miércoles, 25 de mayo de 2016

"Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".



SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE  CRISTO

DOMINGO 29 DE MAYO 2016







En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentran el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Fiel a la orden del Señor, la Iglesia continúa haciendo, en memoria de El, hasta su retorno glorioso, lo que El hizo la víspera de su pasión: "Tomó pan...", "tomó el cáliz lleno de vino...". Al convertirse misteriosamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los signos del pan y del vino siguen significando también la bondad de la creación.


Así, en el ofertorio, darnos gracias al Creador por el pan y el vino, fruto "del trabajo del hombre", pero antes, "fruto de la tierra" y "de la vid", dones del Creador. La Iglesia ve en el gesto de Melquisedec, rey y sacerdote, que "ofreció pan y vino" (Gn 14,18), una prefiguración de su propia ofrenda.
(Catecismo de la Iglesia Católica nro 1333)









Antífona de entrada

El Señor los alimentó con lo mejor del trigo, y los sació con miel silvestre. (Cf. Sal. 80,17)







Oración colecta
Señor Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros los frutos de tu redención.

Tú que eres Dios, y vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo en unidad por los siglos de los siglos.







































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