Satanás
a través de sus esbirros,
te
ha condenado a muerte
contra
todo derecho;
a
ti, Señor,
que
eres, desde la eternidad,
la
Verdad, la Justicia, el Amor y la vida.
Con
soberana libertad y en silencio aceptas
como
voluntad del Padre tu sentencia de muerte;
eres
tan desprendido de ti mismo
y
tan íntegramente libre,
Que
estás dispuesto
a
seguir sólo lo que es del padre.
Pilato,
el sumo Sacerdote y las masas
culpablemente
te abandonan
a
ti, luz del mundo,
y
te vuelven a menudo
a
condenar a muerte
entre
gritos estridentes, con odio y con desprecio.
Junto
con tu Esposa,
que
contigo sobrelleva los pesares,
quiero
morir a todos mis egoísmos.
Con
alegría hago renuncia total,
también
de mi honor y de mis derechos;
a
todo renuncio si el Padre así lo pide.
(Hacia el Padre nro 345- 347.349.Siervo de Dios P. José Kentenich)
Madrecita
querida, ¿Qué más puedo pedirte hoy, sino que me hagas enormemente sensible al
fluir del rio de sangre que mana de las heridas de Cristo para dejarme
trasformar enteramente por él, dejarme rescatar de las manos de Satanás,
dejarme convertir por esa vida transformadora en un hombre fecundo…? Si, Madrecita mía, te ruego que me hagas vivir
enteramente de la gracia: transfórmame en tu imagen, hazme como Tú, un Cáliz vivo
de la Sangre Redentora de tu Hijo.
(Diario IV-312,24.6.58) Siervo de Dios Mario
Hiriart Pulido
Fotos: Representación del Vía Crucis, santuario Cenáculo de Bellavista año 2013
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