viernes, 13 de septiembre de 2013

Santuario Cenáculo de Bellavista. Domingo 23 del Tiempo Ordinario, 8 de septiembre


SEPTIEMBRE MES DE LA BIBLIA





¿No deberíamos leer la Sagrada Escritura con mayor asiduidad que la acostumbrada? ¿No sería aconsejable que leyéramos más libros sobre Cristo para conocerlo más y así amarlo más? ¿Si queremos crecer en el amor de Cristo, ¿no debería ser el Tabernáculo nuestro rincón predilecto, en el cual el apóstol hallase siempre descanso? ¿No tendría que ser también la Eucaristía el eje de toda nuestra vida? 
Siervo de Dios Padre José Kentenich





Como propósito concreto para hoy, Madrecita, quiero simplemente pedirte la gracia e comprender y vivir  esta Alianza de Amor con tu Hijo y con su corazón sangrante Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido.Diario III-180,2.7.57







La Eucaristía nos ayuda a entender la Sagrada Escritura, así como la Sagrada Escritura, a su vez, ilumina y explica el misterio eucarístico. En efecto, sin el reconocimiento de la presencia real del Señor en la Eucaristía, la comprensión de la Escritura queda incompleta. Por eso, «la Iglesia honra con una misma veneración, aunque no con el mismo culto, la Palabra de Dios y el misterio eucarístico y quiere y sanciona que siempre y en todas partes se imite este proceder, ya que, movida por el ejemplo de su Fundador, nunca ha dejado de celebrar el misterio pascual de Cristo, reuniéndose para leer “lo que se refiere a él en toda la Escritura” (Lc24,27) y ejerciendo la obra de salvación por medio del memorial del Señor y de los sacramentos».

EXHORTACIÓNAPOSTÓLICA POSTSINOD AL VERBUM DOMINI DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI


RITOS INICIALES
ENTRADA





ORACIÓN COLECTA





LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA-SALMO RESPONSORIAL-SEGUNDA LECTURA












LECTURA DEL EVANGELIO



Del santo Evangelio según san Lucas: 14, 25-33

En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: 'Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar'.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".








HOMILÍA










LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS

















ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS





PLEGARIA EUCARÍSTICA
EPÍCLESIS






CONSAGRACION Y NARRACIÓN














ANÁMNESIS-OBLACIÓN-INTERCESIONES






DOXOLOGÍA 



RITO DE COMUNIÓN
FRACCIÓN DEL PAN



COMUNIÓN














ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 




RITO DE CONCLUSIÓN
BENDICIÓN 























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