martes, 21 de febrero de 2012

EL VIOLETA COLOR DE LA CUARESMA


EL VIOLETA O COLOR MORADO
Este color toma su nombre de una flor “violeta”. Viene de ion nombre griego de la flor y palabra que tal vez de la misma familia de ios cuyo significado en griego es “la flecha”, “el veneno”.
Durante mucho tiempo se consideró venenosa las violetas. Para los griegos de la antigüedad, estas era un don de Zeul. Una leyenda cuenta que el amo del olimpo transformó en becerra a la hermosa is, para protegerla de los celos de su mujer Hera, e hizo nacer esta flor para suministrar un follaje digno de ella.

SIMBOLOGIA

La simbología esta ligada en parte a esa flor. Su tono delicado y el perfume discreto  que exhala, hacen de ella un símbolo de la modestia. Por eso en la antigüedad los griegos y celtas, adornaban con ella el féretro de las jóvenes que morían. Tiene también la característica de ser precoz (es una de las primeras en aparecer hacia el final del invierno) y por eso es el emblema de la perseverancia y la renovación.

El violeta que contiene igual proporción de rojo y de azul a medio camino entre la calidez del púrpura y las luces del azul simboliza el equilibrio y la acción bien meditada.

EL VIOLETA Y LO SAGRADO

El vínculo entre el violeta y lo sagrado es antiguo. En la mitología pagana el arco iris, simbolizaba el nexo entre la tierra y el cielo, entre los hombres y los dioses. Los griegos lo llamaban comúnmente “la faja de iris”. Iris era la mensajera de los dioses, especialmente de Zeus y de Hera, contraparte femenina.  En el viejo testamento (Ex 28,15 s) la amatista se identificaba con una de las doce piedra engastada en el pectoral (este mismo de olor oro, púrpura, violeta, púrpura rojo y bermellón carmesí del gran sacerdote Judío. 
Su solemnidad atrajo a la Iglesia católica, que incorporó tempranamente el violeta a la liturgia tradicional. Para ella es el color que representa la pasión de Cristo, su sufrimiento y su sacrificio.
Durante la Edad Media, en las representaciones de los misterios, género teatral que ponía en escenas temas religiosos extraídos en particular de la vida de Cristo, este aparecía vestido con un traje violeta. La iglesia católica lo adoptó también como color dedicado a los mártires que, a  imagen  de Jesús, sufrieron el suplicio de la pasión.
Como simboliza también las bodas místicas, que asocian el dolor a la elevación espiritual, el violeta sae convirtió en color habitual del traje de los obispo, cuyos anillos pastoral va siempre adornado de una amatista generalmente cuadrada o oval.
El violeta aparece como el color por excelencia de la espera y la germinación. Se Le da el carácter de símbolo del alma que aspira a la luz. Por esta razón, en el calendario litúrgico se lo ha escogido como tono de la vestimenta de los sacerdotes y de los adornos de los altares, en vísperas de grandes festividades o solemnidad;

Los cuatro domingos de adviento.
Las vísperas de epifanía (seis de enero)
Tiempo de cuaresma.

De manera general, el violeta es el color de las personas piadosas y devotas. Mas allá del martirio representa la abnegaciones el color de contrición, humildad  y la plegaria profunda . Los sacerdotes lo llevan todo el año para la administración del sacramento de la penitencia o reconciliación, rito por el cual se da la absolución al pecador que ha confesado su falta y manifiesta su arrepentimiento.

Simboliza el temor reverencial, la confianza entristecida,  en la dulzura del amor supremo en el arrepentimiento y el pesar. Se  le atribuye el don de infundir coraje a imagen de la amatista que es el símbolo de paz del alma, de fortuna y felicidad. Es el color de la fe y de la obstinación.
El violeta, color triste y frío, que por las noches parece negro, fue adoptado como color de duelo. Simboliza la transición entre la vida (el rojo) y la inmortalidad (el azul). De este modo lo llevan todo el año los sacerdotes para administrar la unción de los enfermos, sacramento otorgado a los enfermos en peligro de muerte y en los entierros.
El violeta suele ser emblema de la soledad y el descanso eterno. Se ha dicho que el violeta favorece el equilibrio sicológico y que es excelente color para la concentración y la búsqueda espiritual.
EL violeta aparecería así como un color muy extraño. En su tono oscuro, es grave y severo. Al ligarlo a su liturgia la iglesia determino su significación. Se convertirá en el símbolo de enmienda, de la humildad y de la modestia. Si se mezcla con mucho blanco, por el contrario puede parecer debil. A medio camino entre los dos es un tono suave, mullido, hermético como el tinte sobrenatural y fantasmagórico del crepúsculo. En resumen se trata de un color misterioso, cuyo encanto reside justamente en ese carácter.





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