miércoles, 2 de abril de 2014

En este arduo camino de la cruz no puede faltar María, tu permanente cooperadora en la salvación de los hombres









En este arduo camino de la cruz
no puede faltar María,
tu permanente cooperadora
en la salvación de los hombres;
el Padre la puso a ella al lado tuyo,
como antaño le dio Eva a Adán  por compañía.

Un mar de dolor
Conmueve los dos corazones…
pero nada podrá jamás arrancar de ellos la decisión
De atenerse inconmovibles
A la voluntad del Padre
Y de recorrer junto el camino del sufrimiento.
(Hacia el Padre 263-264 Cuarta estación. Siervo de Dios Padre José Kentenich)













Un Viernes Santo no se puede pasar sino con Cristo; no solo con los hombres, sino junto a Él; siguiéndole paso a paso, de Jerusalén a Getsemaní, del Huerto donde Caifás, hasta Pilato y Herodes, y acompañándolo al Calvario. Por eso, el Viernes Santo es día de retiro de silencio, de mortificación. Hoy es día de ayuno: ¿nos atreveremos a decir “tengo hambre”, cuando el debió decir hoy “tengo sed”
¿Pensaremos en la dureza de un lecho, cuando él fue clavado al madero sobre el cual fue extendido?

(Diario 1-143,8.4.55. Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido)






Fotos: Representación del Vía Crucis, santuario Cenáculo de Bellavista año 2013




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