Pronto
recibirás el bautismo de sangre
el
que siempre anhelaste
con
todas tus ansias;
se
te concede la gloria del dolor,
que
el Padre te regala
para
la salvación nuestra.
Te
veo abrazar con intenso anhelo esa cruz, que
proclama en voz alta
la
misericordia divina
y
que, siendo fabricada para ti
por
la ilusión del demonio,
ahora
Tu coges como instrumento de redención.
Desde
que Tú magnánimamente la aceptaste
adquirió
un gran resplandor
y
un valor precioso.
Quien
te ama, busca en ti, Señor, con noble orgullo,
junto
a tu fuerte Esposa,
obtener el madero de los esclavos.
Concédeme
llevar siempre con alegría
La
astilla de la cruz
que
el Padre me mande
por
las circunstancia de mi vida…
Del Vía Crucis segunda estación padre José Kentenich. Hacia el padre nro 251-255
Cuando Cristo dio su vida por nosotros en la cruz, rebalsando toda
la sangre de su Cuerpo sobre el mundo, lo hizo por amor a nosotros. Yo también
quiero, como el cáliz, rebalsar esa
Sangre hirviente de amor sobre toda la
humanidad: quiero contribuir a esa Redención, que es volver a unir la
naturaleza con la gracia
(Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido Diario IV-71. 30.9.57)
Fotos: Representación del Vía Crucis, Santuario
Cenáculo de Bellavista año 2013
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