Festiva celebración de Nuestra Señora del Carmen en Santuario Nacional de Maipú
En un ambiente de esperanza y alegría monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, ofició la misa por Chile en el Santuario Nacional de Maipú durante la fiesta de Nuestra Señora del Carmen el sábado 16 de julio. La Eucaristía fue concelebrada por el Padre Carlos Cox, rector del Santuario; monseñor Héctor Gallardo, vicario de la zona oeste; el Padre Marek Burzawa, vicario para la familia y decenas de sacerdotes de la zona. Entre la gran cantidad de feligresía que asistió en una tarde fría, pero luminosa se encontraba el Ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet; el alcalde de Maipú, Alberto Undurraga y la diputada Mónica Zalaquett.
Durante su homilía, monseñor Ezzati destacó que Chile vive días de insatisfacción que se manifiestan en variados signos y que en este escenario la Virgen María “nos vuelve a indicar el camino de vida y de futuro que es su Hijo también para Chile”. Indicó: “La invitación es que Chile entero en este momento de su historia, con tantos signos de vida y también con tantas preocupaciones, vuelva su mirada a la Palabra eterna, a la palabra de verdad, a la palabra que no engaña que es su Hijo Jesucristo”. Dirigiéndose a la asamblea el Arzobispo explicó que “los discípulos de Jesús no pretendemos tener poder, no es nuestra tarea, pero sí queremos hacer presente que el futuro de Chile será grande, será fraterno, será lleno de esperanza si en sus cimientos está presente la enseñanza eterna de Dios que nos ha creado para la comunión y para la solidaridad”. Añadió que la Iglesia entera pide a Nuestra Señora del Carmen “que ilumine a todos quienes tienen responsabilidad en el país para que la Luz de Cristo, del Evangelio, ilumine el discernimiento, las opciones y las decisiones” con el fin de hacer de Chile una mesa para todos.
Sabiduría para discernir
Monseñor Ricardo Ezzati fue enfático en señalar la responsabilidad de cada uno en la construcción del bien común. “La Virgen quiere hacernos descubrir también la responsabilidad personal que cada uno de nosotros, que los grupos sociales, los políticos, los actores de la vida cultural tenemos en el país para construir fraternidad y paz”. Indicó: “María es madre de todos, es madre que suscita e invita a todos a participar desde la propia responsabilidad en la construcción del futuro de Chile”. Respecto a la problemática estudiantil relató que ayer invitó a los dirigentes “a no cortar sus alas ni las alas de sus compañeros estudiantes, los invitaba a presentar con respeto sus posiciones y a escuchar también la voz que viene de quienes tienen responsabilidad de conducir el país”. Resaltó que “la capacidad de diálogo, de hacer caminos juntos, de comprender lo que es posible de lo que no es posible inmediatamente es una sabiduría importante que debiéramos adquirir y potenciar”. El Arzobispo indicó: “Todos queremos una mejor educación para Chile, todos queremos mayores posibilidades para que nuestros hermanos más pobres puedan sentarse a la mesa de la dignidad, todos queremos que los aportes de nuestros dones lleguen a ser escuchados y formen parte del gran proyecto de construir una nación de hermanos. Qué importante es que asumamos la responsabilidad que nos corresponde y que simplemente no esperemos mágicamente la solución de nuestros problemas, sino que nos comprometamos todos desde nuestras responsabilidades a colaborar con la solución”.
Durante la Eucaristía se oró fervientemente por el país, sus necesidades y por las autoridades que la dirigen. Al final de la misa se entonó solemnemente la canción nacional y monseñor Ricardo Ezzati hizo un llamado a dar gracias a Dios por la fecunda historia de la Iglesia de Santiago en estos 450 años de vida.
Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 16/07/2011
Durante su homilía, monseñor Ezzati destacó que Chile vive días de insatisfacción que se manifiestan en variados signos y que en este escenario la Virgen María “nos vuelve a indicar el camino de vida y de futuro que es su Hijo también para Chile”. Indicó: “La invitación es que Chile entero en este momento de su historia, con tantos signos de vida y también con tantas preocupaciones, vuelva su mirada a la Palabra eterna, a la palabra de verdad, a la palabra que no engaña que es su Hijo Jesucristo”. Dirigiéndose a la asamblea el Arzobispo explicó que “los discípulos de Jesús no pretendemos tener poder, no es nuestra tarea, pero sí queremos hacer presente que el futuro de Chile será grande, será fraterno, será lleno de esperanza si en sus cimientos está presente la enseñanza eterna de Dios que nos ha creado para la comunión y para la solidaridad”. Añadió que la Iglesia entera pide a Nuestra Señora del Carmen “que ilumine a todos quienes tienen responsabilidad en el país para que la Luz de Cristo, del Evangelio, ilumine el discernimiento, las opciones y las decisiones” con el fin de hacer de Chile una mesa para todos.
Sabiduría para discernir
Monseñor Ricardo Ezzati fue enfático en señalar la responsabilidad de cada uno en la construcción del bien común. “La Virgen quiere hacernos descubrir también la responsabilidad personal que cada uno de nosotros, que los grupos sociales, los políticos, los actores de la vida cultural tenemos en el país para construir fraternidad y paz”. Indicó: “María es madre de todos, es madre que suscita e invita a todos a participar desde la propia responsabilidad en la construcción del futuro de Chile”. Respecto a la problemática estudiantil relató que ayer invitó a los dirigentes “a no cortar sus alas ni las alas de sus compañeros estudiantes, los invitaba a presentar con respeto sus posiciones y a escuchar también la voz que viene de quienes tienen responsabilidad de conducir el país”. Resaltó que “la capacidad de diálogo, de hacer caminos juntos, de comprender lo que es posible de lo que no es posible inmediatamente es una sabiduría importante que debiéramos adquirir y potenciar”. El Arzobispo indicó: “Todos queremos una mejor educación para Chile, todos queremos mayores posibilidades para que nuestros hermanos más pobres puedan sentarse a la mesa de la dignidad, todos queremos que los aportes de nuestros dones lleguen a ser escuchados y formen parte del gran proyecto de construir una nación de hermanos. Qué importante es que asumamos la responsabilidad que nos corresponde y que simplemente no esperemos mágicamente la solución de nuestros problemas, sino que nos comprometamos todos desde nuestras responsabilidades a colaborar con la solución”.
Durante la Eucaristía se oró fervientemente por el país, sus necesidades y por las autoridades que la dirigen. Al final de la misa se entonó solemnemente la canción nacional y monseñor Ricardo Ezzati hizo un llamado a dar gracias a Dios por la fecunda historia de la Iglesia de Santiago en estos 450 años de vida.
Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 16/07/2011
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