EN EL AÑO DEL PADRE
PASCUA DEL PADRE JOSE KENTENICH 15 DE SEPTIEMBRE 1968
PARA EL EVANGELIO
Más tajante que espada de
doble filo
se ha mostrado la Palabra de
Dios:
separa con fuerza espíritu y
alma
y dispone a la
transformación interior;
impetuosa separa médula y
coyuntura;
hace fuertes y amplios los
corazones;
es juez del pensar humano;
es hoguera para el amor
divino;
es martillo que destroza
lo que en el camino estorba,
lo que nos detiene en la senda
hacia Dios
y perturba y disminuye
nuestro amor;
es semilla que arraiga
si cae en buen terreno;
que trae fruto centuplicado
si penetra hondo en los
corazones.
Padre, purifica nuestra
almas,
haz que escuchen la Palabra
y realicen dócilmente
todo lo que entonan en
nosotros sus sones.
Haz que la conservemos en
nuestros corazones
como lo hiciera nuestra
Reina de Schoenstatt,
en quien penetró cual rocío
del cielo,
y que así esperemos las
bodas eternas.
Y alegres la llevaremos al
mundo,
que asombrado retendrá el
aliento
y encontrará para siempre
la paz de Dios que
anunciaran los ángeles.
Amén.
(Hacia e Padre. Siervo de
Dios José Kentenich nro. 53-59)
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