Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo

sábado, 25 de mayo de 2019

No te escogí yo a ti, Madrecita, sino tú me escogiste a mí,

70 AÑOS DE LA ALIANZA DE AMOR DEL SIERVO DE DIOS MARIO HIRIART PULIDO
29 DE MAYO 1949-2019


El 29 de mayo de 1949, a pocos días de haber sido bendecido por el Padre Kentenich el primer Santuario de Schoenstatt en Chile, en Bellavista 20 de mayo 1949 , sellaron, como grupo, su Alianza de Amor con María. Diez años después, Mario meditaría sobre aquella hora con las siguientes palabras:

“¿Cómo interpretar mi alianza de amor? Es claro, clarísimo como el agua clara… No te escogí yo a ti, Madrecita, sino tú me escogiste a mí, pero de una cosa estoy enteramente seguro: no fui yo quien por propio impulso fui allá e hice mi consagración, sino que tú me llevaste, tú me escogiste con un rasgo de tu generosidad maternal.” (29.5.1959)

En esos mismos días de 1949 el 31 de mayo, desde el Santuario de Bellavista, por medio de un largo escrito, el Padre José Kentenich explicó a la Iglesia la misión divina de la cual se sentía portador. Entonces invitó a los hijos de Schoenstatt, a una cruzada de conversión por María en Cristo: había que volver a poner a Dios en el centro y para eso contaban con la ayuda fiel de la Santísima Virgen y con la misma fuerza con que el Espíritu Santo envió a los apóstoles en Pentecostés.


Mario Hiriart, como los demás schoenstattianos de esos años, no comprendió cabalmente el alcance de las palabras del Padre Kentenich, sin embargo, el tiempo, la gracia y sus reflexiones, fueron conduciéndolo hacia la encarnación del sueño de su fundador.
FuenteBiografía: Mario Hiriart – P. Esteban Uriburu, Editorial Patris



ORACIÓN PERSONAL DE MARIO PARA LAS VISITAS AL SANTUARIO

            Madrecita querida: así como el niño espera con ansias cada día el momento de volver a su hogar y descansar en el cariño maternal, anhelaba mi corazón el poder llegar hoy a tu pequeño Santuario. Tú lo has convertido para mí, con tu solicitud de Madre y los innumerables regalos que en él me has hecho, en el terruño amado, el hogar silencioso e inundado de paz donde cada día quisiera volver a reposar en tus brazos y entregarte toda mi debilidad y pequeñez con filial alegría. Si la jornada ha sido difícil, y aunque ella haya sido coronada sólo por fracasos exteriores, el volver junto a Ti y ofrecerte todo el día transcurrido veo cómo él se convierte en un triunfo de tu amor maternal por mi impotencia de niño, y me siento íntimamente gozoso de esa total seguridad en tu cobijamiento materno.

            Madrecita, en este hogar nuestro has juntado para mí la tierra con el Cielo. Todo lo verdaderamente bueno y amable de nuestra vida terrena, el amor filial, el amor paternal, la vinculación al terruño, el ansia de paz y felicidad espiritual, la fuerza de grandes ideales, me los has regalado desde tu Capillita. Pero todos estos bienes terrenales, aunque sublimados, me los has sabido mostrar como lo que en verdad son: sólo una nostalgia de cielo, de eternidad, de Dios...En este lugar has recogido con cariño y sabiduría maternales todo lo que puede haber de grande y de bueno en mi débil naturaleza humana, para elevarlo y transformarlo con tus gracias y orientarlo hacia la vida sobrenatural.

                        Sí, Madrecita mía, en éste tu pequeño Santuario de gracias conviertes Tú al vaso inútil y vacío de mi naturaleza en un Cáliz capaz de abrirse para recibir a Cristo. Y desde tu Santuario elevas hacia Dios ese Cáliz, mi corazón, para que él se llene de la Sangre Divina. Madrecita, haz Tú que mi corazón sobre tu Santuario sea siempre un Cáliz abierto hacia el Cielo, como Tú misma lo fuiste, de tal manera que, en este lugar que Tú elegiste para distribuir con predilección tus dones, todo el mundo natural se una en íntima armonía a lo divino, y que toda mi vida se centre exclusiva y eternamente en torno a la Sangre de tu Hijo, línea sutil que une la tierra con el Cielo.

MARIO HIRIART
1931 SU NACIMIENTO EN SANTIAGO,CHILE
1964 SU MUERTE  EN MILWAUKEE,ESTADOS UNIDOS

Tras la muerte de Mario Hiriart, el mismo Padre José Kentenich llegó a decir de él:


“Ese es el tipo de hombre que queremos encarnar.” (P. José Kentenich)


SU SEPULTURA EN EL SANTUARIO CENÁCULO DE BELLAVISTA















FOTOS Y AUDIOVISUAL: ANTONIO BARBAGELATA FIGARI

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