El sol se encamina al reposo y nos invita211
a dirigir hacia el Cenáculo la mirada.
Allí para la Iglesia212
imploraste al Espíritu Santo,
quien la liberó de las miserias de la mediocridad,
la inició en la doctrina de Cristo
y avivó en ella
el espiritu de apóstoles y de mártires.
Tambíen así quieres actuar en nuestro Santuario213
fortaleciendo la fe
de nuestros débiles ojos,
para que contemplemos la vida
con la mirada de Dios
y caminemos siempre bajo la luz del cielo.
(Padre José Kentenich,del libro hacia el Padre)
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