En este arduo camino de la
cruz
no puede faltar María,
tu permanente cooperadora
en la salvación de los
hombres;
el Padre la puso a ella al
lado tuyo,
como antaño le dio Eva a Adán por compañía.
Un mar de dolor
Conmueve los dos corazones…
pero nada podrá jamás
arrancar de ellos la decisión
De atenerse inconmovibles
A la voluntad del Padre
Y de recorrer junto el
camino del sufrimiento.
(Hacia el Padre 263-264 Cuarta estación. Siervo de Dios Padre José Kentenich)
Un Viernes Santo no se puede
pasar sino con Cristo; no solo con los hombres, sino junto a Él; siguiéndole
paso a paso, de Jerusalén a Getsemaní, del Huerto donde Caifás, hasta Pilato y
Herodes, y acompañándolo al Calvario. Por eso, el Viernes Santo es día de
retiro de silencio, de mortificación. Hoy es día de ayuno: ¿nos atreveremos a
decir “tengo hambre”, cuando el debió decir hoy “tengo sed”
¿Pensaremos en la dureza de
un lecho, cuando él fue clavado al madero sobre el cual fue extendido?
(Diario 1-143,8.4.55. Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido)
Fotos: Representación del Vía Crucis, santuario
Cenáculo de Bellavista año 2013
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