SEPTIEMBRE MES DE LA BIBLIA
¿No deberíamos leer la Sagrada Escritura con mayor asiduidad
que la acostumbrada? ¿No sería aconsejable que leyéramos más libros sobre
Cristo para conocerlo más y así amarlo más? ¿Si queremos crecer en el amor de
Cristo, ¿no debería ser el Tabernáculo nuestro rincón predilecto, en el cual el
apóstol hallase siempre descanso? ¿No tendría que ser también la Eucaristía el
eje de toda nuestra vida?
Siervo de Dios Padre José Kentenich
Como propósito concreto para hoy, Madrecita, quiero
simplemente pedirte la gracia e comprender y vivir esta Alianza de Amor con tu Hijo y con su
corazón sangrante Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido.Diario III-180,2.7.57
La Eucaristía nos ayuda a
entender la Sagrada Escritura, así como la Sagrada Escritura, a su vez, ilumina
y explica el misterio eucarístico. En efecto, sin el reconocimiento de la
presencia real del Señor en la Eucaristía, la comprensión de la Escritura queda
incompleta. Por eso, «la Iglesia honra con una misma veneración, aunque no con
el mismo culto, la Palabra de Dios y el misterio eucarístico y quiere y
sanciona que siempre y en todas partes se imite este proceder, ya que, movida
por el ejemplo de su Fundador, nunca ha dejado de celebrar el misterio pascual
de Cristo, reuniéndose para leer “lo que se refiere a él en toda la Escritura” (Lc24,27) y ejerciendo
la obra de salvación por medio del memorial del Señor y de los sacramentos».
EXHORTACIÓNAPOSTÓLICA POSTSINOD AL VERBUM DOMINI
DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
RITOS INICIALES
ENTRADA
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA-SALMO RESPONSORIAL-SEGUNDA LECTURA
LECTURA DEL EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas: 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
"Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: 'Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar'.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo".
HOMILÍA
LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
PLEGARIA EUCARÍSTICA
EPÍCLESIS
CONSAGRACION Y NARRACIÓN
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