santa e inmaculada ante Ti por el amor.
En previsión de los méritos de Cristo,
la redimiste y constituiste Madre del mismo Redentor.
Por virtud del Espíritu Santo hiciste de Ella para siempre
templo de tu gloria, una nueva criatura,
primicia de la nueva humanidad.
¡Bendito seas por siempre, Señor!
2. ¡Bendita
Tú entre las mujeres, Virgen María,
y bendito el fruto de tu seno, Jesús!
En Ti, la
llena de gracia, se refleja la bondad de Dios
y el destino de la criatura humana,
para alabanza de la gloria de su gracia
con la que nos enriqueció en su Hijo muy amado,
que es nuestro Hermano e Hijo tuyo, Jesucristo.
Tú, la
humilde sierva del Señor,
eres el modelo de los discípulos de Cristo
que consagran su vida a realizar la voluntad del Padre
para la venida de su reino.
3. ¡Santa
María, Madre de Cristo,
Madre de Dios y Madre nuestra!
Bajo tu
amparo nos acogemos,
a tu intercesión maternal nos confiamos.
Como Tú te consagraste totalmente a Dios,
nosotros, siguiendo tu ejemplo
y en comunión contigo,
nos consagramos a Cristo el Señor;
nos consagramos también a Ti, nuestro modelo,
porque queremos hacer en todo la voluntad del Padre,
y ser como Tú fieles a las inspiraciones del Espíritu.
4. ¡Virgen
del Carmen de Maipú,
Reina y Patrona del pueblo chileno!
A tu
corazón de Madre encomiendo la Iglesia
y todos los habitantes de Chile:
los Pastores y los fieles,
todos los hijos de esta nación.
Que bajo tu protección maternal,
Chile sea una familia unida en el hogar común,
una patria reconciliada en el perdón
y en el olvido de las injurias,
en la paz y en el amor de Cristo.
Tú que eres la Madre de la Vida verdadera,
enséñanos a ser testigos del Dios vivo,
del amor que es más fuerte que la muerte,
del perdón que disculpa las ofensas,
de la esperanza que mira hacia el futuro
para construir, con la fuerza del Evangelio,
la civilización del amor en una patria reconciliada y en paz.
5. ¡Santa
María de la Esperanza,
Virgen del Carmen y Madre de Chile!
Extiende tu
escapulario, como manto de protección,
sobre las ciudades y los pueblos, sobre la cordillera y el mar,
sobre hombres y mujeres, jóvenes y niños,
ancianos y enfermos, huérfanos y afligidos,
sobre los hijos fieles y sobre las ovejas descarriadas.
Tú, que en cada hogar chileno tienes un altar familiar,
que en cada corazón chileno tienes un altar vivo,
acoge la plegaria de tu pueblo, que ahora, con el Papa, de nuevo se consagra a
Ti.
Estrella de los mares y Faro de luz,
consuelo seguro para el pueblo peregrino,
guía los pasos de Chile en su peregrinar terreno,
para que recorra siempre senderos de paz y de concordia,
caminos de Evangelio, de progreso, de justicia y libertad.
Reconcilia a los hermanos en un abrazo fraterno;
que desaparezcan los odios y los rencores,
que se superen las divisiones y las barreras,
que se unan las rupturas y sanen las heridas.
Haz que Cristo sea nuestra Paz,
que su perdón renueve los corazones,
que su Palabra sea esperanza y fermento en la sociedad.
6. ¡Madre
de la Iglesia y de todos los hombres!
Inspira y
conserva la fidelidad a Cristo
en la nación chilena y en el continente latinoamericano.
Mantén viva la unidad de la Iglesia bajo la cruz de tu Hijo.
Haz que los hombres de todos los pueblos,
reconozcan su mismo origen y su idéntico destino,
se respeten y amen como hijos del mismo Padre,
en Cristo Jesús, nuestro único Salvador,
en el Espíritu Santo que renueva la faz de la tierra,
para gloria y alabanza de la Santísima Trinidad.
Amén.
CONSAGRACIÓN DE CHILE A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACIÓN DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II
Santuario
nacional de Maipú viernes 3 de abril de 1987
PADRE RECTOS DEL SANTUARIO
CARLOS COX DÍAZ
invitados a las actividades de Maipú
SANTUARIO DE MAIPU
Pasado y presente de la devoción a la Virgen del Carmen en Chile: Pilar Hevia Fabres
Fotos y video Antonio Barbagelata Figari
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