Madre,
así como pasaste con el Señor por la Vida,
con
El viviste,
amaste
y sufriste,
ahora,
una vez terminado
el
curso de la existencia,
te
asume El , con cuerpo y alma al cielo.
De
corazón participo,
Madre,
en tu dicha y la suya,
e
imploro un destino semejante para el mundo.
(Hacia
el Padre P. José Kentenich nro 354)
Madrecita:
tú eres el perfecto Cáliz; junto con ser Madre de Cristo te desposaste con el
Espíritu Santo, entregando todo tu amor con perfecta exclusividad para Él. Te
ruego Madrecita, Tú que eres mi camino
y mi guía, condúceme hacia lo más hondo
del corazón de tu Hijo.
(Diario
IV-36,2.9.57) Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido.
En preparación a los 50 años de la Pascua de Mario Hiriart 1964-2014
María fue pobre y sencilla. En Caná la encontramos
en medio del pueblo, de la vida humana, de la vida de familia, en las alegrías
más legítimas….. Por eso es que María se dio cuenta al punto de lo que pasaba….
Con María en nuestros apuros. Faltó el vino. Pero allí estaba María felizmente.
Ella con su intuición femenina vio el ir y venir, el cuchicheo, los jarros que
no se llenaban… Y sintió toda la amargura de la pareja que iba a ver aguada su
fiesta, la más grande de su vida… Sintió su dolor como propio. Comprensión de
los dolores ajenos (…). Y ella comprendió… que ella podía hacer algo, y que él
lo podía todo.
(San Alberto Hurtado Cruchaga, en su Pascua,el día 18 de agosto de 1952)
LECTURA DEL EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-56
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".
Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre".
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
HOMILÍA
CONSAGRACIÓN
El Padre Andrés Larrain deja la pastoral del Santuario Cenáculo de Bellavista y asume el Padre Juan Ignacio Pacheco
REZO DEL ÁNGELUS Y CONSAGRACIÓN A LA MATER
No hay comentarios:
Publicar un comentario