Más tajante que espada de doble
filo 53
se ha mostrado la Palabra de
Dios:
separa con fuerza espíritu y alma
y dispone a la transformación
interior.
Impetuosa separa médula y
coyuntura 54
hace fuertes y amplios los
corazones;
es juez del pensar humano;
es hoguera para el amor divino.
Es martillo que destroza 55
Lo que en el camino estorba,
lo que nos detiene en la senda
hacia Dios
Y perturba y disminuye nuestro
amor.
Es semilla que arraiga 56
si cae en buen terreno;
que trae fruto centuplicado
si penetra hondo en los
corazones.
(Hacia el Padre. P. José Kentenich)
La
liturgia de hoy nos presenta, juntos, dos pasajes distintos del Evangelio de
Lucas. El primero (1,1-4) es el prólogo, dirigido a un tal «Teófilo»; porque
este nombre en griego significa «amigo de Dios», podemos ver en él a cada
creyente que se abre a Dios y quiere conocer el Evangelio. En cambio, el
segundo pasaje evangélico (4,14-21) nos presenta a Jesús que «con la potencia
del Espíritu» se dirige el sábado a la sinagoga de Nazaret. Como buen
observante, el Señor no se sustrae al ritmo litúrgico semanal y se une a la
asamblea de sus compatriotas en la oración y en la escucha de las Escrituras.
El rito prevé la lectura de un texto de la Tora o de los Profetas, seguida por
un comentario. Ese día Jesús se levantó para leer y encontró un pasaje del
profeta Isaías que inicia así: «El Espíritu del Señor está sobre mí, / porque
me ha consagrado por la unción./ Él me envió a llevar la Buena Noticia a los
pobres » (61,1-2). Orígenes comenta: «No es una casualidad que haya abierto el
libro y encontrado el capítulo de la lectura que profetiza sobre él, sino
también esto fue obra de la providencia de Dios» (Homilías sobre el Evangelio
de Lucas, 32,3). Jesús de hecho, finalizada la lectura, en un silencio cargado
de atención, dice: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban
de oír» (Lc 4,21). San Cirilo de Alejandría afirma que el «hoy», colocado entre
la primera y la última venida de Cristo, está ligado a la capacidad del
creyente de escuchar y arrepentirse (cfr PG 69, 1241). Pero, en sentido aún más
radical, Jesús mismo es «el hoy» de la salvación en la historia, porque lleva a
cumplimiento la plenitud de la redención. El término «hoy», muy querido a san
Lucas (cfr 19,9; 23,43), nos conduce al título cristológico preferido por el
mismo Evangelista, aquel de «salvador» (sōtēr). Ya en los relatos de la
infancia, él está presente en las palabras del ángel a los pastores: « Hoy, en
la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor» (Lc
2,11).
(Ángelus Domini, Benedicto XVI tercer Domingo del tiempo ordinario)
Evangelio según San Lucas 1,1-4.4,14-21.
Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros,
tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra.
Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
Jesús volvió a Galilea con del poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros,
tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra.
Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido.
Jesús volvió a Galilea con del poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
HOMILÍA
LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LOS DONES
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
PLEGARIA EUCARISTICA
EPICLESIS
Epíclesis: con la cual la Iglesia, por medio de invocaciones especiales, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones ofrecidos por los hombres sean consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sirva para la salvación de quienes van a participar en ella.
(IGMR 78 . Instrucción Misal Romano)
NARRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN Y CONSAGRACIÓN
ANÁMNESIS-OBLACIÓN-INTERCESIONES
DOXOLOGÍA
RITO DE LA COMUNIÓN
COMUNIÓN
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
RITO DE CONCLUSIÓN
SALUDO Y BENDICIÓN DEL SACERDOTE-DESPEDIDA-BESO DEL ALTAR
Año de la corriente misionera (10/2012 - 10/2013). Rumbo a ls 100 años del movimiento de Schoenstatt
El espíritu de las actas de fundación es siempre el mismo: una alianza de amor perfecta de la Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt con la Familia de Schoenstatt, una alianza de amor perfecta, que recibe su impronta original, por la perfecta fe en la Providencia divina y se expresa en una perfecta conciencia de misión. ¡Tres expresiones importantes!
P. José Kenichent)
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