viernes, 21 de marzo de 2014

Concédeme llevar siempre con alegría La astilla de la cruz que el Padre me mande por las circunstancia de mi vida…








Pronto recibirás  el bautismo de sangre 
el que siempre anhelaste
con todas tus ansias;
se te concede la gloria del dolor,
que el Padre te regala
para la salvación nuestra.

Te veo abrazar con intenso anhelo esa cruz, que proclama en voz alta
la misericordia divina
y que, siendo fabricada para ti
por la ilusión del demonio,
ahora Tu coges como instrumento  de redención.

Desde que Tú magnánimamente la aceptaste 
adquirió un gran resplandor
y un valor precioso.
Quien te ama, busca en ti, Señor, con noble orgullo,
junto a tu fuerte Esposa,
obtener  el madero de los esclavos.

Concédeme llevar siempre con alegría
La astilla de la cruz
que el Padre me mande
por las circunstancia de mi vida…

 Del Vía Crucis segunda estación padre José Kentenich. Hacia el padre nro 251-255
  

















Cuando Cristo dio su vida por nosotros en la cruz, rebalsando toda la sangre de su Cuerpo sobre el mundo, lo hizo por amor a nosotros. Yo también quiero, como el  cáliz, rebalsar esa Sangre hirviente de amor sobre toda  la humanidad: quiero contribuir a esa Redención, que es volver a unir la naturaleza con la gracia

(Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido Diario IV-71. 30.9.57)





Fotos: Representación del Vía Crucis, Santuario Cenáculo de Bellavista año 2013

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