En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha". Les dijo también: "¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra". Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-23 Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
TÉRMINO DEL TIEMPO PASCUAL Y SE REANUDA EL TIEMPO ORDINARIO EN LA LITURGIA DE LA IGLESIA.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete
un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano.
Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que
se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso,
díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como
de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y
todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir
algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o
tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos".
Del santo Evangelio según san Mateo:
14, 13-21 En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el
Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al
saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús
desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los
enfermos.
Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: "Estamos en
despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos
y compren algo de comer". Pero Jesús les replicó: "No hace falta que
vayan. Denles ustedes de comer". Ellos le contestaron: "No tenemos
aquí más que cinco panes y dos pescados". Él les dijo:
"Tráiganmelos".
Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los
dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y
se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos
comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce
canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las
mujeres y a los niños. Palabra del Señor.Gloria a ti, Señor Jesús.
(Del libro hacia el Padre. Siervo de Dios P. José Kentenich nro 196-198)
Por eso, tengo que
estar con mi corazón abierto bajo la cruz… Tengo que hacerme realmente sensible
a los sacrificios de Cristo y a los tuyos, para hacerme sensible a la gracia, a
sus impulsos e insinuaciones. Madrecita querida, dame delicadeza de oído,
particularmente ante lo me llega por sufrimiento y peticiones de sacrificios
que me haga mi Padre Celestial.
(Diario V.361 1.7.60 Siervo de Dios Mario Hiriart)
RITOS INICIALES ENTRADA
LITURGIA DE LA PALABRA PRIMERA LECTURA-SALMO RESPONSORIAL-SEGUNDA LECTURA
LECTURA DEL EVANGELIO
Del
santo Evangelio según san Mateo: 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó
consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a
solas con Él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro
se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como
la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con
Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bueno sería quedarnos
aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías".
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una
voz que decía: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis
complacencias; escúchenlo". Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en
tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo:
"Levántense y no teman". Alzando entonces los ojos, ya no vieron a
nadie más que a Jesús.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No le cuenten a nadie lo
que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los
muertos"
S: Palabra del Señor .Te
alabamos Señor
HOMILÍA
LITURGIA EUCARÍSTICA PREPARACIÓN DE LOS DONES
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
PLEGARIA EUCARÍSTICA EPÍCLESIS
NARRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN Y CONSAGRACIÓN EL CUERPO