SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA
4 DE DICIEMBRE
. De modo muy humano, con vuestros trajes,
instrumentos y ritmos, se expresa visiblemente la fe de los hijos de esta
tierra, que con todo su ser y al son de la música tributan honor a Cristo y a
María Santísima
(santo padre San Juan Pablo II La Serena Chile 5 de
abril 1987)
En
presencia de estas imágenes veneradas de la Virgen de Andacollo, de la
Candelaria y del Carmen, y del Niño Dios de Sotaquí, San Pedro de Coquimbo, San
Isidro de Illapel, Cruz de Mayo y ante las demás representaciones de la Madre
de Dios que habéis traído para su bendición, el Papa quiere repetir junto con
vosotros la misma alabanza de la mujer del Evangelio: “¡Dichoso el vientre que
te llevó y los pechos que te criaron!” (Lc 11, 27). ¿No percibimos
ahora en estas palabras el coro unido de hombres y mujeres chilenos que, desde
el comienzo de la evangelización de vuestra patria, han amado y honrado al
Señor y a la Virgen, su Madre? ¿No sentimos el fervor espontáneo que suscita la
devoción popular a María Santísima, Madre nuestra, que no cesa de interceder
por sus hijos?
2. Si, la
piedad popular es un verdadero tesoro del Pueblo de Dios. Es una
demostración continua de la presencia activa del Espíritu Santo en la Iglesia.
Es El quien enciende en los corazones la fe, la esperanza y el amor, virtudes
excelsas que dan valor a la piedad cristiana. Es el mismo Espíritu el que
ennoblece tantas y tan variadas formas de expresar el mensaje cristiano de
acuerdo con la cultura y costumbres propias de cada lugar en todos los tiempos.
En efecto,
esas mismas costumbres religiosas, transmitidas de generación en generación,
son verdaderas lecciones de vida cristiana: desde las oraciones personales, o
de familia, que habéis aprendido directamente de vuestros padres, hasta las
peregrinaciones que convocan a muchedumbres de fieles en las grandes fiestas de
vuestros santuarios.
Estas
celebraciones de la Iglesia, hacia las cuales ha de encauzarse dócilmente la
religiosidad popular son sin duda alguna momentos de gracia. En ellas, habéis
notado seguramente cómo vibra vuestro corazón, a compás con los nobles
sentimientos que vuestra oración y vuestra vida elevan a Dios. Que esos
momentos de conversión profunda y de encuentro gozoso en la Iglesia, sean cada
vez más frecuentes, especialmente para celebrar los sacramentos. Las fiestas de
los Patronos de cada lugar, los tiempos de misión, las peregrinaciones a los
santuarios, son como invitaciones que el Señor dirige a toda la comunidad –y a
cada uno–, para avanzar por el camino de la salvación.
La Virgen
nos enseña con su ejemplo a poner en el Señor nuestra confianza de hijos
mediante la alabanza y la acción de gracias.
También
vuestro amor y devoción a la Virgen y al Niño Dios tienen manifestaciones
parecidas, afincadas en siglos de tradición. De modo muy humano, con vuestros
trajes, instrumentos y ritmos, se expresa visiblemente la fe de los hijos de
esta tierra, que con todo su ser y al son de la música tributan honor a Cristo
y a María Santísima. Se reproduce en cierto sentido aquella escena del Antiguo
Testamento, pero esta vez en honor de María. Arca de la Nueva Alianza.
“Bendito
el fruto de tu vientre, Jesús”: María ha llevado en su seno al Hijo de Dios
encarnado, autor y mediador de la nueva y eterna Alianza. Por esto, tantos
cristianos la aclaman a diario con la invocación contenida en las letanías
lauretanas: “Arca de la Alianza”
¡Ojalá la
devoción popular a la Virgen se mantenga siempre viva en Chile, y en todos los
chilenos y chilenas.
Virgen
María, Madre de Dios y Madre nuestra. Reina de la Paz y Patrona de Chile.
Enséñanos a orientar toda nuestra piedad según las enseñanzas de Jesús y el
beneplácito del Padre.
(Extracto
homilía del santo padre San Juan Pablo
II La Serena Chile 5 de abril 1987)
FOTOS Y AUDIOVISUAL ANTONIO BARBAGELATA FIGARI
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