SANTUARIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
LA MADRE DE SANTIAGO
CERRO SAN CRISTÓBAL, PARQUE METROPOLITANO
8 DE DICIEMBRE
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Dios
nuestro, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen María preparaste una
digna morada para tu Hijo y, en previsión de la muerte redentora de Cristo, la
preservaste de toda mancha de pecado, concédenos que, por su intercesión,
nosotros también, purificados de todas nuestras culpas, lleguemos hacia ti. Por
nuestro Señor Jesucristo,...
ORACIÓN COLECTA
Historia del Santuario
AÑO JUBILAR DEL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Los
papas León XIII y Pío X propusieron que, durante el año 1904, se celebrará el
quincuagésimo aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada
Concepción.
Asumiendo
la invitación pontificia, el 20 de octubre de 1903, el Arzobispo de Santiago,
Mariano Casanova y Casanova, pidió al presbítero don José Alejo Infante Concha,
Provisor Oficial del Arzobispado de Santiago, que organizara una reunión de
sacerdotes y laicos “a fin de dar a conocer los deseos de los ilustrísimos
soberanos Pontífices León XIII y Pío X de celebrar con grande entusiasmo
y con festividades religiosas el dicho aniversario…”.
El
22 de noviembre se reunía, en el aula Arzobispal, la solicitada asamblea
formada por sacerdotes y gran numero de caballeros, presididos por el Arzobispo
Casanova. Ese día se creaba una comisión encabezada por don José Alejo Infante
e integrada por los sacerdotes Alberto Ugarte, José Ignacio González, Tomas
Meza, Alejandro Larrain, Pedro José Infante, y los laicos Domingo Fernández
Concha, Enrique Peña Warnes, José Antonio Lira, Juan Bautista González, Luis
Gregorio Ossa, Ramón Subercaseaux Vicuña, Osvaldo Pérez Sánchez, Vicente
Echeverria Larrain, Rafael Luis Gumucio, Ramón Santelices, José Manuel
Eguiguren, Onofre Jarpa Y Eugenio Joannon.
En
esos años no existía en Santiago ningún santuario de grandes magnitudes para el
culto de la Madre de Dios. Variadas advocaciones eran veneradas en distintos
templos esparcidos por todo el territorio, sin embargo, no podrían albergar a
un mayor número de peregrinos.
Es
así como el presbítero Alejo Infante propone, en esta comisión, que la
celebración central consista en la colocación de una imagen de la Inmaculada
Concepción, de gran tamaño en lo más alto del cerro San Cristóbal
Para
poder llevar a cabo estas celebraciones era necesario conseguir los recursos, a
si es como don Miguel R. Prado tuvo a su cargo congregar a un grupo de señoras
que serian las responsables de reunir los dineros que costearían los trabajos
de construcción e instalación de la imagen. El sitio escogido fue asegurado a
través de una donación de la Recoleta Dominica y las Hermanas Carmelitas de
Santa Teresa, conocidas en la en la época como Monjas Teresianas, al
Arzobispado de Santiago.
Como
certifica el acta notarial de la donación, se trata de un terreno ubicado en la
cumbre del cerro San Cristóbal y cuanto se encierre en un radio de 100 metros,
con el fin de ubicar ahí “La estatua de la Santísima Virgen con que se quiere
solemnizar el quincuagésimo aniversario de la proclamación del Dogma de la
Inmaculada Concepción, y mantener alrededor de la estatua un espacio adecuado
para el ornato del monumento y para la comodidad de los fieles en sus
visitas”
El
Arzobispo de Santiago, don Mariano Casanova, envía una comunicación oficial a
las otras diócesis explicando los planes sobre la culminación de las
celebraciones del aniversario del dogma, con la colocación de una imagen
monumental en honor de la inmaculada. Muchos respondieron contagiados de la
felicidad de tan noble y hermosa empresa, lo cual es un ejemplo del efecto que
comenzaba a generar esta iniciativa.
Con
la decisión de situar en la cumbre del cerro San Cristóbal un colosal monumento
a la Purísima, la anteriormente mencionada comisión inicia la búsqueda de
alguna imagen que pueda ocupar tan exclusivo atrio.
La
ausencia de modelos originales de la Virgen Inmaculada en talleres de distintos
escultores consultados los lleva a tomar la decisión de reproducir una imagen
ya existente. Se solicitan presupuestos y modelos para la obra a Francia,
Italia, España y Alemania.
La
posibilidad mas cierta es, entonces, la reproducción de la llamada “Virgen de
Roma” a la cual ya nos hemos referido. Esta estatua fue proyectada por el
arquitecto Luigi Poletti y es una obra de Giuseppe Obici.
Camino y piedra
El
grupo encargado comienza a tomar las mejores decisiones para que todo
salga como se espera; que material usar, de que modo enclavarla y como hacerla
llegar son algunas preguntas que durante el proceso se irán respondiendo
en un notable trabajo en equipo, como se puede percibir en las comunicaciones
de la época. El fin último es poder entregarle a la ciudad de Santiago un
regalo incomparable.
El
cerro San Cristóbal representa un gran desafío para llevar adelante este
proyecto, pues en esta época, solo existía un pequeño sendero para llegar a la
cumbre. Entonces se requiere de un proyecto vial que hiciera posible la
instalación de la imagen de la Virgen y la llegada de los futuros peregrinos a
ese lugar.
Finalmente
se contrató a dos ingenieros para que realizaran la apertura del camino de un
metro de ancho. El costo de ese trabajo fue de 2 mil 700 pesos de la
época. Con el tiempo ese trayecto se ensancho hasta el plano. Además
se hicieron dos puentes de concreto armados sobre los canales que costaron
1.200 pesos.
El
8 de diciembre de 1904 se peregrino desde la Catedral de Santiago hasta el
pórtico de las Monjas Teresianas. Ahí, Monseñor Mariano Casanova, Arzobispo de
Santiago, bendijo la piedra que posteriormente fue tomada por algunos padrinos
y llevada hasta la cumbre del cerro. Según consignan los documentos de la
época, ese día hubo un “gran concurso de sacerdotes, caballeros y señoras y
numeroso pueblo”.
Gracias
a los contactos realizados por el embajador de chile en Paris, se le encarga a
la prestigiosa fundición Francesa VAL D`OSNE la construcción de la imagen.
La
fundición VAL D`OSNE, ubicada en Paris, traslado 42 cajones cuyo peso llegaba a
los 46.783 kilos. La imagen costo 22 mil francos, aproximadamente unos 350.000
millones de pesos de hoy, el embalaje dos mil francos mas y para el traslado se
contrato un seguro por 38 mil francos, desde Francia hasta Santiago.
La
imagen de 12 metros, seria soportada por una base en fierro y concreto. Esta
era la opción mas segura y menos costosa a cargo de la compañía Holandesa para
concreto armado. Su costo fue de 40 mil pesos y fueron ellos quienes subieron
la estatua y la depositaron en el pedestal con las evidentes dificultades de la
época, pues incluso el agua debía subirse a la cima.
Fuente:
Fotos y videos Antonio Barbagelata Figari
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