MISSALE
ROMANUM
COLOR LITÚRGICO BLANCO
AÑO C
LITURGIA DE
LA PALABRA
LITURGIA VERBI
LITURGIA DELLA PAROLA
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que
todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del
salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como la
primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de
Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo
pone en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de
proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el evangelio,
inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para
que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón,
acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios;
ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras
respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra libertad.
O bien:
Tu palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien preside,
y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo en
secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria
todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo
prescribe, se hace la profesión de fe:
PRIMERA
LECTURA
LECTIO
PRIMA
PRIMA
LECTURA
Dios, que conoce de antemano el destino de cada hombre y pueblo,había
elegido a David como jefe de su pueblo. Samuel, en su nombre, le había ungido
como a rey (1 Sam 14, 28 ss: 16, 12 ss; 2 Sam 3, 9 ss). De pastor de ovejas la
unción sagrada le había convertido, por virtud divina, en pastor de pueblos.
Una vez más Dios es fiel a sí mismo y a su palabra. David, el ungido del Señor,
el rey de todo Israel, se convierte en prototipo de nuestro Señor Jesucristo, el
hijo de David por excelencia. Jesucristo, anunciado como pastor (Ez 34, 23) se
proclama a si mismo pastor auténtico (Jn 10, 11.14) ; él es nuestro pastor (1
Ped 2, 25) ; él es por naturaleza el Señor del Universo (Col 1, 15 ss) ; él es
el Rey de reyes y Señor de los señores (cfr Apc 17, 14; 19, 16).
Del
segundo libro de Samuel: 5, 1-3
En aquellos días, todas las
tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá, y le
dijeron:
"Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: 'Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía' ".
Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel
"Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: 'Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía' ".
Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel
Verbum
Dòmini. Deo gratias.
Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor
Parola di Dio. Rendiamo grazie a Dio.
SALMO RESPONSORIAL.
PSALMUS RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Del salmo 121 R/. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: "Vayamos a la casa del Señor"! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.
¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: "Vayamos a la casa del Señor"! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.
R/.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.
R/.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: "La paz sea contigo". Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.
R/.
SEGUNDA LECTURA
LECTIO SECUNDA
SECONDA LETTURA
San Pablo contempla dos mundos
contrapuestos: el mundo irredento y el
de los redimidos, el mundo de las tinieblas y el mundo de la luz; el
reino del pecado y el reino del Hijo de su amor, establecido en la Iglesia. El amor infinito del Padre ha hecho el
milagro de arrancarnos del «dios dé este mundo» (2 Cor 4, 4) y trasladarnos, mediante
el bautismo, al reino luminoso de Cristo.
En este reino
de Cristo debemos afincamos, permanecer.
Porque es el único auténtico y verdadero reino; porque en Cristo radica, comunicado por el Padre, el supremo
poder creador y redentor (1 Cor 8, 6);
porque sólo en él y por él puede el hombre alcanzar su salvación y liberación de los poderes del mal (Hch 4, 11; Ef 2, 1-10; 6, ioss);
porque Cristo es el manantial de toda gracia, y, por consiguiente, de toda gloria; porque en Cristo, en fin, encontramos el camino seguro
hacia Dios, ya que él es el revelador
del
Padre, la imagen de Dios invisible, la Palabra de Dios
acampada entre los hombres, la luz, la verdad, el camino y «el pan nuestro de cada
día para andar este camino » hasta alcanzar la plena y definitiva posesión del Reino de Dios.
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 1, 12-20
Hermanos: Demos gracias a Dios
Padre, el cual nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo
santo, en el reino de la luz.
Él nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados.
Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en Él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de Él y para El. El existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en Él. Él es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.
Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por Él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz
Él nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados.
Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en Él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de Él y para El. El existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en Él. Él es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.
Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por Él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Verbum Dòmini. Deo gratias
Parola
di Dio Rendiamo grazie a Dio.
ACLAMACIÓN
ACLAMACIÓN (Mc 11, 9. 10) R/. Aleluya,
aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, acompañado
eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el
ambón dice:
El Señor esté con vosotros.
Il Signore sia con voi
El pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
E con il tuo spirito.
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo
El
diácono (o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti Evangélii
secúndum
Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi, Dómine.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
R: / Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN
LÉCTIO SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM
DAL VANGELO SECONDO
El drama de la cruz ofrece en Lucas características
particulares
con relación a los
otros dos sinópticos. El camino del calvario (23,
26-32) y la crucifixión (23, 33-35a) contienen datos que
ilustran
el interés parenético del evangelista. A continuación nos
describe la burla que judíos y romanos hacen del crucificado (23, 35b-38). Los primeros
usan la misma expresión del interrogatorio ante el sanedrín: «el Cristo »; y añaden: «el Elegido » (cfr Le 9, 35;
Is 42, 1). Los soldados romanos se mofan del titulo de «rey de los judíos
». De los dos malhechores crucificados con Jesús (23, 39-43) sólo uno de
ellos, según Lucas, lo increpa; el otro, en cambio, reconoce públicamente la
culpa de ambos y la inocencia de Jesús, y pide a éste un recuerdo«cuando
llegue a su reino » o «cuando venga a instaurar el reino», como prefieren
otros. Jesús concede al ladrón mucho más de lo que ha pedido: éste pide una
gracia futura; Jesús le concede la felicidad del paraíso aquél mismo día,
revelándose asi salvador de los pecadores por su muerte en la cruz, al
incorporarlos a su reino.
Cuando Jesús
estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: "A
otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si Él es el Mesías de Dios, el
elegido".
También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a Él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos".
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso"
También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a Él, le ofrecían vinagre y le decían: "Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo". Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: "Éste es el rey de los judíos".
Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: "Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro le reclamaba, indignado: "¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho". Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso"
Palabra del Señor.
Te alabamos Señor
Verbum Domini.
Laus tibi, Christe
Parola del Signore.
Lode a te, o Cristo.
Homilía
PROFESSIO FIDEI
PROFESSIONE
DI FEDE
PROFESION
DE FE
Acabada la homilía, si la
liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su
único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen,
hasta María Virgen, todos se inclinan.
que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació
de santa María Virgen,
padeció
bajo el poder de Poncio Pilato,
fue
crucificado, muerto y sepultado,
descendió
a los infiernos,
al
tercer día resucitó de entre los muertos,
subió
a los cielos
y
está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde
allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo
en el Espíritu Santo,
la
santa Iglesia católica,
la
comunión de los santos,
el
perdón de los pecados,
la
resurrección de la carne
y
la vida eterna.
Amén.
Credo in
unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et
invisibilium. Et in unum Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigenitum, et ex
Patre natum ante omnia saecula. Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo
vero, genitum, non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt.
Qui propter nos homines et propter nostram salutem descendit de caelis. Et
incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato; passus et sepultus est, et
resurrexit tertia die, secundum Scripturas, et ascendit in caelum, sedet ad
dexteram Patris. Et iterum venturus est cum gloria, iudicare vivos et mortuos,
cuius regni non erit finis. Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem:
qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul adoratur et
conglorificatur: qui locutus est per prophetas. Et unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam. Confiteor unum
baptisma in remissionem peccatorum. Et expecto resurrectionem mortuorum et vitam
venturi saeculi.
Credo
in un solo Dio,
Padre
onnipotente, creatore del cielo e della terra,
di
tutte le cose visibili e invisibili.
Credo
in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito
Figlio di Dio, nato dal Padre prima di tutti i secoli.
Dio
da Dio, Luce da Luce, Dio vero da Dio vero;
generato,
non creato; della stessa sostanza del Padre;
per
mezzo di lui tutte le cose sono state create.
Per
noi uomini e per la nostra salvezza discese dal cielo;
e
per opera dello Spirito Santo
si
é
incarnato nel seno della Vergine Maria e si é fatto uomo.
Fu
crocifisso per noi sotto Ponzio Pilato, morì e fu sepolto.
Il
terzo giorno é risuscitato, secondo le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra del Padre.
E
di nuovo verrà, nella gloria, per giudicare i vivi e i morti,
e
il suo regno non avrà fine.
Credo
nello Spirito Santo, che é Signore e da la vita,
e
procede dal Padre e dal Figlio
e
con il Padre e il Figlio é adorato e glorificato
e
ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo
la Chiesa, una, santa, cattolica e apostolica.
Professo
un solo battesimo per il perdono dei peccati.
Aspetto
la risurrezione dei morti e la vita del mondo che verrà.
Amen.
ORATIO FIDELIUM
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA DEI FEDELI
Después se hace la plegaria
universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita a los
fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son
propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su
participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones
ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia ;
b) por los gobernantes y por
la salvación del mundo entero;
e) por aquellos que se
encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El sacerdote termina la
plegaria común con una oración conclusiva
Deinde
fit oratio universalis, seu oratio fidelium.
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