miércoles, 5 de diciembre de 2012

Adviento:El Misal, leccionario y la liturgia.


ADVIENTO


V. El tiempo de Adviento
39. El tiempo de Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos razones el Adviento se, nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre.

40. El tiempo de Adviento comienza con las primeras Vísperas del domingo que cae el 30 de noviembre o es el más próximo a este día, y acaba antes de las primeras Vísperas de Navidad.


41. Los domingos de este tiempo se denominan domingo I, II, III, IV de Adviento.

42. Las ferias del 17 al 24 de diciembre inclusive tienen la finalidad de preparar más directamente la Navidad.
Fuente: Calendario Romano

Capítulo V
DESCRIPCIÓN DE LA ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS

92. Para ayudar a los pastores de almas a que conozcan la estructura de la Ordenación de las lecturas, para que la usen de una manera viva y con provecho de los fieles, parece oportuno dar una breve descripción de la Ordenación de las lecturas, por lo menos en lo que se refiere a las principales celebraciones y a los diversos tiempos del año litúrgico, en atención a los cuales se han escogido las lecturas según las normas antes indicadas.

1. Tiempo de Adviento
a. DOMINGOS
93. Las lecturas del Evangelio tienen una característica propia: se refieren a la venida del Señor al final de los tiempos (primer domingo), a Juan Bautista (segundo y tercer domingos), a los acontecimientos que prepararon de cerca el nacimiento del Señor (cuarto domingo).
Las lecturas del Antiguo Testamento son profecías sobre el Mesías y el tiempo mesiánico , tomadas principalmente del libro de Isaías.
Las lecturas del Apóstol contienen exhortaciones y amonestaciones conformes a las diversas características de este tiempo.

b. FERIAS
94. Hay dos series de lecturas, una desde el principio hasta el día 16 de diciembre, y la otra desde el día 17 al 24.
En la primera parte del Adviento, se lee el libro de Isaías, siguiendo el mismo orden del libro, sin excluir aquellos fragmentos más importantes que se leen también en los domingos. Los Evangelios de estos días están relacionados con la primera lectura.

Desde el jueves de la segunda semana, comienzan las lecturas del Evangelio sobre Juan Bautista; la primera lectura es o bien una continuación del libro de Isaías, o bien un texto relacionado con el Evangelio.

En la última semana antes de Navidad, se leen los acontecimientos que prepararon de inmediato el nacimiento del Señor, tomados del Evangelio de san Mateo (cap. 1) y de san Lucas (cap. 1). En la primera lectura se han seleccionado algunos textos de diversos libros del Antiguo Testamento, teniendo en cuenta el Evangelio del día, entre los que se encuentran algunos vaticinios mesiánicos de gran importancia.
Fuente: Ordoi lectionum miase -ORDENACIÓN DE LAS LECTURAS DE LA MISA



COLOR LITÚRGICO DE ADVIENTO



346. En cuanto al color de las vestiduras sagradas, obsérvese el uso tradicional, o sea:
a) El color blanco se usa en los Oficios y Misas del tiempo pascual y de Navidad; además en las celebraciones del Señor, que no sean de su Pasión, de la Santísima Virgen, de los Santos Ángeles, de los Santos no Mártires, en la solemnidades de Todos los Santos (1 de nov.), de San
Juan Bautista (24 de junio), en la fiesta de San Juan Evangelista (27 de dic.), en la Cátedra de San Pedro (22 de febr.) y en la Conversión de San Pablo (25 de enero).

b) El color rojo se usa el domingo de Pasión y el Viernes Santo, el domingo de Pentecostés, en las celebraciones de la Pasión del Señor, en las fiestas natalicias de los Apóstoles y Evangelistas y en las celebraciones de los Santos Mártires.

c) El color verde se usa en los Oficios y Misas del tiempo “durante el año”.

d) El color morado (o violeta) se usa en el tiempo de Adviento y de Cuaresma. Puede también usarse en los Oficios y Misas de difuntos.

e) El color negro puede usarse, donde se acostumbra, en las Misas de difuntos.

f) El color rosado puede usarse, donde se acostumbra, en los domingos Gaudete (III de Adviento) y Laetare (IV de Cuaresma).


g) En los días de mayor solemnidad pueden usarse vestiduras sagradas festivas confeccionadas con materiales más nobles, aún cuando no sean del color del día.
Sin embargo, las Conferencias Episcopales, en lo que se refiere a los colores litúrgicos, pueden determinar y proponer a la Sede Apostólica las adaptaciones que respondan mejor a las necesidades y a la índole de los pueblos.
Fuente: INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO Tercera edición Año 2002

En la liturgia renovada a instancia del Concilio Vaticano II, el ciclo navideño comprende el Tiempo de Adviento y el tiempo de Navidad.
En la liturgia romana actual, el tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semana

Desde las primeras vísperas del domingo más Próximo al 30 de noviembre hasta las primera vísperas del día de navidad
Esta dividido en dos partes: La primera conmemora la segunda venida del Mesías y se extiende hasta el 16 de diciembre
La segunda comprende desde el 17 al 24 de diciembre y se ordena de un modo mas directo a preparar la navidad



La teología del Adviento se funda sobre  tres venida de Cristo:

La primera en la humanidad de nuestra carne.

La segunda, en gloria y majestad como Señor de los hombres y de la historia

Y la sacramental o litúrgica, que situada entre ambos momentos, los actualiza.



La teología del adviento se funda sobre  tres venida de Cristo:

La primera en la humanidad de nuestra carne.

La segunda, en gloria y majestad como Señor de los hombres y de la historia

Y la sacramental o litúrgica, que situada entre ambos momentos, los actualiza.


524 Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles
renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de éste: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya"
(Jn 3,30).

La  esperanza escatológica se refleja en los textos apocalípticos relacionados con los últimos tiempos, que reclaman vigilancia, fidelidad, lucha y generosidad.

La presencia permanente de Cristo en su Iglesia y en cada cristiano no dificulta  ni obstaculiza esta espera escatológica. Cristo, en efecto,” ya” está presente, pero “todavía” no” de modo total  en el ámbito social, eclesial y personal, como lo muestra la experiencia del mundo de la Iglesia y de cada persona, que, mientras advierten la presencia de Cristo con su vida y actividad, sienten la  necesidad de su venida definitiva.
Adviento es, por tanto, el tiempo que , partiendo del hecho ya ocurrido de la venida histórica de Cristo, se orienta hacia su venida última y su venida sacramentalmente en navidad, actualizándola  místicamente. Su línea teológica coincide con la del periodo navideño: la venida del Señor para nuestra redención; una venida que  se nos ha manifestado ya en la humildad de nuestra carne y se manifestará  de modo glorioso al final de los tiempos. La Iglesia espera una y otra con la tensión que imprimen el “ya” pero “todavía no”.

LA LITURGIA DE ADVIENTO
Dos parte
Adviento escatológico ( hasta el 16 de diciembre)
Adviento Natalicio (desde el 17 al 26 de diciembre)

Con su doble característica

“De preparación a la solemnidad de Navidad, en la que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres.
Y, a la vez, mediante este recuerdo los corazones se dirigen a la expectativa de la segunda venida de Cristo al final de los siglos (Calendario romano CR)


LECCIONARIO DE LA MISA


El leccionario del  del Concilio Vaticano II   se ha inspirado en los leccionario precedente, pero han sido tan enriquecido que contienen un tesoro teológico incomparable.

La primera lectura del primer ciclo de los tres ciclo sitúa  a la asamblea ante los principales profetas mesiánicos: los oráculos de Isaias, de Baruc y Sofonía. Las profesias más importante se lee en el cuarto domingo: el Mesias como descendiente de David y Enmanuel o Dios con nosotros ( Isaias, Miqueas Natan) La segunda lectura ve el cumplimiento de las profecías en Jesús  y anuncia la venida del Señor, dìa de salvación para todos los pueblos y de alegría para quienes le hayan esperado con amor. Los evangelios evocan  en cada ciclo la espera de la venida del Señor, que invita a la vigilancia (primer domingo), Juan Bautista(segundo y tercer domingo),anuncio a María(A), anuncio a José (B), visitación de María a Isabel( C).
Las lecturas feriales del Adviento escatològico proceden de Isaias, el profeta de la “gran buena nueva” de la futura liberación de Israel de los tiempos mesiánicos.  El evangelio se ha selecciona de de acuerdo con el tema anunciado en la primera lectura. A partir del jueves de la segunda semana, la lectura evangélica trata del Bautista, mientras que la primera lectura continua con Isaias o un texto relacionado con el evangelio.

LA EUCOLOGÌA DE LA MISA



En las oraciones de la misa se entrecruzan los dos temas básicos del Adviento; aunque el tema principal de la primera parte del tiempo sea la segunda venida, mientras que en la segunda parte, armonizando oraciones y lecturas, se subraya la inminente Navidad. En la última semana se evoca con frecuencia a María, sobre todo en las oraciones del cuarto domingo.

La última edición del Misal castellano contiene cuatro prefacios de Adviento. El primero es una composición realizada con elementos de dos antiguos prefacios del sacramentario Veronense y trata de la doble expectación de Cristo y de los sentimientos que deben poseer quienes se preparan a celebrar litúrgicamente su venida en carne mortal. El tercero presenta a Cristo como Señor y Juez de la historia y acentúa mucho el carácter escatològico tanto del misterio de Cristo (cristologìa) como de la vida cristiana (antropología). El cuarto se centra en el tema de Eva Marìa de gran resonancia bíblica y patrística


EL MISAL


Prefacios
PREFACIO DE ADVIENTO I
Las dos venidas de Cristo
Este prefacio se dice en las misas del tiempo desde el
primer domingo de Adviento hasta el 16 de diciembre
inclusive, y en las demás misas que se celebren durante
este mismo tiempo, que no tengan prefacio propio.
V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
El cual, al venir por vez primera
en la humildad de nuestra carne,
realizó el plan de redención trazado desde antiguo
y nos abrió el camino de la salvación,
para que cuando venga de nuevo,
en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra,
podamos recibir los bienes prometidos
que ahora, en vigilante espera,
confiamos alcanzar.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

PREFACIO DE ADVIENTO II
La doble espera de Cristo
Este prefacio se dice en las misas del tiempo que se
celebren del 17 de diciembre hasta la misa matutina del
24 inclusive, y en las demás misas que se celebren
durante esos mismos días, que no tengan prefacio propio.
V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
A quien todos los profetas anunciaron
y la Virgen esperó con inefable amor de madre;
Juan lo proclamó ya próximo
y lo señaló después entre los hombres.
El es quien nos concede ahora
prepararnos con alegría
al misterio de su nacimiento,
para encontrarnos así cuando llegue,
velando en oración y cantando su alabanza.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

PREFACIO DE ADVIENTO III
Cristo, Señor y juez de la historia
Este prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el
primer domingo de Adviento has-ta el día 16 de diciembre,y en las restantes misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio propio.
V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo darte gracias,
es nuestro deber cantar en tu honor
himnos de bendición y de alabanza,
Padre todopoderoso,
principio y fin de todo lo creado.
Tú nos has ocultado el día y la hora
en que Cristo, tu Hijo,
Señor y juez de la historia,
aparecerá, revestido de poder y de gloria
sobre las nubes del cielo.
En aquel día terrible y glorioso
pasará la figura de este mundo
y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
El mismo Señor
que se nos mostrará entonces lleno de gloria
viene ahora a nuestro encuentro
en cada hombre y en cada acontecimiento,
para que lo recibamos en la fe
y por el amor demos testimonio
de la espera dichosa de su reino.
Por eso, mientras aguardamos su última venida,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

PREFACIO DE ADVIENTO IV
María, nueva Eva
Este prefacio se dice en las misas del tiempo, desde el 17
al 24 de diciembre, y en las restantes misas que se
celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio
propio.
V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y
necesario.
En verdad es justo darte gracias,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos
por el misterio de la Virgen Madre.
Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina,
en el seno virginal de la hija de Sión ha germinado
aquel que nos nutre con el pan de los ángeles,
y ha brotado para todo el género humano
la salvación y la paz.
La gracia que Eva nos arrebató
nos ha sido devuelta en María.
En ella, madre de todos los hombres,
la maternidad, redimida del pecado y de la muerte,
se abre al don de una vida nueva.
Así, donde había crecido el pecado,
se ha desbordado tu misericordia
en Cristo, nuestro salvador.
Por eso nosotros,
mientras esperamos la venida de Cristo,
unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.




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