lunes, 15 de junio de 2015

Jornada comunicacional del Siervo de Dios Mario Hiriart



Frente a Dios los resultados han de ser más tarde o más temprano una participación primero en el Cristo doloroso y luego en el Cristo glorioso, por así decirlo, una Pasión y finalmente una Resurrección.

(Siervo de Dios Mario Hiriart  diario V-63.29.3. 59)


UN LAICO EN PROCESO DE BEATIFICACIÓN, HIJO DE BELLAVISTA




Exposición del padre Carlos Cox  







Su sepultura en el Santuario Cenáculo de Bellavista







Biografía de Mario Hiriart Pulido

Niño de la gran ciudad
Santiago de Chile, más de cinco millones de habitantes, un tercio de toda la población nacional concentrada en un espacio relativo; desde lo alto del cerro capitalino la monumental Virgen observa las congestionadas calles de la urbe.
En este incontenible pulsar de la gran ciudad nace en 1931 Mario Hiriart. Sus padres no presentan una fe católica viva y fuerte. Los primeros 14 años viven en las cercanías del centro cívico de la ciudad junto a los abuelos. Hoy esas casas, en las que vivió su infancia este futuro y moderno Santo, se encuentran en estado ruinoso y son además un burdel. La gran ciudad olvida pronto y sigue su camino sin mirar atrás !.
En el cercano colegio, el flemático y tranquilo Mario encuentra pronto amigos. Como ratón de biblioteca y persona ordenada integra siempre el grupo de los mejores de su curso. Se perfila una vida normal y más o menos exitosa. Los planes de Dios para con este avispado jovencito son otros - no será una vida desapercibida y común. Antes de que él tome conciencia de ello, la Mater lo coge para educarlo.
Con 16 años él conoce el Movimiento de Schoenstatt. Comienza a escribir diarios de vida y a explorar en su vida interior. En la Universidad Católica fundan un grupo de estudiantes, forjan ideales y planes futuros de contribuir en su condición de ingeniero en la renovación y modernización cristiana de su país. Con determinación todos los miembros del grupo se disponen a entregarlo todo para la renovación de la sociedad, suceda lo que suceda.
Algo retirado de Santiago se reúnen estos jóvenes en torno a una pequeña capillita de la Virgen, el Santuario de Schoenstatt de Bellavista. Con la ayuda de un Padre desarrollan una espiritualidad a prueba de la contingencia diaria de la gran ciudad, la que debe ser mariana y especialmente orientada hacia el varón, en unión y en alianza.

Perdidamente enamorado
Ojos profundos de mirada comprensiva, buena figura y bella. Una niña desarma el esquema de Mario.
"En aquel verano, después de dar el Bachillerato, me encontré en La Serena con ella. No me di cuenta en un comienzo que me había enamorado: desestimé esos sentimientos como un cariño protector. ¡ Por Dios qué farsante fui y así Madrecita, Tú lo sabes muy bien, me fui enamorando terriblemente". (Diario de vida, 13.05.1955).
Mario es una persona intelectual, un poco "mateo". Conocer a Alicia - su nombre - desata en nuestro joven a las puertas de su ingreso a la universidad, un terremoto afectivo de grado 9,5 en la escala de Richter. El 28.12.1956 consigna en su diario de vida que gracias a Alicia su corazón sentía "por primera vez toda la potencia del amor humano".
Desvalido debe experimentar que sus esquemas de conducta vividos a la fecha no logran extraerlo de la confusión en que se encuentra. Toda la familia de Alicia - sus padres y sus numerosos hermanos - le resulta muy atractiva. El ve en ellos un ejemplo vivido de cristiana espiritualidad familiar.
Más de cinco años lucha en su interior con esta decisión. Desde su concepción y su vida recorrida fundada en su Fe de la Divina Providencia tiende él a ser Hermano de María. Como ingeniero desea poner su vida íntegramente al servicio del Movimiento de Schoenstatt, como laico vivir célibe en una comunidad de varones un estilo de vívida austeridad, entregar su libre voluntad a la voluntad de Dios, trabajar en pos de una cristiana renovación de las sociedades ! Pero sus sentimientos tienden hacia el matrimonio, la cercanía y el calor tierno, vivir íntegramente todas las facetas del amor, esforzarse seriamente por una acertada vida matrimonial y familiar cristiana !
La lucha se intensifica. En 1955 él siente : debo dar el salto! Ambas son atractivas. Cualquiera sea mi determinación, la situación exige un salto mortal de confianza. Sin ver y como torbellino, con los brazos extendidos en la esperanza que las poderosas manos de Dios lo cojan firmemente.

Salto mortal hacia los brazos del Padre
En su cama, tras largas horas de insomnio Mario toma en la noche del 09 al 10 de mayo de 1955 una determinación similar a un salto mortal, hacerse Hermano de María.
Nuevas sorpresas y sobresaltos no escasean. A su madre le diagnostican cáncer al pulmón. Ni su padre ni su hermano mayor desarrollan la fuerza para atender a la madre enferma. Así Mario se encuentra confrontado, como joven ingeniero de 25 años a cumplir en su quehacer profesional, cuidar de su madre, proveerla de las necesarias botellas de oxígeno, mantener el contacto con los médicos y apoyar psíquicamente al padre. Una alegría desbordante constituye para él cuando su madre accede a recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía. 24 años había cargado una culpa por lo que había dejado de acercarse a recibir los sacramentos. Liberada de dicho peso, con el alma aliviada fallece a comienzos de agosto de 1956.
En este tiempo Mario participa de un grupo de diez jóvenes que se interesan por los Hermanos de María. Existen fuertes diferencias de opinión al interior del grupo respecto de cómo debe ser el estilo de vida a llevar. El Padre que guía al grupo no tiene ideas claras en relación a un Instituto Secular Masculino. Cuando surge la posibilidad de participar de una formación para Hermanos de María en Brasil, sólo uno toma su mochila, Mario! El ingresa en la etapa de fundación de la comunidad. Como único sudamericano convive tan sólo con alemanes. Diferencias de mentalidad y problemas de comunicación marcan esta primera etapa. Poco a poco se va incorporando y aprende a valorar y amar a su "nueva familia".
A comienzos de 1960 regresa a Chile. Deberá dar otro gran salto! Tiene la posibilidad de tomar un trabajo bien remunerado y de prestigio, es decir, con horarios de trabajo fijos, ciertas comodidades y muchos beneficios más. Pero Mario opta por el cargo de docencia en la Universidad, es decir, muy inferior sueldo, poco reconocimiento, un horario de trabajo absorbente etc. El desea como docente de estilo cristiano apoyar técnica y humanamente a los estudiantes .
Gracias a estos innumerables saltos de confianza en situaciones difíciles, Mario posee algo que regala a las personas de su entorno. El es uno de los que encuentra cobijo en las paternales manos de Dios, que descansa en sí mismo, irradia profunda paz y con ello puede servir desinteresadamente al prójimo.
Fascinación por la naturaleza: tras la huella del Creador
"Estoy en Santa Adela, en Elqui, la tierra de mis amores. ¡ Por Dios que me gusta, Madrecita!" (10.03.1955). Mario tiene una relación muy especial hacia este prolongado valle cercano a La Serena y a 470 km al norte de Santiago. En siete ocasiones pasa sus vacaciones en el fundo "Santa Adela". Aquí conoció el sentimiento patrio, aquí se enamoró perdidamente, escribió poemas, cabalgó, aquí disfrutó de la naturaleza, meditó y percibió la cercanía de Dios.
"Adiós Santa Adela, adiós, Punta Azul,
Tierra de mis amores escondidos,
de mis dulces amores por siempre idos, adiós!(...)
Amar y sufrir son una misma cosa,
dos rosas diferentes de un mismo rosal.
¿ Cuál de ellas es origen, y cuál de ellas es injerto ?
Sin duda, Dios lo sabe, y yo en mi alma lo sé.
Lo sabía, Señor, cuando iba a la montaña,
al subir las quebradas o hacia el Elqui al mirar.(...)
Señor, en Santa Adela dejo un trozo de mi alma.
Tú lo sabes, Señor, y sabes el por qué,(...)
En sus cabalgatas y paseos visitó reiteradas veces el cementerio de El Tambo. El cementerio está emplazado en las afueras, detrás del poblado en un valle lateral. Lo inundan el silencio, sequedad, soledad, el silbido del viento, arena, lápidas y cruces blanqueadas a la cal. A la redonda las imponentes siluetas de las montañas, piedra desnuda y arena y por doquier cactus. En la hondanada verde profundo y a la distancia en el valle principal el río Elqui, generoso donante de vida.
"Allí recé (...) el Angelus en una tarde de verano de 1951. En ese momento tuve la impresión lúcida y clarísima de que podía comprender a los místicos, y tuve por primera vez en mi vida una conciencia inmensa, abrumadora, de la presencia de Dios junto a mí. Desde aquella vez, comencé a sentir a Dios en la naturaleza, y a amarle a través de ella con todas mis
facultades". (28.12.1956).
Estas son experiencias místicas y del corazón que nadie imagina encontrar en un ingeniero. Mario se sumerge en una nueva dimensión de experiencia de Dios; es uno con el Creador del cosmos, uno con su creación, uno consigo mismo.

Al ingeniero nada le resulta demasiado pesado
La vida continúa exigiendo de Mario. Gustoso viviría en comunidad para experimentar el apoyo de divulgar y ver crecer a los Hermanos de María y al Movimiento de Schoenstatt. Pero no es así. Su misión laica como docente en la profesión y como colaborador en el trabajo con juventud asumiendo la paternal tarea de ser corazón y alma del mundo masculino, apenas es comprendida por quienes lo rodean. Padre Kentenich, el fundador de Schoenstatt se encuentra desde 1952 en exilio eclesiástico en los Estados Unidos. La rama masculina del Movimiento de Schoenstatt en Chile está dividida, lo que no permite un crecimiento sano. Con frecuencia su salud lo abandona.
"Recuerdo muy bien cómo me resultaba imposible superar esa sensación, y cómo, a medida que se agregaba una noche de insomnio a la anterior, ella aumentaba de intensidad ". ... ayer hubo un momento en que, ante la notoria imposibilidad de absorber tantas cosas juntas, me tomé la cabeza entre las manos ante tu imagen y te pedí que me liberaras de todo esto ... ¡ Si hasta llegué a pensar en renunciar a hacer clases, o a recurrir al subterfugio de enfermarme !".
Estas dificultades lo presionan más fuerte aún a cobijarse en los brazos de su Madrecita. El ego propio se esfuma, el Tú divino gana espacio: "... mi tendencia a planificarlo todo, a calcularlo todo ... ¡ Manía tan propia de ingeniero, y a la vez tan propia de un tal Mario Hiriart! Pero el quiere que el hombre se adapte a sus planes eternos, mientras que yo quería que Dios se adaptara a mis "plancitos", a mis tontos cálculos ..." (03.11.1961).
En su relación con los jóvenes él se siente generosamente obsequiado, "... nada me atrae más que ese auscultar el interior de las almas, tocar en ellas para reconocerlas, y sobretodo para ayudarlas a madurar hacia la sabiduría de vida ... (04.07.1962). "¿ Por qué tienen los chiquillos esta confianza tan grande en mí?". (07.08.1963).
En muchas oportunidades Mario ofrece su vida a la Virgen por la materialización de sus planes respecto del Movimiento de Schoenstatt. En 1964 su oferta es tomada en serio. En el trayecto entre Chile y Schoenstatt, Alemania, pasa por Estados Unidos, donde visita al Padre Kentenich, un médico le diagnostica cáncer al estómago. Tras unos encuentros con el Fundador debe ser internado en un hospital para ser sometido a tratamiento. Mario de 33 años, colmado de deseos de vivir y afán de actividad debe una última vez soltarlo todo y saltar a los brazos de la Virgen y del Padre. Sin alcanzar Alemania, con paz en el corazón y una sonrisa en sus labios, expresión de su felicidad interior, fallece el 15.07.1964 en el hospital de Milwaukee


Foos y videos Antonio Barbagelata


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