miércoles, 29 de agosto de 2012

«La reforma litúrgica fijada por el Concilio todavía no se ha llevado a la práctica»,

«La reforma litúrgica fijada por el Concilio todavía no se ha llevado a la práctica», afirma el prelado

«Conviene señalar de forma expresa que la forma de la liturgia postconciliar, con sus distorsiones y sus rupturas, no hay que atribuirla al Concilio Vaticano II ni a su Constitución sobre la Liturgia, que todavía realmente no ha sido llevada a la práctica».
Las palabras son del cardenal Walter Brandmüller, presidente emérito del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, historiador de la Iglesia y gran conocedor del Concilio Vaticano II, en una entrevista a Vatican Insider.
El cardenal sigue en estos términos: «Del mismo modo, la retirada indiscriminada del latín y del canto gregoriano de las celebraciones litúrgicas así como el haber cubierto casi todas las iglesias con altares populares (cara al pueblo), todo ello, de ninguna manera se puede basar en prescripciones del Concilio Vaticano II. Justo en este punto se ve, a la vuelta de los años, la falta de sensibilidad en la dirección espiritual y de sentido común pastoral en la reforma litúrgica».
La denuncia de Brandmüller continúa: «Piénsese por ejemplo en los excesos iconoclastas en las iglesias en el siglo octavo, que dejaron sin raíces a multitud de creyentes. Sobre ello ya se ha dicho casi todo. Ahora, mientras tanto, se está abriendo paso el conocimiento de que la liturgia es una manifestación básica de la Iglesia, que sin duda está sometida al desarrollo orgánico histórico, pero que no se decreta de forma abrupta, como ha sucedido, per ordre de mufti. Todavía estamos padeciendo las consecuencias».
El cardenal Brandmüller ha hecho estas declaraciones con motivo del 50 aniversario del Concilio Vaticano II, que se celebrará el próximo 11 de octubre. En esa misma fecha coincide el 20 aniversario de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica.

El Año de la Fe

En este contexto, Benedicto XVI ha convocado El Año de la Fe, «una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo», que dará comienzo el mismo 11 de octubre de 2012 y terminará el 24 de noviembre de 2013, en la solemnidad de Cristo Rey.

El mismo Benedicto XVI, cuando era el cardenal Ratzinger, en un libro-entrevista titulado Informe sobre la fe, también denunció los abusos litúrgicos y las graves consecuencias que han tenido en la vida de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II.
Brandmüller, en el plano positivo, destacó dos frutos del Vaticano II: el mencionado Catecismo de la Iglesia Católica, que según él jugará un papel semejante al que tuvo el Catechismus Romanus (Catecismo Romano)tras el Concilio de Trento, y el Código de Derecho Canónico.
 
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