lunes, 11 de junio de 2012

Corpus Christi, Santiago y Concepción Chile




“La eucaristía es lo más grande que tiene la Iglesia” dijo Monseñor Ezzati en Corpus Christi
Bajo multicolores alfombras, entre cantos y oraciones, el Santísimo expuesto recorrió las calles de Santiago, acogiendo los sufrimientos y esperanzas de los habitantes de la ciudad.

La iglesia de Santiago celebró este domingo 10 de Junio la Fiesta de Corpus Christi con una eucaristía en la Iglesia San Agustín, una procesión por la calle Estado para culminar en la Plaza de Armas, donde a la entrada de la Catedral el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, realizó una oración por la ciudad y luego presidió la adoración en el interior del templo.

En la eucaristía, el Arzobispo recordó la bondad del Señor que nos ofrece el cuerpo de Cristo para que vamos a él y dijo “la Iglesia a través de la eucaristía es la expresión del amor de Dios hacia todas las mujeres y hombres, ahí radica su gran importancia, ya que sin ella no hay Iglesia”.

Y agregó “la eucaristía es lo más grande que tiene la Iglesia, es la fuente y la cumbre de la vida cristiana, porque es donde se hace presente el rostro de Dios en nosotros, haciéndonos parte de su familia, y nos realiza un llamado a seguir el camino del amor”. Por su parte los fieles participaron activamente en la celebración, orando y cantando, además de lanzando pétalos al aire al paso de la procesión.














 
La Fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo da esperanza y fuerza

Con una Eucaristía y una procesión en torno a la plaza Independencia de Concepción, se celebró la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

La celebración fue presidida por monseñor Fernando Chomali, en la catedral, con presencia de numerosos fieles, que acompañaron la procesión.

Monseñor reflexionó que la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo es “una de las fiestas más hermosas que celebra la Iglesia Católica en su vida litúrgica. Es una de las celebraciones que además nos da más esperanza y fuerza para continuar viviendo”.

Destacó, como experiencia de vida, que “no estamos solos. No somos huérfanos. Pueden pasar muchas cosas en nuestra vida, pero Dios permanece. Él se constituye en nuestra esperanza y lo hace con un gesto de amor”, afirmó en su homilía.

Dijo que “cuando celebramos la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo estamos diciendo que se cumple la promesa que Él nos dejó, de que estará con nosotros hasta el fin de los tiempos”.

Manifestó a no tener miedo, porque “Dios nos acompaña en nuestra vida y, por eso es importante el sacramento de la Eucaristía, que esté presente en las parroquias, en las capillas y sobre todo constituye un lugar donde podamos ir a rezar y decir Señor, tú estás aquí, y yo creo en Ti, porque tu palabra es verdadera cuando tu dijiste que este es mi Cuerpo y este es mi Sangre y nos pides a nosotros, los sacerdotes, que hagamos eso en memoria Tuya. Por lo tanto, es la razón que afirmaba que esta solemnidad es tan importante”.

Invitó a salir renovados de la celebración, pensando en creer en el Dios de la historia, Dios de la salvación, en el Dios de la resurrección. Asimismo, planteó que “Dios quiera que esta asamblea suscite vocaciones sacerdotales, que surjan de las familias, para que podamos continuar celebrando la Eucaristía y tener la presencia maravillosa de Dios en medio de nosotros, a través de la Sangre y el Cuerpo de Cristo, pan y el vino que, por acción del sacerdote, se convierten en su Cuerpo y su Sangre”.

Desde la catedral, con gran solemnidad, el Santísimo Sacramento fue llevado por Monseñor Chomali, para realizar una procesión con cuatro estaciones, con pequeños altares que fueron levantados por los colegios Salesianos, Instituto de Humanidades, San Agustín e Inmaculada Concepción.



 Enlace:

No hay comentarios:

Publicar un comentario