MISSALE ROMANUM, DOMINGO 14 DE
ABRIL
3º DEL TIEMPO DE PASCUA
LITURGIA DE
LA PALABRA
LITURGIA VERBI
LITURGIA DELLA PAROLA
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que
todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del
salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como la
primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de
Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo
pone en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de
proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el evangelio,
inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para
que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón,
acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios;
ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras
respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra libertad.
O bien:
Tu palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien preside,
y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo en
secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria todos
los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo
prescribe, se hace la profesión de fe:
PRIMERA
LECTURA
LECTIO
PRIMA
PRIMA
LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 27b—32. 40b—41
En aquellos días,
el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: —« ¿No os habíamos
prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado
Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables dela sangre de
ese hombre.» Pedro y los apóstoles replicaron:—«Hay que obedecer a Dios antes
que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien
vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó,
haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón
de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios
da a los que le obedecen.» Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de
Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber
merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
Verbum Dòmini. Deo gratias.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Parola di Dio. Rendiamo grazie a Dio.
SALMO RESPONSORIAL.
PSALMUS RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Sal 29
R. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
O bien: Aleluya.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has
dejado que mis enemigos serían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me
hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
R.
Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su
nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad, de por vida; al atardecer
nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.
R.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
R
SEGUNDA LECTURA
LECTIO SECUNDA
SECONDA LETTURA
Apoc 5, 11—14
Yo, Juan, en la visión
escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono
y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el
Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el
honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el
cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar —todo lo que hay en ellos—, que
decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la
gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes
respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Verbum Dòmini. Deo
gratias
Parola di Dio Rendiamo
grazie a Dio.
ACLAMACIÓN
Aleluya Ha resucitado
Cristo, que creó todas las cosas y se compadeció del género humano.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, compañado
eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el
ambón dice:
El Señor esté con vosotros.
Il Signore sia con voi
El pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
E con il tuo spirito.
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo
El
diácono (o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti Evangélii
secúndum
Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi, Dómine.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
R: / Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN
LÉCTIO SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM
DAL VANGELO SECONDO
Jn 20,
19-31
En aquel tiempo, Jesús se
apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció
de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael
el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro
les dice:—«Me voy a pescar.» Ellos contestan:—«Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo,
cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era
Jesús. Jesús les dice:—«Muchachos, ¿tienen pescado?» Ellos
contestaron:—«No.» Él les dice: —«Echad la red a la derecha de la barca y
encontraran.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de
peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: —«Es el
Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la
túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque
no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los
peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: —«Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a
la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento
cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les
dice: —«Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle
quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el
pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se
apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después
de comer, dice Jesús a Simón Pedro: —«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que
éstos?» Él le contestó: —«Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le
dice: —«Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta:
—«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: —«Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Él le dice: —«Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le
pregunta:—«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le
preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: —«Señor, tú conoces
todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice:—«Apacienta mis ovejas. Te lo
aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero,
cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no
quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho
esto, añadió:—«Sígueme.»
S:
Palabra del Señor.
Te
alabamos Señor
Verbum
Domini.
Laus
tibi, Christe
Parola
del Signore.
Lode
a te, o Cristo.
Homilía
PROFESSIO FIDEI
PROFESSIONE DI FEDE
PROFESION DE FE
Acabada la homilía, si la
liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su
único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen,
hasta María Virgen, todos se inclinan.
que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació
de santa María Virgen,
padeció
bajo el poder de Poncio Pilato,
fue
crucificado, muerto y sepultado,
descendió
a los infiernos,
al
tercer día resucitó de entre los muertos,
subió
a los cielos
y
está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde
allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo
en el Espíritu Santo,
la
santa Iglesia católica,
la
comunión de los santos,
el
perdón de los pecados,
la
resurrección de la carne
y
la vida eterna.
Amén.
Credo in unum Deum, Patrem
omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium. Et in unum
Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigenitum, et ex Patre natum ante omnia
saecula. Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero, genitum, non
factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt. Qui propter nos
homines et propter nostram salutem descendit de caelis. Et incarnatus est de
Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est. Crucifixus etiam pro nobis
sub Pontio Pilato; passus et sepultus est, et resurrexit tertia die, secundum
Scripturas, et ascendit in caelum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus
est cum gloria, iudicare vivos et mortuos, cuius regni non erit finis. Et in
Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit. Qui
cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur: qui locutus est per
prophetas. Et unam, sanctam,
catholicam et apostolicam Ecclesiam. Confiteor unum baptisma in remissionem
peccatorum. Et expecto resurrectionem mortuorum et vitam
venturi saeculi.
Credo
in un solo Dio,
Padre
onnipotente, creatore del cielo e della terra,
di
tutte le cose visibili e invisibili.
Credo
in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito
Figlio di Dio, nato dal Padre prima di tutti i secoli.
Dio
da Dio, Luce da Luce, Dio vero da Dio vero;
generato,
non creato; della stessa sostanza del Padre;
per
mezzo di lui tutte le cose sono state create.
Per
noi uomini e per la nostra salvezza discese dal cielo;
e
per opera dello Spirito Santo
si
é
incarnato nel seno della Vergine Maria e si é fatto uomo.
Fu
crocifisso per noi sotto Ponzio Pilato, morì e fu sepolto.
Il
terzo giorno é risuscitato, secondo le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra del Padre.
E
di nuovo verrà, nella gloria, per giudicare i vivi e i morti,
e
il suo regno non avrà fine.
Credo
nello Spirito Santo, che é Signore e da la vita,
e
procede dal Padre e dal Figlio
e
con il Padre e il Figlio é adorato e glorificato
e
ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo
la Chiesa, una, santa, cattolica e apostolica.
Professo
un solo battesimo per il perdono dei peccati.
Aspetto
la risurrezione dei morti e la vita del mondo che verrà.
Amen.
ORATIO FIDELIUM
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA DEI FEDELI
Después se hace la plegaria
universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita a los
fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son
propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta su
participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones
ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia ;
b) por los gobernantes y por
la salvación del mundo entero;
e) por aquellos que se
encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El sacerdote termina la
plegaria común con una oración conclusiva
Deinde
fit oratio universalis, seu oratio fidelium.
No hay comentarios:
Publicar un comentario