La Resurrección de Lázaro En la "Casa de los Pobres",
Jesús se revela como fuente de vida. Juan 11,1-45
Jesús se revela como fuente de vida. Juan 11,1-45
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que  Él nos ayude a leer la            Biblia en el mismo modo con el cual  Tú la has leído a los discípulos            en el camino de Emaús. Con  la luz de la Palabra, escrita en la Biblia,            Tú les ayudaste a  descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos             dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz , que parecía ser el             final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y  resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Tí, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Tí, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.
2. Lectura
a) Una clave de lectura:
Leamos el texto que describe la resurrección de Lázaro. Durante la lectura, trata de seguir al grupo, los discípulos, hombres y mujeres que siguen a Jesús desde la Galilea hasta Betania. Debes seguir con atención todo cuanto acontece, desde el momento del anuncio de la enfermedad del hermano que Marta y María han enviado a Jesús que se encuentra en Galilea, hasta la resurrección de Lázaro.
Leamos el texto que describe la resurrección de Lázaro. Durante la lectura, trata de seguir al grupo, los discípulos, hombres y mujeres que siguen a Jesús desde la Galilea hasta Betania. Debes seguir con atención todo cuanto acontece, desde el momento del anuncio de la enfermedad del hermano que Marta y María han enviado a Jesús que se encuentra en Galilea, hasta la resurrección de Lázaro.
b) Una división del texto para ayudar a la lectura: 
Jn 11,1-16: Jesús recibe el aviso y regresa a Betania            para resucitar a Lázaro
Jn 11,17-31: El encuentro de Jesús con las dos hermanas y la profesión de fe de Marta
Jn 11,32-45: El gran signo de la resurrección de Lázaro
Jn 11,17-31: El encuentro de Jesús con las dos hermanas y la profesión de fe de Marta
Jn 11,32-45: El gran signo de la resurrección de Lázaro
c) El texto: 
1-16: Había un enfermo,  Lázaro, de Betania,            pueblo de María y de su hermana Marta.  María era la que ungió al Señor            con perfumes y le secó los  pies con sus cabellos; su hermano Lázaro            era el enfermo. Las  hermanas enviaron a decir a Jesús: «Señor, aquel            a quien tú  quieres, está enfermo.» Al oírlo Jesús, dijo: «Esta enfermedad             no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios             sea glorificado por ella.» Jesús amaba a Marta, a su hermana y  a Lázaro.            Cuando se enteró de que estaba enfermo, permaneció  dos días más en el            lugar donde se encontraba. Al cabo de  ellos, dice a sus discípulos:            «Volvamos de nuevo a Judea.» Le  dicen los discípulos: «Rabbí, con que            hace poco los judíos  querían apedrearte, ¿y vuelves allí?» Jesús respondió:            «¿No  son doce las horas del día? Si uno anda de día, no tropieza, porque             ve la luz de este mundo; pero si uno anda de noche, tropieza,  porque            no está la luz en él.» Dijo esto y añadió: «Nuestro  amigo Lázaro duerme;            pero voy a despertarle.» Le dijeron sus  discípulos: «Señor, si duerme,            se curará.» Jesús lo había  dicho de su muerte, pero ellos creyeron que            hablaba del  descanso del sueño. Entonces Jesús les dijo abiertamente:             «Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de no haber estado allí,             para que creáis. Pero vayamos allá.» Entonces Tomás, llamado el  Mellizo,            dijo a los otros discípulos: «Vayamos también  nosotros a morir con él.»             
17-31: Cuando llegó  Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba            ya cuatro días en  el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén como            a unos  quince estadios, y muchos judíos habían venido a casa de Marta             y María para consolarlas por su hermano. Cuando Marta supo que había             venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía  en casa.            Dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado  aquí, no habría muerto            mi hermano. Pero aun ahora yo sé que  cuanto pidas a Dios, Dios te lo            concederá.» Le dice Jesús:  «Tu hermano resucitará.» Le respondió Marta:            «Ya sé que  resucitará en la resurrección, el último día.» Jesús le respondió:             «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque  muera,            vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá  jamás. ¿Crees esto?»            Le dice ella: «Sí, Señor, yo creo que tú  eres el Cristo, el Hijo de            Dios, el que iba a venir al  mundo.» Dicho esto, fue a llamar a su hermana            María y le dijo  al oído: «El Maestro está ahí y te llama.» Ella, en            cuanto  lo oyó, se levantó rápidamente, y se fue hacia él. Jesús todavía             no había llegado al pueblo; sino que seguía en el lugar donde Marta             lo había encontrado. Los judíos, que estaban con María en  casa consolándola,            al ver que se levantaba rápidamente y  salía, la siguieron pensando que            iba al sepulcro para llorar  allí. 
32-45: Cuando María  llegó donde estaba Jesús, al verle, cayó a sus pies y le             dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.»             Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la  acompañaban,            se conmovió interiormente, se turbó y dijo:  «¿Dónde lo habéis puesto?»            Le responden: «Señor, ven y lo  verás.» Jesús derramó lágrimas. Los judíos            entonces decían:  «Mirad cómo le quería.» Pero algunos de ellos dijeron:            «Éste,  que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste             no muriera?» Entonces Jesús se conmovió de nuevo en su interior y fue             al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta encima una piedra.  Dice Jesús:            «Quitad la piedra.» Le responde Marta, la hermana  del muerto: «Señor,            ya huele; es el cuarto día.» Le dice  Jesús: «¿No te he dicho que, si            crees, verás la gloria de  Dios?» Quitaron, pues, la piedra. Entonces            Jesús levantó los  ojos a lo alto y dijo: «Padre, te doy gracias por            haberme  escuchado. Ya sabía yo que tú siempre me escuchas; pero lo he             dicho por estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado.»             Dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal afuera!» Y  salió el            muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto  el rostro en un            sudario. Jesús les dice: «Desatadlo y dejadle  andar.» Muchos de los            judíos que habían venido a casa de  María, viendo lo que había hecho,            creyeron en él.
3. Un momento de silencio            orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros            e iluminar nuestra vida.
4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención en            todo este episodio narrado con tantos detalles? ¿Por qué?
b) ¿Cuál es el punto central y más importante de todo lo que el texto nos cuenta? ¿Por qué?
c) ¿Cuál es el comportamiento de los discípulos? ¿Qué dicen y qué hacen?
d) ¿Cómo se comportan Marta y María? ¿Qué dicen y qué hacen?
e) ¿Cuál es el comportamiento de los judíos? ¿Qué dicen, hacen o planifican?
f) ¿Con quién te identificas más: con los discípulos, con las hermanas, con los judíos, o con ninguno de ellos?
g) ¿Has pasado alguna vez por momentos en los que se han mezclado desesperación y esperanza, muerte y vida? En estos momentos difíciles ¿qué es lo que ha sostenido tu fe?
h) ¿En qué modo Lázaro resucita hoy? ¿Cómo sucede la resurrección hoy, dando vida nueva a los pobres?
b) ¿Cuál es el punto central y más importante de todo lo que el texto nos cuenta? ¿Por qué?
c) ¿Cuál es el comportamiento de los discípulos? ¿Qué dicen y qué hacen?
d) ¿Cómo se comportan Marta y María? ¿Qué dicen y qué hacen?
e) ¿Cuál es el comportamiento de los judíos? ¿Qué dicen, hacen o planifican?
f) ¿Con quién te identificas más: con los discípulos, con las hermanas, con los judíos, o con ninguno de ellos?
g) ¿Has pasado alguna vez por momentos en los que se han mezclado desesperación y esperanza, muerte y vida? En estos momentos difíciles ¿qué es lo que ha sostenido tu fe?
h) ¿En qué modo Lázaro resucita hoy? ¿Cómo sucede la resurrección hoy, dando vida nueva a los pobres?
5. Una clave de lectura
para aquéllos que quieran profundizar más en            el tema.
a) La diferencia entre el evangelio de Juan y los            otros evangelios: 
* Una comparación para entender estas  diferencias:            Fotografía y Rayos-X-. Ante una puesta de sol,  quedas maravillado de            la belleza de la naturaleza. Tu ves y  contemplas aquello que los ojos            miran. Es la fotografía.  Junto a tí, una amiga te dice: "¿¡Has            visto cómo aquella  nubecilla cambia de color más intenso!? ¡Así es nuestra             amistad! Ella ha visto más de lo que los ojos miraban. Son los Rayos-X-.             El amor mutuo y la fe en el otro han ampliado la visión. Así  es el Evangelio            de Juan, el Evangelio del Discípulo Amado.  El nos enseña cómo leer los            otros evangelios y a descubrir en  ellos una dimensión más profunda.            Los otros tres  evangelistas disparan la fotografía de los milagros.            Juan  dispara los Rayos-X-, revelando su sentido profundo y divino, aquél             que la sola fe ve por medio del Espíritu (Jn 14,26; 16,19).
* Por ejemplo, los sinópticos mencionan  veintiocho            milagros distintos. Juan apenas menciona siete y  los llama "signos".            De estos siete, apenas tres se encuentran  en los sinópticos. Los otros            cuatro son exclusivos de Juan:  las bodas de Caná (Jn 2,1-11), la curación            de un paralítico  en la piscina de Siloé (Jn 5,1-9), la curación del            ciego de  nacimiento (Jn 9,1-7) y la resurrección de Lázaro (Jn 11,1-44).             En el modo cómo describe estos "signos", Juan hace más que             contar simplemente milagros. Él amplía y hace de modo que ellos             puedan manifestar a Jesús como la revelación del Padre. El Evangelio             de Juan trata de clarificar la frase de Jesús: "El que me ha  visto            a mí, ha visto al Padre" (Jn 14,9). Cuando colocamos a  contraluz            la fotografía de Jesús hecha por el evangelio de  Juan, vemos el rostro            del Padre.
b) La narración de la resurrección de Lázaro en            el conjunto del Evangelio de Juan: 
* El esquema de los siete signos:
1º Signo: bodas de Caná (Jn 2,1-12)
2º Signo: curación del hijo de un cortesano (Jn 4,46-54)
3º Signo: curación del paralítico (Jn 5,1-18)
4º Signo: multiplicación de los panes (Jn 6,1-15)
5º Signo: Jesús camina sobre las aguas (Jn 6,16-21)
6º Signo: curación del ciego (Jn 9,1-40)
7º Signo: resurrección de Lázaro (Jn 11,1-44)
1º Signo: bodas de Caná (Jn 2,1-12)
2º Signo: curación del hijo de un cortesano (Jn 4,46-54)
3º Signo: curación del paralítico (Jn 5,1-18)
4º Signo: multiplicación de los panes (Jn 6,1-15)
5º Signo: Jesús camina sobre las aguas (Jn 6,16-21)
6º Signo: curación del ciego (Jn 9,1-40)
7º Signo: resurrección de Lázaro (Jn 11,1-44)
El gran signo es la HORA de la glorificación de Jesús
* Los siete signos son siete prefiguraciones de la            glorificación de Jesús que acontecerá en la Hora de su pasión,            muerte y resurrección. Cada signo  simboliza un aspecto            del significado de la pasión, muerte y  resurrección de Jesús para nuestra            vida. Y es "meditando día y  noche" a través de la Lectio Divina            o la Lectura Orante,  como podremos descubrir este significado, enriqueciendo            con  ello nuestra vida.
* La resurrección de Lázaro, el séptimo signo, abre            el camino para la llegada de la Hora, de la glorificación,             que viene a través de la muerte (Jn 12,23; 17,1). Una de las  causas            de la condena de Jesús será la resurrección de Lázaro  (Jn 11,50; 12,10).            Así, el séptimo signo será para  manifestar la gloria de Dios (Jn 11,4). "Esta enfermedad no es  de muerte, sino para la gloria            de Dios, para que el Hijo de  Dios sea glorificado por ella". (Jn            11,4). Los discípulos no  pudieron entender (Jn 11,6-8). Pero aunque            no lo entendieron,  están dispuestos a andar y morir con Jesús (Jn 11,16).            La  comprensión es poca, pero la fe es justa.
c) El significado de la resurrección de Lázaro: 
* En Betania: Todo sucede en  Betania, un pueblecito            a los pies del Monte de los Olivos,  vecino a Jerusalén. En esta narración,            la familia de Lázaro,  en donde a Jesús le gustaba hospedarse, es el            espejo de la  comunidad del Discípulo Amado del final del primer siglo.             Espejo también de nuestras comunidades. Betania quiere decir "Casa             de los Pobres". Marta quiere decir "Señora" (Coordinadora):             una mujer coordinaba la comunidad. Lázaro significa "Dios ayuda":             la comunidad pobre que todo lo esperaba de Dios. María  significa "amada            de Yahvé" imagen de la comunidad. La  narración de la resurrección            de Lázaro quiere comunicarte  esta certeza: Jesús lleva la vida a la            comunidad de los  pobres; Él es la fuente de la vida para los que creen            en Él.
* Entre la vida y la muerte:  Lázaro ha muerto.            Muchos judíos están en casa de Marta y  María para consolarlas por la            pérdida del hermano. Los  representantes de la Antigua Alianza no traen            la vida nueva.  Apenas consuelan. ¡Jesús es el que traerá la nueva vida!            En  el evangelio de Juan, los judíos son también los adversarios que             quieren matar a Jesús (Jn 10,31). Así que, por una parte, la amenaza             de muerte contra Jesús. De la otra, ¡Jesús que llega para  vencer la            muerte! En este contexto de vida y muerte es como  se realiza el séptimo            signo de la resurrección de Lázaro, la  victoria sobre la muerte.
* Dos modos de creer en la resurrección:  El            punto central es el confrontamiento entre el antiguo modo  de creer en            la resurrección que sólo tiene lugar al final de  los tiempos y la nueva            traída por Jesús, que, desde ahora,  vence a la muerte. Marta, los fariseos            y la mayoría del  pueblo creían ya en la Resurrección (Act 23,6-10; Mc            12,18).  Creían, pero no la revelaban, porque era fe en una resurrección             que sucedería sólo al final de los tiempos y no en la resurrección  presente            de la historia, que es ahora. Aquella no renovaba la  vida. Faltaba hacer            un salto. La vida nueva de la  resurrección aparecerá con Jesús.
* La profesión de fe en Jesús es profesión de fe            en la vida:  Jesús reta a Marta para que haga este salto. No basta            creer  en la resurrección que tendrá lugar al final de los tiempos, sino             que se debe creer que la Resurrección está ya presente hoy en la  persona            de Jesús y en los que creen en Él. Sobre éstos la  muerte no tiene ningún            poder, porque Jesús es la  "resurrección y la vida". Por tanto,            Marta, aunque sin ver el  signo concreto de la resurrección de Lázaro,            confiesa su fe:  "Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo            de Dios,  que debe venir al mundo".
* Humano, muy humano, igual a nosotros en todo:             Después de la profesión de fe, Marta va a llamar a María su  hermana.            María va al encuentro de Jesús, que se haya en el  mismo lugar donde            Marta lo ha encontrado. Ella repite la  misma frase de Marta: "Señor,            si hubieses estado aquí, no  hubiera muerto mi hermano" (Jn 11,21).            María llora, todos  lloran. Jesús se conmueve. Cuando los pobres lloran,            Jesús se  emociona y llora. Ante el llanto de Jesús, los otros concluyen:             "¡Ved cómo lo amaba!" Esta es la característica de las comunidades             del Discípulo Amado: el amor mutuo entre Jesús y los miembros  de la            comunidad. Algunos todavía no creen y dudan: "¿No pudo  éste, que            ha abierto los ojos del ciego, hacer que no  muriese?" (Jn 11,33.35.38).            Así es cómo Juan acentúa la  humanidad de Jesús contra aquéllos que,            al final del primer  siglo, espiritualizaban la fe y negaban la humanidad            de  Jesús.
* A nosotros nos toca quitar la piedra para que            Dios nos devuelva la vida:  Jesús ordena quitar la piedra. Marta            reacciona: "Señor, ya  hiede…pues lleva cuatro días". Una vez            más Jesús la desafía,  llamándola de nuevo a la fe en la resurrección,            que es ahora,  como un signo de la gloria de Dios: "¿No te he dicho            que si  creyeres verás la gloria de Dios?" Quitaron la piedra. Ante             el sepulcro abierto y ante la incredulidad de las personas, Jesús se             dirige al Padre. En su plegaria, ante todo, da las gracias al  Padre:            "Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé  que siempre            me escuchas". El Padre de Jesús es el mismo Dios  que siempre escucha            el grito del pobre (Ex 2,24; 3,7). Jesús  conoce al Padre y confía en            él. Pero ahora le pide un signo a  causa de la muchedumbre que lo rodea,            a fin de que pueda  creer que Él, Jesús, es el enviado del Padre. Después            grita  en alta voz: "¡Lázaro, sal fuera!" Lázaro salió fuera.            Es el  triunfo de la vida sobre la muerte, de la fe sobre la incredulidad.             Un agricultor del interior del Brasil hizo el siguiente  comentario:            "¡A nosotros toca remover la piedra! Y así Dios  resucita la comunidad.            ¡Hay gente que no quiere remover la  piedra, y por esto en su comunidad            no hay vida!"
6. Salmo 16 (15)
Dios nuestra herencia por siempre 
Guárdame, oh Dios, que en ti me refugio.
Digo a Yahvé: «Tú eres mi Señor,
mi bien, nada hay fuera de ti».
Pero ellos dicen a los santos de la tierra:
«¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!».
Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.
Pero no les haré libaciones de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres.
Digo a Yahvé: «Tú eres mi Señor,
mi bien, nada hay fuera de ti».
Pero ellos dicen a los santos de la tierra:
«¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!».
Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo.
Pero no les haré libaciones de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres.
Yahvé es la parte de mi herencia y de mi copa,
tú aseguras mi suerte:
me ha tocado un lote precioso,
me encanta mi heredad.
tú aseguras mi suerte:
me ha tocado un lote precioso,
me encanta mi heredad.
Bendigo a Yahvé, que me aconseja;
aun de noche me instruye la conciencia;
tengo siempre presente a Yahvé,
con él a mi derecha no vacilo.
aun de noche me instruye la conciencia;
tengo siempre presente a Yahvé,
con él a mi derecha no vacilo.
Por eso se me alegra el corazón,
sienten regocijo mis entrañas,
todo mi cuerpo descansa tranquilo;
pues no me abandonarás al Seol,
no dejarás a tu amigo ver la fosa.
Me enseñarás el camino de la vida,
me hartarás de gozo en tu presencia,
de dicha perpetua a tu derecha.
sienten regocijo mis entrañas,
todo mi cuerpo descansa tranquilo;
pues no me abandonarás al Seol,
no dejarás a tu amigo ver la fosa.
Me enseñarás el camino de la vida,
me hartarás de gozo en tu presencia,
de dicha perpetua a tu derecha.
7. Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu  Palabra que nos            ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz  que tu Espíritu ilumine            nuestras acciones y nos comunique la  fuerza para seguir lo que Tu Palabra            nos ha hecho ver. Haz  que nosotros como María, tu Madre, podamos no            sólo escuchar,  sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives            y  reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los             siglos de los siglos. Amén

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