En su vida histórica,
el Señor vivió sucesivamente la pasión, muerte y resurrección en su cuerpo. Aquí,
por el bautismo, somos sumergidos simultáneamente en la pasión y la resurrección
del Señor. Por eso participamos al mismo tiempo en ambas: en sus padecimientos
pero también en su glorificación, en mi vida concreta la participación en sus
sufrimientos es, también ahora, causa de mi participación en su gloria. La participación
renovada y profunda en el Señor sufriente garantiza nuestro grado de
participación en la vida gloriosa del Señor, cuando las características de su
cuerpo glorioso se traspasan al alma glorificada.
Además, debemos tener en cuenta que la Eucaristía es la verdadera
coronación de todas estas verdades. En efecto, en cada eucaristía se
reactualiza y profundiza el proceso bautismal
(En la escuela de san Pablo Padre José Kentenich)
María nos recuerda hoy el
“compromiso de la fe” (1 Tes 1,3). Un compromiso a evangelizar siempre, donde
sea y a pesar de todo. La bella oración que se hace
aquí ante la Virgen,
“Nada sin ti, nada sin nosotros”, se convierte
en prenda de la nueva evangelización. Un compromiso que hoy asumimos
ante ella con la promesa de conservarlo cada día y hacerlo siempre más fecundo;
así como ella ha hecho con la vida de Jesús, que “conservaba en su corazón...” Por ello, Jesús
“crecía” junto a ella. Jesús debe crecer en nosotros y su Madre es la vía
privilegiada para acceder a su misterio.
Compromiso que se alimenta con la escucha de la Palabra para ser capaces
de hacer su voluntad; en la participación de la santa Eucaristía dominical para
vivir el misterio de su amor y de gracia; en el testimonio de la caridad para
mostrar cómo viven los discípulos de Cristo. El
mundo de hoy necesita hombres y mujeres de fe, convencidos de la elección que
han hecho. Los cristianos no somos personas ingenuas o fabuladores
crédulos, como a menudo alguno nos reprocha, para transformar la fe en una
burla. Al contrario, somos verdaderamente personas libres, porque elegimos
confiar nuestra vida a aquello que es esencial: el misterio de Dios que ama y
ofrece la vida para siempre.
(Extracto homilía pronunciada el
sábado pasado, en el santuario mariano di Schönstatt, Alemania, por monseñor
Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización,
con motivo de la fiesta de la
Natividad de María).
INTROITUS
LITURGIA DE LA PALABRA
EVANGELIO
Lectura (Proclamación)
Mc 7, 31-37
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Cuando Jesús volvía de la región de
Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar
de Galilea, atravesando el territorio de la
Decápolis. Entonces le presentaron a un
sordomudo y le pidieron que le impusiera
las manos. Jesús lo separó de la multitud
y, llevándolo aparte, le puso los dedos en
las orejas y con su saliva le tocó la lengua.
Después, levantando los ojos al cielo,
suspiró y le dijo: «Efatá», que significa:
«Ábrete». Y en seguida se abrieron sus
oídos, se le soltó la lengua y comenzó a
hablar normalmente. Jesús les mandó
insistentemente que no dijeran nada a
nadie, pero cuanto más insistía, ellos
más lo proclamaban y, en el colmo de la
admiración, decían: «Todo lo ha hecho
bien: hace oír a los sordos y hablar a los
mudos».
HOMILIA
PREPARACION DE LAS OFRENDAS
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, fuente del amor sincero y de la paz, concédenos glorificar tu nombre con estas ofrendas que te presentamos; y por la participación en
la eucaristía ayúdanos a vivir unidos en un sólo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, auctor sincéræ devotiónis et pacis, da, quæsumus, ut et
maiestátem tuam conveniénter hoc múnere venerémur, et sacri participatióne
mystérii fidéliter sénsibus uniámur. Per Christum.
EPICLESIS
Junta las manos y,
manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te
suplicamos que santifiques por el
mismo Espíritu estos dones que hemos
separado para ti,
Junta las manos y traza el
signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor
nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar
estos misterios.
CONSAGRACION
En las fórmulas que siguen,
las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad,como lo requiere la
naturaleza de éstas.
Porque él mismo, la noche
en que iba a ser entregado,
Toma el pan y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias
te bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado
al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada
la cena,
Toma el cáliz y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz
de mi Sangre,
Sangre de la alianza
nueva y eterna,
que será derramada por
vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los
pecados.
Haced esto en
conmemoración mía.
Muestra el cáliz al pueblo,
lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
DOXOLOGÍA
Toma la patena, con el pan
consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en
él,
a ti, Dios Padre
omnipotente,
en la unidad del Espíritu
Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: dona nobis pacem
COMUNÍON
ORACION DESPUERS DE LA COMUNION
Señor nuestro, que alimentas y vivificas a tus fieles con tu palabra y con los sacramentos del cielo, concédenos aprovechar de tal manera estos dones de tu Hijo amado que merezcamos
participar siempre de su vida divina.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Da fidélibus tuis, Dómine, quos
et verbi tui et cæléstis sacraménti pábulo nutris et vivíficas, ita dilécti
Fílii tui tantis munéribus profícere, ut eius vitæ semper consórtes éffici
mereámur. Qui vivit et regnat in sæcula sæculórum..
BENDICION FINAL
Año de la corriente del santuario 2011-2012
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