De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.
En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios"
"Somos obra de Dios, liberados por Cristo de las tinieblas, salvados en su Nombre"
* 2 Cro 36,14-16.19-23:
"La ira y la misericordia del Señor se manifestaron en el exilio y la liberación del pueblo"
* Sal 136,12.3.4.5.6:
"Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti"
* Ef 2,4-10:
"Estando muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo"
* Jn 3,14-21:
"Dios mandó a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él"
Jesús, en el encuentro con Nicodemo, busca que éste ahonde y madure en su fe. Le anuncia la Verdad , pero es también un llamamiento, una invitación a ir poco a poco cayendo en la cuenta de cuanto le dice.
Presenta a Nicodemo la necesidad de tomar postura ante la salvación de Dios. El que cree está en la luz y el que no cree está en tinieblas. El símbolo de la "clandestinidad" con la que Nicodemo visita a Jesús, queda destruido por la invitación a que "realice la verdad para acercarse a la luz". La verdad, además de libres, hace valientes.
La realidad de nuestra cultura, profundamente fragmentada, dificulta al hombre plantearse el problema de la verdad, hasta el punto de dudar de su posibilidad y existencia. En esta situación renuncia a buscar la verdad y, como consecuencia, permanece en las "tinieblas" de la verdad de sí mismo.
Dios es verdad y amor:
"Dios, ``El que es'', se reveló a Israel como el que es "rico en amor y fidelidad" (Ex 34,6). Estos dos términos expresan de forma condensada las riquezas del Nombre divino. En todas sus obras, Dios muestra su benevolencia, su bondad, su gracia, su amor; pero también su fiabilidad, su constancia, su fidelidad, su verdad. ``Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad'' (Sal 138,2). Él es la Verdad , porque ``Dios es Luz, en Él no hay tiniebla alguna'' (1 Jn 1,5); Él es ``Amor'', como lo enseña el Apóstol Juan (1Jn 4,8)" (214).
Dios es amor:
"A lo largo de su historia, Israel pudo descubrir que Dios sólo tenía una razón para revelársele y escogerlo entre todos los pueblos como pueblo suyo: su amor gratuito. E Israel comprendió, gracias a sus profetas, que también por amor Dios no cesó de salvarlo y de perdonarle su infidelidad y sus pecados" (CIC 218).
Vivir en la verdad:
"El Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad. Su ley es verdad. ``Tu verdad, de edad en edad'' (Sal 119,90; Lc 1,50). Porque Dios es el ``Veraz'' (Rm 3,4), los miembros de su Pueblo son llamados a vivir en la verdad" (CIC 2465).
_ "En Jesucristo la verdad de Dios se manifestó en plenitud. ``Lleno de gracia y de verdad'' (Jn 1,14).
Él es la ``luz del mundo'' (Jn 8,12), la Verdad , el que cree en Él no permanece en las tinieblas" (2466; cf. 24672470).
_ "¿Dónde, pues, están inscritas estas normas sino en el libro de esa luz que se llama la Verdad ? Allí está escrita toda ley justa, de allí pasa al corazón del hombre que cumple la justicia; no que ella emigre a él, sino que en él pone su impronta a la manera de un sello que de un anillo pasa a la cera, pero sin dejar el anillo" (San Agustín, Trin. 14,15,21) (CIC 1955).
Cuando el hombre se acerca a la Verdad de Dios por el camino de Cristo, además de encontrarse con el Verdadero, se encuentra a sí mismo.
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