Padre José kentenich
La espada Santa de la doble consagración(104)
ha renovado milagrosamente para el mundo
la donación de Cristo,
Cordero del sacrificio,.
como instrumento, con cuanto posemos,
nos unimos a El, la Oblación.
En la altura sacrosanta del Gólgota(105)
vemos , con espíritu de fe,
A su Madre y compañera,
que con el se ofrece
Y que nos mira con bondad.
Por nosotros se entrega con su Hijo
al Padre reinante en su trono
Nos envía a tu Hijo (102)
Nuevamente a esta tierra
A renovar su sacrificio,
A celebrarlo en el altar
Padre, quieres darnos como alimento (127)
al cordero, que da su vida por nosotros;
para unión de amor, nos donas a tu Hijo,
que nosotros, Padre, te hemos regalado.
Así como los alimentos se transforman (128)
en aquél a quien sustentan,
así incorporamos a ti, Señor,
A quien alaban cielos y tierra
(Hacia el Padre)
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