En la tentación danos fuerza
para que no flaquee el alma;
protéjenos de toda ocasión
que con extrema violencia nos impulsa al pecado.
Con filial sentimiento
odiamos como Tú el pecado;
mas somos débiles y pobres,
¡líbranos de la vergüenza del pecado!
(Hacia el Padre. P José Kentenich)
RITOS INICIALES
COMENTADOR O GUÍA DE LA MISA
ENTRADA
ORACIÓN COLECTA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
SALMO RESPONSORIAL
SEGUNDA LECTURA
EVANGELIO
Del santo
Evangelio según san Lucas: 7, 36-8, 3
En aquel tiempo, un fariseo
invitó a Jesús a comer con él. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la
mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a
comer ese día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con
perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas
le bañaba los pies, los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el
perfume.
Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: "Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora".
Entonces Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". El fariseo contestó: "Dímelo, Maestro". Él le dijo: "Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios y el otro, cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?". Simón le respondió: "Supongo que aquel a quien le perdonó más".
Entonces Jesús le dijo: "Has juzgado bien". Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama". Luego le dijo a la mujer: "Tus pecados te han quedado perdonados".
Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: "¿Quién es éste, que hasta los pecados perdona?". Jesús le dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado; vete en paz".
Después de esto, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.
HOMILÍA
LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LOS DONES
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
PLEGARIA EUCARÍSTICA
EPÍCLESIS
NARRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN Y CONSAGRACIÓN
ANÁMNESIS-OBLACIÓN-INTERCESIONES
DOXOLOGÍA FINAL
RITO DE COMUNIÓN
COMUNIÓN
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
RITO DE CONCLUSIÓN
AVISOS
SALUDO Y BENDICIÓN Y BENDICIÓN DEL SACERDOTE
REZO DEL ANGELUS DOMINI Y CONSAGRACIÓN A LA MATER
Año de la corriente misionera 2012-2014
Tu Alianza, nuestra misión: este lema preside el tiempo de gracias del jubileo y especialmente
el Año de la corriente misionera. María educa misioneros en su familia de
misioneros. Desde su peregrinación misionera a su prima Isabel, Ella sigue
peregrinando y misionando y nos muestra cómo hemos de actuar misioneramente:
con la actitud de peregrinos y en la fuerza del Espíritu Santo. Su
peregrinación a Isabel estuvo marcada por el servicio y llenó a Isabel del
Espíritu Santo. Como su Familia peregrina y misionera, nosotros nos sentimos llamados
a peregrinar hoy hasta Isabel, como Iglesia peregrina que trae la Noticia
encarnada y hecha servicio.
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