ADVIENTO
V. El tiempo de Adviento
39. El tiempo de Adviento tiene
una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad,
en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es
a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la
expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos
razones el Adviento se, nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y
alegre.
40. El tiempo de Adviento comienza
con las primeras Vísperas del domingo que cae el 30 de noviembre o es el más
próximo a este día, y acaba antes de las primeras Vísperas de Navidad.
41. Los domingos de este tiempo se
denominan domingo I, II, III, IV de Adviento.
42. Las ferias del 17 al 24 de
diciembre inclusive tienen la finalidad de preparar más directamente la Navidad.
Fuente: Calendario Romano
Capítulo V
DESCRIPCIÓN DE LA
ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS
92. Para ayudar a los
pastores de almas a que conozcan la estructura de la Ordenación de las
lecturas, para que la usen de una manera viva y con provecho de los fieles,
parece oportuno dar una breve descripción de la Ordenación de las
lecturas, por lo menos en lo que se refiere a las principales celebraciones y a
los diversos tiempos del año litúrgico, en atención a los cuales se han
escogido las lecturas según las normas antes indicadas.
1. Tiempo de Adviento
a. DOMINGOS
93. Las lecturas del
Evangelio tienen una característica propia: se refieren a la venida del Señor
al final de los tiempos (primer domingo), a Juan Bautista (segundo y tercer
domingos), a los acontecimientos que prepararon de cerca el nacimiento del
Señor (cuarto domingo).
Las lecturas del
Antiguo Testamento son profecías sobre el Mesías y el tiempo mesiánico ,
tomadas principalmente del libro de Isaías.
Las lecturas del
Apóstol contienen exhortaciones y amonestaciones conformes a las diversas
características de este tiempo.
b. FERIAS
94. Hay dos series de
lecturas, una desde el principio hasta el día 16 de diciembre, y la otra desde el
día 17 al 24.
En la primera parte
del Adviento, se lee el libro de Isaías, siguiendo el mismo orden del libro,
sin excluir aquellos fragmentos más importantes que se leen también en los
domingos. Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera
lectura.
Desde el jueves de la
segunda semana, comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista; la
primera lectura es o bien una continuación del libro de Isaías, o bien un texto
relacionado con el Evangelio.
En la última semana
antes de Navidad, se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato el
nacimiento del Señor, tomados del Evangelio de san Mateo (cap. 1) y de san
Lucas (cap. 1). En la primera lectura se han seleccionado algunos textos de
diversos libros del Antiguo Testamento, teniendo
en cuenta el Evangelio del día, entre los que se encuentran algunos vaticinios
mesiánicos de gran importancia.
Fuente: Ordoi lectionum miase - ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS DE LA MISA
COLOR LITÚRGICO DE ADVIENTO
346. En cuanto al color de
las vestiduras sagradas, obsérvese el uso tradicional, o sea:
a) El color blanco se
usa en los Oficios y Misas del tiempo pascual y de Navidad; además en las
celebraciones del Señor, que no sean de su Pasión, de la Santísima Virgen ,
de los Santos Ángeles, de los Santos no Mártires, en la solemnidades de Todos
los Santos (1 de nov.), de San
Juan Bautista (24 de
junio), en la fiesta de San Juan Evangelista (27 de dic.), en la Cátedra de San Pedro (22
de febr.) y en la
Conversión de San Pablo (25 de enero).
b) El color rojo se
usa el domingo de Pasión y el Viernes Santo, el domingo de Pentecostés, en las
celebraciones de la Pasión
del Señor, en las fiestas natalicias de los Apóstoles y Evangelistas y en las
celebraciones de los Santos Mártires.
c) El color verde se
usa en los Oficios y Misas del tiempo “durante el año”.
d) El color morado (o
violeta) se usa en el tiempo de Adviento y de Cuaresma. Puede también usarse en
los Oficios y Misas de difuntos.
e) El color negro
puede usarse, donde se acostumbra, en las Misas de difuntos.
f) El color rosado
puede usarse, donde se acostumbra, en los domingos Gaudete (III de Adviento) y Laetare (IV de Cuaresma).
g) En los días de
mayor solemnidad pueden usarse vestiduras sagradas festivas confeccionadas con
materiales más nobles, aún cuando no sean del color del día.
Sin embargo, las
Conferencias Episcopales, en lo que se refiere a los colores litúrgicos, pueden
determinar y proponer a la
Sede Apostólica las adaptaciones que respondan mejor a las
necesidades y a la índole de los pueblos.
Fuente: INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO Tercera edición Año 2002
En la liturgia
renovada a instancia del Concilio Vaticano II, el ciclo navideño comprende el
Tiempo de Adviento y el tiempo de Navidad.
En la liturgia romana
actual, el tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semana
Desde
las primeras vísperas del domingo más Próximo al 30 de noviembre hasta las primera
vísperas del día de navidad
|
Esta
dividido en dos partes: La primera conmemora la segunda venida del Mesías y
se extiende hasta el 16 de diciembre
|
La
segunda comprende desde el 17 al 24 de diciembre y se ordena de un modo mas
directo a preparar la navidad
|
La teología del Adviento se funda sobre tres venida de
Cristo:
La
primera en la humanidad de nuestra carne.
|
La
segunda, en gloria y majestad como Señor de los hombres y de la historia
|
Y
la sacramental o litúrgica, que situada entre ambos momentos, los actualiza.
|
La teología del
adviento se funda sobre tres venida de
Cristo:
La
primera en la humanidad de nuestra carne.
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La
segunda, en gloria y majestad como Señor de los hombres y de la historia
|
Y
la sacramental o litúrgica, que situada entre ambos momentos, los actualiza.
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524 Al celebrar
anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías:
participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los
fieles
renuevan el ardiente
deseo de su segunda Venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor,
la Iglesia se
une al deseo de éste: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya"
(Jn 3,30).
La esperanza escatológica se refleja en los
textos apocalípticos relacionados con los últimos tiempos, que reclaman
vigilancia, fidelidad, lucha y generosidad.
La presencia
permanente de Cristo en su Iglesia y en cada cristiano no dificulta ni obstaculiza esta espera escatológica.
Cristo, en efecto,” ya” está presente, pero “todavía” no” de modo total en el ámbito social, eclesial y personal,
como lo muestra la experiencia del mundo de la Iglesia y de cada persona,
que, mientras advierten la presencia de Cristo con su vida y actividad, sienten
la necesidad de su venida definitiva.
Adviento es, por
tanto, el tiempo que , partiendo del hecho ya ocurrido de la venida histórica
de Cristo, se orienta hacia su venida última y su venida sacramentalmente en
navidad, actualizándola místicamente. Su
línea teológica coincide con la del periodo navideño: la venida del Señor para
nuestra redención; una venida que se nos
ha manifestado ya en la humildad de nuestra carne y se manifestará de modo glorioso al final de los tiempos. La Iglesia espera una y otra
con la tensión que imprimen el “ya” pero “todavía no”.
Dos parte
Adviento
escatológico ( hasta el 16 de diciembre)
|
Adviento
Natalicio (desde el 17 al 26 de diciembre)
|
Con su doble característica
“De
preparación a la solemnidad de Navidad, en la que se conmemora la primera
venida del Hijo de Dios a los hombres.
|
Y,
a la vez, mediante este recuerdo los corazones se dirigen a la expectativa de
la segunda venida de Cristo al final de los siglos (Calendario romano CR)
|
LECCIONARIO DE LA MISA
El leccionario
del del Concilio Vaticano II se ha inspirado en los leccionario
precedente, pero han sido tan enriquecido que contienen un tesoro teológico incomparable.
La primera lectura
del primer ciclo de los tres ciclo sitúa a la asamblea ante los principales profetas
mesiánicos: los oráculos de Isaias, de Baruc y Sofonía. Las profesias más
importante se lee en el cuarto domingo: el Mesias como descendiente de David y
Enmanuel o Dios con nosotros ( Isaias, Miqueas Natan) La segunda lectura ve el
cumplimiento de las profecías en Jesús y
anuncia la venida del Señor, dìa de salvación para todos los pueblos y de
alegría para quienes le hayan esperado con amor. Los evangelios evocan en cada ciclo la espera de la venida del
Señor, que invita a la vigilancia (primer domingo), Juan Bautista(segundo y
tercer domingo),anuncio a María(A), anuncio a José (B), visitación de María a
Isabel( C).
Las lecturas feriales
del Adviento escatològico proceden de Isaias, el profeta de la “gran buena
nueva” de la futura liberación de Israel de los tiempos mesiánicos. El
evangelio se ha selecciona de de acuerdo con el tema anunciado en la primera
lectura. A partir del jueves de la segunda semana, la lectura evangélica trata
del Bautista, mientras que la primera lectura continua con Isaias o un texto
relacionado con el evangelio.
En las oraciones de
la misa se entrecruzan los dos temas básicos del Adviento; aunque el tema
principal de la primera parte del tiempo sea la segunda venida, mientras que en
la segunda parte, armonizando oraciones y lecturas, se subraya la inminente
Navidad. En la última semana se evoca con frecuencia a María, sobre todo en las
oraciones del cuarto domingo.
La última edición del
Misal castellano contiene cuatro prefacios de Adviento. El primero es una
composición realizada con elementos de dos antiguos prefacios del sacramentario
Veronense y trata de la doble expectación de Cristo y de los sentimientos que
deben poseer quienes se preparan a celebrar litúrgicamente su venida en carne
mortal. El tercero presenta a Cristo como Señor y Juez de la historia y acentúa mucho el carácter escatològico tanto del misterio de Cristo
(cristologìa) como de la vida cristiana (antropología). El cuarto se centra en
el tema de Eva Marìa de gran resonancia bíblica y patrística
EL MISAL
Prefacios
PREFACIO DE ADVIENTO I
Las dos venidas de
Cristo
Este prefacio se dice
en las misas del tiempo desde el
primer domingo de
Adviento hasta el 16 de diciembre
inclusive, y en las
demás misas que se celebren durante
este mismo tiempo,
que no tengan prefacio propio.
V. El Señor esté con
vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el
corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al
Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo y
necesario,
es nuestro deber y
salvación
darte gracias siempre
y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y
eterno,
por Cristo nuestro
Señor.
El cual, al venir por
vez primera
en la humildad de
nuestra carne,
realizó el plan de
redención trazado desde antiguo
y nos abrió el camino
de la salvación,
para que cuando venga
de nuevo,
en la majestad de su
gloria,
revelando así la
plenitud de su obra,
podamos recibir los
bienes prometidos
que ahora, en
vigilante espera,
confiamos alcanzar.
Por eso, con los
ángeles y los arcángeles
y con todos los coros
celestiales,
cantamos sin cesar el
himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE ADVIENTO II
La doble espera de
Cristo
Este prefacio se dice
en las misas del tiempo que se
celebren del 17 de
diciembre hasta la misa matutina del
24 inclusive, y en
las demás misas que se celebren
durante esos mismos
días, que no tengan prefacio propio.
V. El Señor esté con
vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el
corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al
Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo y
necesario,
es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en
todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y
eterno,
por Cristo nuestro
Señor.
A quien todos los
profetas anunciaron
y la Virgen esperó con inefable
amor de madre;
Juan lo proclamó ya
próximo
y lo señaló después
entre los hombres.
El es quien nos
concede ahora
prepararnos con
alegría
al misterio de su
nacimiento,
para encontrarnos así
cuando llegue,
velando en oración y
cantando su alabanza.
Por eso, con los
ángeles y los arcángeles
y con todos los coros
celestiales,
cantamos sin cesar el
himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE ADVIENTO III
Cristo, Señor y juez
de la historia
Este prefacio se dice
en las misas del tiempo, desde el
primer domingo de
Adviento has-ta el día 16 de diciembre,y en las restantes
misas que se celebran durante este mismo tiempo y no
tienen prefacio propio.
V. El Señor esté con
vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el
corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al
Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo
darte gracias,
es nuestro deber
cantar en tu honor
himnos de bendición y
de alabanza,
Padre todopoderoso,
principio y fin de
todo lo creado.
Tú nos has ocultado
el día y la hora
en que Cristo, tu
Hijo,
Señor y juez de la
historia,
aparecerá, revestido
de poder y de gloria
sobre las nubes del
cielo.
En aquel día terrible
y glorioso
pasará la figura de
este mundo
y nacerán los cielos
nuevos y la tierra nueva.
El mismo Señor
que se nos mostrará
entonces lleno de gloria
viene ahora a nuestro
encuentro
en cada hombre y en
cada acontecimiento,
para que lo recibamos
en la fe
y por el amor demos
testimonio
de la espera dichosa
de su reino.
Por eso, mientras
aguardamos su última venida,
unidos a los ángeles
y a los santos,
cantamos el himno de
tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE ADVIENTO IV
María, nueva Eva
Este prefacio se dice
en las misas del tiempo, desde el 17
al 24 de diciembre, y
en las restantes misas que se
celebran durante este
mismo tiempo y no tienen prefacio
propio.
V. El Señor esté con
vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el
corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al
Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo
darte gracias,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y
eterno.
Te alabamos, te
bendecimos y te glorificamos
por el misterio de la Virgen Madre.
Porque, si del
antiguo adversario nos vino la ruina,
en el seno virginal
de la hija de Sión ha germinado
aquel que nos nutre
con el pan de los ángeles,
y ha brotado para
todo el género humano
la salvación y la
paz.
La gracia que Eva nos
arrebató
nos ha sido devuelta
en María.
En ella, madre de
todos los hombres,
la maternidad,
redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una
vida nueva.
Así, donde había
crecido el pecado,
se ha desbordado tu
misericordia
en Cristo, nuestro
salvador.
Por eso nosotros,
mientras esperamos la
venida de Cristo,
unidos a los ángeles
y a los santos,
cantamos el himno de
tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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