viernes, 24 de mayo de 2013

Los Palottinos regalan al Movimiento de Schoenstatt la capilla de gracias. Misa de accion de gracias en el Santuario Cenáculo de Bellavista. 22 de mayo 2013


Los Palottinos regalan al Movimiento de Schoenstatt la capilla de gracias.




La comunidad de los Palottinos regala al Movimiento de Schoenstatt, para el año jubilar 2014, la capilla de peregrinación en Vallendar – Schoenstatt.

Lo decidió la Asamblea Provincial, el máximo órgano decisorio de la comunidad, en su sesión de 22 de mayo de 2013, en el provincialato de Friedberg, Baviera. Junto con la capilla se incluye en la donación la plaza de peregrinos colindante.

La asamblea acordó, tras una larga discusión, la propuesta de donación conjunta de la Dirección Provincial y de la  Casa Wasserburg.
“El Movimiento de Schoenstatt había solicitado, hace años, un gesto de generosidad en el recinto de peregrinación de Schoenstatt. Con esta donación queremos confiar al Movimiento la capilla mariana por el jubileo de los 100 años del lugar de peregrinación de Schoenstatt en 2014. Unimos a ello la esperanza de que muchas personas puedan experimentar en el futuro la cercanía de la Santísima Virgen y la fuerza santa e inspiradora del lugar de peregrinación”, palabras del provincial de los pallottinos, padre Helmut Scharler. También habló de nostalgia, fueron muchos los Palottinos que,  durante decenios, colaboraron con éxito en la construcción del Movimiento de Schoenstatt y en el acompañamiento espiritual junto a la capilla de gracias.

En 1901 adquirieron los Palottinos la “casa antigua”, como propiedad, para la residencia de estudiantes, como cuna de su presencia en Vallendar. La capilla, que era por entonces el trastero para herramientas del jardín, se arregló y volvió a ser, en adelante, espacio sagrado (capilla de la casa). En 1914 se consagró aquí a la Santísima Virgen un grupo de estudiantes junto al director espiritual Palottino, padre José Kentenich. El Movimiento de Schoenstatt ve en esta fecha el comienzo de su actuar (Acto fundacional).












En 1964 llegó la separación entre el movimiento de Schoenstatt y los Palottinos que hasta entonces habían apoyado y dado forma, de manera decisiva, la evolución de Schoenstatt y el movimiento peregrino desarrollado.
La capilla de gracias permaneció como propiedad de los Palottinos, que seguían configurando el lugar de peregrinación con sus ofertas de  acompañamiento espiritual y coordinando en conjunto con las múltiples comunidades.

Como un primer paso, en 2012 , cedieron los Palottinos a los Schoenstattianos el usufructo y la administración de La capilla. “Queríamos experimentar cómo sería estar uno al lado del otro en el lugar. A fin de cuentas los Palottinos realizamos un trabajo pastoral propio, que va más allá de la región, tanto en el centro de formación de jóvenes en la  casa Wasserburg, como en el centro de terapia espiritual o en la iglesia de Pallotti. Ambas partes hemos tenido buenas experiencias. Esto nos ha movido a los Palottinos a ceder ahora definitivamente la capilla”, palabras del rector de la casa Wasserburg, padre Alexander Diensberg.


MISA DE ACCIÓN DE GRACIA PRESIDIDA POR EL PADRE MARIANO IRURETA, SUPERIOR PROVINCIAL, INSTITUTO SECULAR DE LOS PADRES DE SCHOENSTATT























HOMILÍA
































































































Testimonio del día 22 de mayo, al mediodía en el Santuario Cenáculo de Bellavista


MADRE, GRACIAS.



El miércoles 22 de mayo, al medio día, en el Santuario-Cenáculo de Bellavista, providencialmente, soy testigo  de un hecho histórico: Los Palottinos deciden entregar el Santuario original a la Familia de Schoenstatt.

Alguien me informa  que en la misa el sacerdote  habría dicho que el P. Peter Wolf, había anunciado a la familia, la devolución del Santuario original. La buena noticia se esparció de inmediato, de boca en boca, entre todos los que estábamos. en ese momento, junto al Santuario. Se activan los celulares y en cuestión de segundos desde el corazón de Schoenstatt se confirma, en general, la noticia.  Desde distintos sectores de Bellavista aparecen radiantes, Hermanas Marianas, Padres de Schoenstatt, representantes de Institutos, Federaciones y Ramas, que también han escuchado la noticia, corren presurosos al Cenáculo para celebrar tan magno acontecimiento. Al final, se ratifica: “La Asamblea Provincial de la Comunidad de los Palottinos, en sesión del 22 de mayo, regala al Movimiento de Schoesntatt para el año jubilar 2014, la capilla de peregrinación en Vallendar Schoenstatt”..Todos reíamos felices, algunas hermanas lloraban  emocionadas, todos nos abrazamos como una gran familia, vibrando con  un solo espíritu y un solo corazón. En ese ambiente, ingresamos a nuestro Cenáculo.  Las Hermanas jubilosas y agradecidas no cesan de cantar el Magnificat, Madre desciende, Tiembla de emoción y otras canciones. Luego le piden al P. José Manuel López  que diga unas palabras y éste, visiblemente emocionado, recuerda las palabras que nuestro Fundador dijera con motivo de su liberación tanto de Dachau como de  Milwaukee: Madre, Gracias. Madre Gracias. Madre, Gracias. Emocionados, por los acontecimientos, renovamos nuestra Alianza de Amor.

Continúan los cantos, los aplausos a la Mater, las campanas son echadas al vuelo, anunciando a la comunidad toda, que estábamos viviendo un hecho histórico. Efectivamente, allí donde las negociaciones, hacía poco, habían fracasado y todo hacía presagiar, humanamente, “la tristeza de llegar al 2014, sin Santuario original” de improviso se hace la luz y Ella la Gran  Vencedora, produce en nuestro Cenáculo de Bellavista, un hecho inusitado, con sabor a “milagro.”

Luego, salimos del Santuario y en un gesto de fidelidad y agradecimiento a la Mater, a nuestro Fundador y a Palotti, nos tomamos de las manos y rodeamos el Santuario...
De  nuevo, soy  testigo  presencial,  en esa tierra santa,  que  Ella  desde  el Cenáculo de Bellavista, sigue obrando milagros.                                                                                                                  
(Autor Juan Esteban Manriquez Ulloa)




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