Corto tiempo te cubrirá la piedra sepulcral;323
pronto resucitarás
victorioso de la muerte.
Surges y te alzas de la tumba como triunfador
y nos abres con júbilo
la puerta del cielo (Hacia el Padre.P José Kentenich)
Yo me pregunto: ¿dónde encontraban los primeros discípulos la
fuerza para este testimonio suyo? No solo: de dónde les venían la alegría y el
coraje del anuncio, a pesar de los obstáculos y los malos tratos? No olvidemos
que los apóstoles eran personas sencillas, no eran escribas, doctores de la
ley, ni pertenecientes a la clase sacerdotal. ¿Cómo pudieron, con sus límites y
perseguidos por las autoridades, llenar Jerusalén con su enseñanza (cfr Hechos 5,28)?
Está claro que solo la presencia con ellos del Señor Resucitado y la acción del
Espíritu Santo pueden explicar este hecho. El Señor que estaba con ellos y el
Espíritu que les impulsaba a la predicación explican este hecho extraordinario.
Su fe se basaba en una experiencia tan fuerte y personal de Cristo muerto y
resucitado, que no tenían miedo de nada ni de nadie, e incluso veían las
persecuciones como un motivo de honor, que les permitía seguir las huellas de
Jesús y asemejarse a El, testimoniando con la vida.
(Regina Coeli tercer domingo de Pascua, papa Francisco)
RITO DE ENTRADA
INTROITUS
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA-SALMO RESPONSORIAL-SEGUNDA LECTURA
EVANGELIO
Jn 20, 19-31
En aquel tiempo, Jesús se
apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció
de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael
el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro
les dice:—«Me voy a pescar.» Ellos contestan:—«Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo,
cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era
Jesús. Jesús les dice:—«Muchachos, ¿tienen pescado?» Ellos
contestaron:—«No.» Él les dice: —«Echad la red a la derecha de la barca y
encontraran.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de
peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: —«Es el
Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la
túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque
no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los
peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: —«Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a
la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento
cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les
dice: —«Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle
quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el
pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se
apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después
de comer, dice Jesús a Simón Pedro: —«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que
éstos?» Él le contestó: —«Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le
dice: —«Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta:
—«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: —«Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Él le dice: —«Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le
pregunta:—«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le
preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: —«Señor, tú conoces
todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice:—«Apacienta mis ovejas. Te lo
aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero,
cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no
quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho
esto, añadió:—«Sígueme.»
HOMILÍA
LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS
1351 Desde el principio, junto con el pan y el vino para la Eucaristía, los cristianos presentan también sus dones para compartirlos con los que tienen necesidad. Esta costumbre de la colecta (cf 1 Co 16,1), siempre actual, se inspira en el ejemplo de Cristo que se hizo pobre para enriquecernos (cf 2 Co 8,9):
«Los que son ricos y lo desean, cada uno según lo que se ha impuesto; lo que es recogido es entregado al que preside, y él atiende a los huérfanos y viudas, a los que la enfermedad u otra causa priva de recursos, los presos, los inmigrantes y, en una palabra, socorre a todos los que están en necesidad» (San Justino, Apologia, 1, 67,6). (CIC)
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
PLEGARIA EUCARÍSTICA
EPICLESIS
El término “epíclesis” proviene del
griego: Epi = sobre, Kaleo = llamar. La reflexión teológica de la Tradición de
la Iglesia ha acuñado este concepto a su terminología teológica con la
finalidad de designar la invocación del Espíritu Santo sobre los dones del pan
y del vino para que los transforme en el cuerpo y sangre de Cristo.
NARRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN Y CONSAGRACIÓN
ANÁMNESIS- 0BLACION-INTERCESIONES
DOXOLOGÍA
RITO DE COMUNIÓN
COMUNIÓN
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
RITO DE CONCLUSIÓN
ORACIÓN SOLEMNE
AÑO DE LA CORRIENTE MISIONERA,
RUMBO AL
CENTENARIO DEL MOVIMIENTO DE SCHOENSTATT
1914-2013
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