Domingo 22 de Septiembre 2019
25 del tiempo ordinario
Presidió Padre Manuel José Rodriguez
Santuario Cenáculo de Bellavista
HOMILÍA
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san
Lucas 16, 1-13
Jesús decía
a los discípulos:
Había un
hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus
bienes. Lo llamó y le dijo: “¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta
de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto”.
El
administrador pensó entonces: “¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el
cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que
voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!”
Llamó uno
por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi
señor?” “Veinte barriles de aceite”, le respondió. El administrador le dijo:
“Toma tu recibo, siéntate enseguida, y anota diez”.
Después
preguntó a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?” “Cuatrocientos quintales de trigo”, le
respondió. El administrador le dijo: “Toma tu recibo y anota trescientos”.
Y el señor
alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque
los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos
de la luz.
Pero Yo les
digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que
éste les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El que es
fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo
poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del
dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con
lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún
servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o
bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede
servir a Dios y al Dinero.
Antífona de entrada
Yo soy el
salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su
angustia y seré su Señor para siempre.
Salus pópuli ego sum, dicit
Dóminus.
De
quacúmque tribulatióne clamáverint ad me, exáudiam eos, et ero illórum Dóminus
in perpétuum.
«Io sono la
salvezza del popolo», dice il Signore, «in qualunque prova mi invocheranno, li
esaudirò,e sarò il loro Signore per sempre».
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA EUCARÍSTICA
Fotos y audiovisual: Antonio Barbagelata Figari
Misa a cargo de la Pastoral de Bellavista
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