Danos pan para el cuerpo y el alma 122
protégenos en toda necesidad;
muestra que eres padre
cuando nos enrede la astucia de Satanás.
(Hacia el Padre Padre José Kentenich)
3. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz
permanezca oculta (cf. Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el
hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para
escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de
su fuente (cf. Jn 4, 14). Debemos descubrir de nuevo el gusto de
alimentarnos con la Palabra
de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la vida, ofrecido como
sustento a todos los que son sus discípulos (cf. Jn 6, 51). En efecto,
la enseñanza de Jesús resuena todavía hoy con la misma fuerza: «Trabajad no por
el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna» (Jn
6, 27). La pregunta planteada por los que lo escuchaban es también hoy la misma
para nosotros: «¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?» (Jn
6, 28). Sabemos la respuesta de Jesús: «La obra de Dios es ésta: que creáis en
el que él ha enviado» (Jn 6, 29). Creer en Jesucristo es, por tanto, el
camino para poder llegar de modo definitivo a la salvación.
(CARTA APOSTÓLICA EN FORMA DE MOTU PROPRIO PORTA FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE
BENEDICTO XVI CON LA QUE SE CONVOCA EL AÑO DE
LA FE)
INTROITUS
LITURGIA DE LA PALABRA
LECTURA DEL SANTO EVANGÉLIO
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús salió con sus
discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les
preguntó: ¿Quién dice la gente que soy Yo?» Ellos le respondieron: «Algunos
dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas».
«Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?» Pedro respondió: «Tú eres el Mesías».
Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de Él. Y comenzó a
enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los
ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte
y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad.
Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y
mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: «¡Retírate, ve detrás de mí,
Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».
Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: «El
que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz
y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su
vida por mí y por la
Buena Noticia, la salvará».
Verbum Domini. Laus tibi, Christe
HOMILIA
PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escucha nuestras súplicas, Señor, y recibe con
bondad la ofrenda de tu pueblo, para que los dones presentados en honor de tu
nombre sirvan para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Propitiáre,
Dómine, supplicatiónibus nostris, et has oblatiónes famulórum tuórum benígnus
assúme, ut, quod sínguli ad honórem tui nóminis obtulérunt, cunctis profíciat
ad salútem. Per Christum..
CONSAGRACIÓN
Toma la patena, con el pan
consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en
él,a ti, Dios Padre
omnipotente,en la unidad del Espíritu
Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
AGNUS DEI
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: dona nobis pacem
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello
di Dio, che togli i peccati del mondo, dona a noi la pace
COMUNION
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te
rogamos, Dios nuestro, que el don celestial que hemos recibido impregne nuestra
alma y nuestro cuerpo, para que nuestras obras no respondan a impulsos
puramente humanos sino a la acción de este sacramento. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Mentes nostras et córpora possídeat,
quæsumus, Dómine, doni cæléstis operátio, ut non noster sensus in nobis, sed
eius prævéniat semper efféctus. Per Christum
La potenza di questo sacramento, o Padre, ci pervada corpo e anima,
perché non prevalga in noi il nostro sentimento, ma l'azione del tuo Santo
Spirito. Per Cristo nostro Signore.
RITUS CONCLUSIONIS
RITO DE
CONCLUSION
Después tiene
lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con vosotros.
El pueblo
responde:
Y con tu espíritu.
El sacerdote
bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
El pueblo
responde:
Amén.
AÑO DE LA CORRIENTE DEL SANTUARIO 2011-2012
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