MARIO HIRIART 1931-1964
“Madrecita,
la Semana Santa comienza con este primer sacrificio de Cristo, el sacrificio
místico. Él se quedó en la más pequeña de sus criaturas, la hostia, por amor a mí;
¿Qué no he de entregarle yo en compensación de tanto amor, sino toda mi vida, y
en especial cualquiera dificultad que pudiera tener en ella?
Por eso, Madrecita,
tomaré como propósito particular desde hoy el de pedir a tu Hijo, al iniciar y
terminar el Vía Crucis, esa misma confianza y
total abandono filial en los brazos del Padre Celestial que le llevó a Él hasta el total sacrificio de su vida.
(Diario IV
242 3.4.58)
JUEVES SANTO
“Hoy Señor,
es jueves santo…Estoy en el Santuario enteramente a solas contigo y con nuestra
madre, haciendo mi meditación. Hoy celebras Tú Cena Pascual, congregando a los Apóstoles
en torno tuyo para dejarles- y por ellos a nosotros tu Carne y tu Sangre como
alimento para el alma.
Señor, dame
este jueves santo la gracia de
comprender mejor, de ser más sencillo, más humilde, más niño junto a Ti, de
vivir de tu presencia en mí, sobre todo a través de la santa Comunión. Que así
como Tú vienes a mí, yo me acerco a Ti, yo esté en Ti, viva en Ti y en tu amor
y de tu amor y para sólo amarte… ¡Como María, Cáliz tuyo, portador tuyo”
Diario VII-24 19.4.62
Madrecita,
y en este sentido Tú también eres el modelo perfecto. Tú fuiste la primera que
bebió el Cáliz de Cristo. Tú te alimentaste de Él desde que le llevaste en tu seno y nunca le abandonaste…
(Diario
III-174 28.7.57)
VIERNES SANTO
Un Viernes Santo no se puede
pasar sino con Cristo; no solo con los hombres, sino junto a Él; siguiéndole
paso a paso, de Jerusalén a Getsemaní, del Huerto donde Caifás, hasta Pilato y
Herodes, y acompañándolo al Calvario. Por eso, el Viernes Santo es día de
retiro de silencio, de mortificación. Hoy es día de ayuno: ¿nos atreveremos a
decir “tengo hambre”, cuando el debió decir hoy “tengo sed”
¿Pensaremos en la dureza de
un lecho, cuando él fue clavado al madero sobre el cual fue extendido?
Diario 1-143,8.4.55
Cuando Cristo dio su vida
por nosotros en la cruz, rebalsando toda la sangre de su Cuerpo sobre el mundo,
lo hizo por amor a nosotros. Yo también quiero, como el cáliz, rebalsar esa Sangre hirviente de amor
sobre toda la humanidad: quiero contribuir
a esa Redención, que es volver a unir la naturaleza con la gracia
(Diario IV-71. 30.9.57)
DOMINGO DE RESURRECIÓN
El meditar
en la Resurrección me hace pensar sobre todo, y sentir la grandeza de Dios que
está sobre toda ley natural, amo de la vida y de la muerte, también de mi vida
y muerte. El conoce mi muerte y resurrección, conoce hasta las más pequeñas de
mis faltas o debilidades, pero también sabe cómo devolverme la vida sobrenatural.
Participar de la vida de Cristo glorioso significa también participar de esta
grandeza de Él, estar un poco por encima, como Él, de la muerte; especialmente
liberado de la muerte del alma…
El cáliz ha
de abrirse hacia el cielo de manera especial en Pascua de Resurrección, porque
es la fiesta en que todo ha de ser conciencia del triunfo de la sobrenaturaleza
frente a la debilidad de la naturaleza.
Diario V-63
29.3.59
FOTOS :ANTONIO BARBAGELATA FIGARI
TEXTO :CRISTO EN LOS OJOS DE MARIO HIRIART
SEPULTURA DE MARIO HIRIART SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA
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