jueves, 11 de abril de 2013

Santuario Cenáculo de Bellavista. Segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia. Celebra padre José Manuel Lopez

 
¡ Apiádate, Padre misericordioso, 31
borra en nosotros la culpa del pecado!
(Hacia el Padre. P.José Kentenich)






Te veo abrazar con inmenso anhelo esa cruz,252
que proclama en voz alta
la misericordia divina
y que, siendo fabricada para ti
por la ilusión del demonio,
ahora Tu coges como instrumento de redención

Diariamente ofrezco 455
los míos y sus luchas,
su vida fuerte y santa de amor y sacrificio:
Padre, con misericordia mira a nuestra familia
y, por causa suya,manifiéstate  tus maravillas.

Cuando me siento ante Dios 467
pobre y desnudo
y a mis pies se abren profundidas abismales,
Padre, con misericordia mira a nuestra Familia
y, por causa suya , manifiéstate en tus maravillas.
(Hacia el Padre. P.José Kentenich)

RITO DE ENTRADA
INTROITUS






COLECTA







LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA



SALMO RESPONSORIAL



SEGUNDA LECTURA



EVANGELIO





Evangelio según San Juan 20,19-31. 
Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!»
Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.
Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.»
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo:
a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Los otros discípulos le dijeron: «Hemos visto al Señor.» Pero él contestó: «Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.»
Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos. Les dijo: «La paz esté con ustedes.»
Después dijo a Tomás: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree.»
Tomás exclamó: «Tú eres mi Señor y mi Dios.»
Jesús replicó: «Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero creen!»
Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro.
Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre. 


HOMILÍA






LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS





















ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS





PLEGARIA EUCARÍSTICA
EPÍCLESIS



CONSAGRACIÓN DEL PAN Y DEL VINO













ANÁMNESIS-OBLACIÓN-INTERCESIONES




DOXOLOGÍA



COMUNIÓN


















ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN




RITO DE CONCLUSIÓN
ORACIÓN SOLEMNE



REZO DEL REGINA COELI Y CONSAGRACIÓN A LA MATER





AÑO DE LA CORRIENTE MISIONERA, RUMBO A AL CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DEL MOVIMIENTO DE SCHOENSTATT
1914-2014



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