QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
02 DE ABRIL 2017
PRESIDIÓ PADRE RAUL FERES
COLOR LITÚRGICO MORADO
CORO LA MISIÓN
SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA
Con este domingo concluimos los cinco domingo de cuaresma y el próximo domingo 9 de abril dentro de la cuaresma,iniciamos la semana mayor o semana santa con el Domingo de ramos de la pasión del Señor.
HOMILÍA
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según
san Juan 11, 1-45
Había un
hombre enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta.
María era la misma que derramó perfume sobre el Señor y le secó los pies con
sus cabellos. Su hermano Lázaro era el que estaba enfermo. Las hermanas enviaron
a decir a Jesús: “Señor, el
que tú amas, está enfermo”.
Al oír
esto, Jesús dijo: “Esta
enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea
glorificado por ella”.
Jesús
quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando oyó que éste
se encontraba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Después
dijo a sus discípulos: “Volvamos
a Judea”.
Los
discípulos le dijeron: “Maestro,
hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y quieres volver allá?”
Jesús les
respondió:
“¿Acaso no
son doce las horas del día? El que camina de día no tropieza, porque ve la luz
de este mundo; en cambio, el que camina de noche tropieza, porque la luz no
está en él”.
Después
agregó: “Nuestro amigo
Lázaro duerme, pero Yo voy a despertarlo”.
Sus
discípulos le dijeron: “Señor,
si duerme, se sanará”. Ellos
pensaban que hablaba del sueño, pero Jesús se refería a la muerte.
Entonces
les dijo abiertamente: “Lázaro
ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado allí, a fin de que crean.
Vayamos a verlo”.
Tomás,
llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: “Vayamos también nosotros a morir con él”.
Cuando
Jesús llegó, se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro
días.
Betania
distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros. Muchos judíos habían ido a
consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que
Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la
casa. Marta dijo a Jesús: “Señor,
si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora,
Dios te concederá todo lo que le pidas”.
Jesús le
dijo: “Tu hermano
resucitará”.
Marta le
respondió: “Sé que
resucitará en la resurrección del último día”.
Jesús le
dijo:
“Yo soy la
Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que
vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”
Ella le
respondió: “Sí, Señor, creo
que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo”.
Después fue
a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz baja: “El Maestro está aquí y te llama”. Al oír esto, ella se levantó
rápidamente y fue a su encuentro. Jesús no había llegado todavía al pueblo,
sino que estaba en el mismo sitio donde Marta lo había encontrado. Los judíos
que estaban en la casa consolando a María, al ver que ésta se levantaba de
repente y salía, la siguieron, pensando que iba al sepulcro para llorar allí.
María llegó adonde estaba Jesús y, al verlo, se postró a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano
no habría muerto”.
Jesús, al
verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, conmovido y
turbado, preguntó: “¿Dónde
lo pusieron?”
Le
respondieron: “Ven, Señor,
y lo verás”.
Y Jesús
lloró.
Los judíos
dijeron: “¡Cómo lo amaba!”
Pero
algunos decían: “Éste que
abrió los ojos del ciego de nacimiento, ¿no podía impedir que Lázaro muriera?”
Jesús,
conmoviéndose nuevamente, llegó al sepulcro, que era una cueva con una piedra
encima, y dijo: “Quiten la
piedra”.
Marta, la
hermana del difunto, le respondió: “Señor,
huele mal; ya hace cuatro días que está muerto”.
Jesús le
dijo: “¿No te he dicho que
si crees, verás la gloria de Dios?”
Entonces
quitaron la piedra, y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo:
“Padre, te
doy gracias porque me oíste. Yo sé que siempre me oyes, pero lo he dicho por
esta gente que me rodea, para que crean que Tú me has enviado”.
Después de
decir esto, gritó con voz fuerte: “¡Lázaro,
ven afuera!”. El muerto salió
con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario.
Jesús les
dijo: “Desátenlo para que
pueda caminar”.
Al ver lo
que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en
Él.
Antífona de entrada Cf. Sal 42, 1-2
Hazme
justicia, Señor, y defiende mi causa contra la gente sin piedad: líbrame del
hombre falso y perverso, Señor, porque tú eres mi Dios, mi fortaleza.
SALMO RESPONSORIAL
ÁNGELUS Y CONSAGRACION A LA MATER
PASTORAL SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA
"SERVIDORES DE SANTUARIO, PARA LA MISIÓN"
FOTOS Y VIDEOS ANTONIO BARBAGELATA FIGARI
ENLACES:
SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA
La Concepción, 7626 - La Florida
Santiago - Chile
Metro Línea 5 - Est. Vicente Valdés
Metro Línea 4 - Est. Vic Mackenna
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