8 DE SEPTIEMBRE 2019
SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA
1810-2019
18 DE
SEPTIEMBRE
209 AÑOS DE LA
INDEPENDENCIA DE CHILE
La Independencia de Chile conmemora
el aniversario de la primera Junta de Gobierno constituida en 1810.
La independencia de Chile se consolidó el 12 de febrero de 1818, día en
el que don Bernardo O’Higgins Riquelme, uno de los principales próceres del
proceso independentista de Chile, firmó al Acta de Independencia que
oficializaba la independencia definitiva del gobierno español.
MISA A LA CHILENA 11:30 HRS
ESQUINAZO A LA MATER
FIESTA DE LA CHILENIDAD EN FAMILIA
13:30 HORAS
Fotos y audiovisual: Antonio Barbagelata Figari
Génesis de la Misa a la Chilena
La idea de
la Misa a la chilena comenzó a gestarse en 1960, luego de que
Vicente Bianchi escuchara la Misa Luba y la Misa Bantu:
"Los misioneros iban allá a concientizar sobre la religión desde Europa, y
hacían cantar los rezos católicos con la música y ritmos propios de África. Yo
pensaba por qué no se podría hacer en todos los países lo mismo" (Rodríguez,
Ana. "Vicente Bianchi, sin premio nacional de Música", The Clinic, 28
de noviembre, 2010).
En 1964, tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia accedió a autorizar la celebración de la misa en la lengua vernácula, resolución que
dio un espaldarazo definitivo al proyecto que Bianchi llevaba años madurando:
"Quise en esos momentos brindar a mi patria, a la Iglesia y a su pueblo
cristiano una obra de inspiración similar, pero bien chilena, sencilla,
solemne, sin excesiva elaboración técnica y de fácil captación popular, y muy
representativa de nuestra nacionalidad y devoción religiosa. Imposibilitó la
tarea, en ese entonces, el hecho de que todos los textos de la Iglesia fueran
en latín, pues la mezcla de esa lengua con los ritmos chilenos seguramente no
habría resultado muy feliz (Cuadernillo de disco Misa a la chilena y
otros 6 temas chilenos. Interpreta Coro Chile Canta. Santiago: EMI, 1991).
Junto a su
amigo Jorge Inostroza llevó la misa terminada a un sacerdote salesiano amigo.
Al tararearla al piano, este quedó tan entusiasmado que llamó a otros
sacerdotes que escucharon gustosos las melodías. Fue entonces cuando llegó al
Cardenal Raúl Silva Henríquez, quien la recibió con entusiasmo y resolvió
apoyar la iniciativa con fervor, incluso con una carta pública luego de que
esta misa se convirtiera en objeto de controversia pública a causa de su
lenguaje musical y textual (Bianchi, Vicente. "Vicente Bianchi está
componiendo la música que Chile le cantará al Papa", El Mercurio,
Santiago, 1 de julio de 1986, C10). Las voces más conservadoras calificaban
como un auténtico escándalo el que una misa -más encima, en español- finalizara
con una cueca, en tiempos en que aún pesaba sobre esta la idea de que se
trataba de música "pecaminosa" o de que no había cabida para la
guitarra dentro de una iglesia (Bianchi, Vicente. "¡Cuando la música
clásica era popular!", Suplemento Crónicas del Domingo, Diario
Austral, Puerto Montt, 7 de junio de 1987, p.7).
Fue el
mismo Cardenal Silva Henríquez quien la estrenó en la Capilla Santa Adela de
Maipú en 1965. Desde entonces, algunas de sus partes, como el
"Sanctus", se difundieron como composiciones habituales para la misa
dominical en localidades de todo el país, pasando a transformarse en parte del
patrimonio religioso chileno.
La Misa
a la Chilena esta compuesta de cinco partes: "Kyrie",
"Gloria", "Credo", "Sanctus" y "Agnus
Dei", además de un "Aleluya" final. "Ella presenta los
ritmos de la zona central de Chile, que a mi juicio son los más representativos
de nuestra nacionalidad" (Cuadernillo de disco Misa a la chilena y
otros 6 temas chilenos. Interpreta Coro Chile Canta. Santiago: EMI, 1991).
Traducida al inglés, al sueco y al alemán, la obra ha cosechado gran éxito
también en el extranjero, y junto a la segunda misa de Bianchi -Misa de la
Cruz del Sur (1970), basada en los diez ritmos más representativos de
América Latina- ha sido publicada en varios países de Europa, como Italia,
Suecia, Holanda y Estados Unidos.
A partir de
estas experiencias, en 1987 le fue encargada una obra para celebrar la visita
del Papa Juan Pablo II
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