lunes, 23 de septiembre de 2019

No se puede servir a Dios y al Dinero.

Domingo 22 de Septiembre 2019
25 del tiempo ordinario
Presidió Padre Manuel José Rodriguez

Santuario Cenáculo de Bellavista


HOMILÍA


 Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san 

Lucas 16, 1-13

Jesús decía a los discípulos:
Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto”.

El administrador pensó entonces: “¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!”

Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi señor?” “Veinte barriles de aceite”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo, siéntate enseguida, y anota diez”.

Después preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cuatrocientos quintales de trigo”, le respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo y anota trescientos”.

Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
Pero Yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.

El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?

Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.












Antífona de entrada

Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

Salus pópuli ego sum, dicit Dóminus.
De quacúmque tribulatióne clamáverint ad me, exáudiam eos, et ero illórum Dóminus in perpétuum.


«Io sono la salvezza del popolo», dice il Signore, «in qualunque prova mi invocheranno, li esaudirò,e sarò il loro Signore per sempre».


LITURGIA DE LA PALABRA



   HOMILÍA










 LITURGIA EUCARÍSTICA






































Fotos y audiovisual: Antonio Barbagelata Figari
Misa a cargo de la Pastoral de Bellavista

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