sábado, 22 de junio de 2019

José, Alberto,Mario y Joseph nos hablan de la Eucaristía



SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO


Corpus Dómini



Domínica


23 DE JUNIO 2019

MISA 10:00 HRS

           11:30 HRS

SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA


Después de la misa 11:30 Iglesia del Espíritu Santo procesión por las calles con el Santísimo, alrededor del Santuario



Como el pan y el vino se transforman
En la vida y el ser de Cristo,
Padre, así elévanos hasta ti
Y trátanos como a tu Hijo
                 
Eterno Padre,
en el altar
nos ofrecemos con El
y te adoramos sin reservas
a ti y a tu omnipotencia.
Dispón de nuestras vidas,
que nos regalaste por amor.

Por Él, el Cordero siempre victorioso,
que yace ante ti como inmolado,
en el Espíritu Santo,
que impulsa la creación a las alturas,
recibe, Padre, de un sincero corazón filial:
adoración expiación,
agradecimiento y petición. Amén
(Hacia el Padre .P. José Kentenich nro 85.106.115)



¡Ser Cristo! He aquí todo mi problema. La razón de ser de la creación. Todo el mundo ha sido creado para la gloria del Hijo de Dios, y yo me uno al Hijo de Dios por mi bautismo, que me hace a mí también Hijo de Dios, y me vinculo más y más íntimamente cada vez que comulgo. Por la Eucaristía puedo yo decir con toda verdad: ¡Cristo vive en mí, yo en Él! No ser sino uno. Toda la razón de ser de mi vida, todo el sentido de mi existencia, lo descubro y lo recuerdo cada vez que asisto a la Santa Misa, cada vez que comulgo.

San Alberto Hurtado sacerdote Chileno.




Mi vida, Madrecita, tiene que desarrollarse centrada en torno a la santa Comunión y al Tabernáculo. Por eso, en este momento, en el silencio de nuestra capilla, más que tomar notas quiero dejarlo hablar a Él, escondido en el Sagrario.
(Siervo de Dios Mario Hiriart Diario IV-64.22.9.57)




Se comprendió que lo esencial en el acontecimiento de la última Cena no era comer el cordero y los otros alimentos tradicionales, sino la gran oración de alabanza, que contenía ahora como centro las palabras mismas de Jesús: con estas palabras había transformado su muerte en el don de sí mismo, de forma que nosotros ahora podemos dar gracias por esta muerte. Sí, sólo ahora es posible dar gracias a Dios sin reservas, porque lo más horrible --la muerte del Redentor y la muerte de todos nosotros-- ha sido transformado, gracias a un acto de amor, en el don de la vida. Así, se reconoció como realidad esencial de la última Cena la Eucaristía, lo que hoy nosotros llamamos Plegaria eucarística, que deriva directamente de la oración de Jesús en la víspera de su pasión y es el centro del nuevo sacrificio espiritual, motivo por el cual diversos Padres designaban la Eucaristía simplemente como "oración", como "sacrificio de la palabra", como sacrificio espiritual, pero que se convierte también en materia, y materia transformada: el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, el nuevo alimento, que nutre para la resurrección, para la vida eterna. De este modo, toda la estructura de palabras y elementos materiales se transforma en anticipación del banquete eterno de bodas.
Cardenal Joseph Ratzinger



FOTOS: ANTONIO BARBAGELATA FIGARI



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