ORDO MISSA DOMINGO SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA
24 DE JUNIO 2012
RITOS
INICIALES RITUS INITIALES
INTROITUS
ANTÍFONA DE
ENTRADA
ANTIFONA D’INGRESSO
Jn 1, 6-7;
Lc 1, 17
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba
Juan; vino como testigo para dar testimonio de la luz, y preparar al Señor un
pueblo bien dispuesto.
Fuit homo missus a Deo, cui
nomen erat Ioánnes. Hic venit, ut testimónium perhibéret de lúmine, paráre
Dómino plebem perféctam.
Venne un uomo mandato da Dio,e il suo nome era Giovanni.
Egli venne come testimone per rendere testimonianza alla luce preparare al Signore un popolo ben disposto.
Reunido el pueblo, el
sacerdote con los ministros va al altar, mientras se entona el canto de
entrada.
Cuando llega al altar, el sacerdote
con los ministros hace la debida reverencia, besa el altar y, si se juzga
oportuno, lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la sede. Terminado
el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras
el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
In nomine
Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Amen.
Nel nome del Padre del Figlio e dello Spirito Santo.
Amen.
El sacerdote, extendiendo las manos,
saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
Saludo
Salutatio
SALUTO DEL CELEBRANTE
El Señor esté con vosotros
Dominus vobiscum.
Il Signore sia con voi.
Respuesta
Y con tu espíritu.
Et cum spiritu
tuo.
E con il tuo spirito.
ACTO PENITENCIAL
Actus Pænitentialis
ATTO PENITENZIALE
Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.
Christe, eleison.
Christe, eleison.
Kyrie, eleison.
Kyrie,
eleison.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad
Signore, pietà.
Signore, pietà.
Cristo, pietà.
Cristo, pietà.
Signore, pietà.
Signore, pietà.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del
mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende nuestra súplica
tú que estás sentado a la derecha
del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Glória in excélsis Deo
et in terra pax homínibus bonae
voluntátis.
Laudámus te,
benedícimus te,
adorámus te,
glorificámus te,
grátias ágimus tibi propter
magnam glóriam tuam,
Dómine Deus, Rex caeléstis,
Deus Pater omnípotens.
Dómine Fili unigénite, Iesu
Christe,
Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius
Patris,
qui tollis peccáta mundi,
miserére nobis;
qui tollis peccáta mundi, súscipe
deprecatiónem nostram.
Qui sedes ad déxteram Patris,
miserére nobis.
Quóniam tu solus Sanctus, tu
solus Dóminus,
tu solus Altíssimus,
Iesu Christe, cum Sancto Spíritu:
in glória Dei Patris.
Amen.
GLORIA A DIO
Gloria a Dio
nell'alto dei cieli
e pace in terra agli
uomini di buona volontà.
Noi ti lodiamo, ti
benediciamo,
ti adoriamo, ti
glorifichiamo,
ti rendiamo grazie
per la tua gloria immensa,
Signore Dio, Re del
cielo, Dio Padre onnipotente.
Signore, Figlio unigenito,
Gesù Cristo,
Signore Dio, Agnello
di Dio, Figlio del Padre;
tu che togli i
peccati del mondo, abbi pietà di noi;
tu che togli i
peccati del mondo, accogli la nostra supplica;
tu che siedi alla
destra del Padre, abbi pietà di noi.
Perché tu solo il Santo,
tu solo il Signore, tu solo l'Altissimo:
Gesù Cristo, con lo
Spirito Santo
nella gloria di Dio
Padre.
Amen.
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos
juntas dice:
Oremos.
Preghiamo
Y todos junto con el sacerdote rezan en silencio
durante unos instantes. Luego el sacerdote con las manos extendidas pronuncia
la oración colecta. Cuando ésta finaliza el pueblo aclama: Amen
ORACIÓN COLECTA
Collecta
COLLETTA
S: Oremus
Dios nuestro, que confiaste a san
Juan Bautista la misión de preparar para Cristo, el Señor, un pueblo bien
dispuesto, concede a tu Iglesia la gracia de la alegría espiritual, y dirige
los corazones de los fieles por el camino de la salvación y de la paz. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
O
Padre, che hai mandato san Giovanni Battista a preparare a Cristo Signore un
popolo ben disposto, allieta la tua Chiesa con l'abbondanza dei doni dello
Spirito, e guidala sulla via della salvezza e della pace. Per il nostro
Signore...
Deus, qui beátum Ioánnem Baptístam suscitásti, ut
perféctam plebem Christo Dómino præparáret, da pópulis tuis spiritálium grátiam
gaudiórum, et ómnium fidélium mentes dírige in viam salútis et pacis. Per
Dóminum...
LITURGIA DE LA
PALABRA
LITURGIA VERBI
LITURGIA DELLA PAROLA
El lector va al ambón y lee la primera lectura,
que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector
dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del
salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como
la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector
dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de
Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote
lo pone en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de
proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que
anuncies dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y
responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el
evangelio, inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón,
acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios;
ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras
respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra
libertad.
O bien:
Tu palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien
preside, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo
en secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es
obligatoria todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los
restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo
prescribe, se hace la profesión de fe:
Primera lectura
Lectio prima
PRIMA
LETTURA
Lectura del
libro de Isaías.
¡Escúchenme, costas
lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el vientre
materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. Él hizo de mi boca
una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha
punzante, me escondió en su aljaba. Él me dijo: “Tú eres mi Servidor, Israel,
por ti Yo me glorificaré”. Pero yo dije: “En vano me fatigué, para nada,
inútilmente, he gastado mi fuerza”. Sin embargo, mi derecho está junto al Señor
y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el Señor, el que me
formó desde el vientre materno para que yo sea su Servidor, para hacer que
Jacob vuelva a Él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y
mi Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: “Es demasiado poco que seas mi Servidor
para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de
Israel; Yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi
salvación hasta los confines de la tierra”.
Verbum Dòmini.
T: Deo gratias.
Palabra de Dios.
Te
alabamos, Señor
Parola di
Dio
Rendiamo
grazie a Dio.
SALMO RESPONSORIAL.
PSALMUS RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Sal 138, 1-3. 13-15
R. Te doy gracias porque
fui formado de manera tan admirable.
Señor, Tú me sondeas y me conoces, Tú sabes si me siento o me
levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si
descanso, y todos mis pasos te son familiares.
R.
Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el vientre de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el vientre de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras!
R
Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
R.
SEGUNDA LECTURA
LECTIO SECUNDA
SECONDA
LETTURA
Hech 13, 22-26
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En la sinagoga de Antioquía de Pisidia, Pablo decía: “Dios suscitó
para nuestros padres como rey a David, de quien dio este testimonio: ‘He
encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón, que
cumplirá siempre mi voluntad’. De la descendencia de David, como lo había
prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús. Como
preparación a su venida, Juan Bautista había predicado un bautismo de
penitencia a todo el pueblo de Israel; y al final de su carrera, Juan Bautista
decía: ‘Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene
Aquél a quien yo no soy digno de desatar las sandalias’, Hermanos, este mensaje
de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que
temen a Dios”.
Lector: Palabra de Dios.
Verbum Dòmini.
T:
Deo gratias
Parola
di Dio
Rendiamo grazie a Dio.
ACLAMACIÓN Cfr. Lc 1,
76
Aleluya.
Tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo; irás delante del Señor preparando
sus caminos. Aleluya.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, acompañado
eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el
ambón dice:
El Señor esté con vosotros.
El pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo
El diácono
(o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti
Evangélii secúndum
Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su
frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi, Dómine.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
R: / Gloria a ti, Señor Jesús.
Lectura (Proclamación) del santo según San Lucas 1,
57-66. 80
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser
madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran
misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho
días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como
su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”. Ellos le decían: “No
hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas
al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió:
“Su nombre es Juan”. Todos quedaron admirados, y en ese mismo momento, Zacarías
recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una
gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la
región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo
en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del
Señor estaba con Él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y
vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
Evangelium secundum Lucam
57 Elisabeth autem impletum est tempus pariendi, et
peperit filium. 58 Et audierunt vicini et cognati eius quia magnificavit
Dominus misericordiam suam cum illa, et congratulabantur ei.
59 Et factum est, in die octavo venerunt
circumcidere puerum et vocabant eum nomine patris eius, Zachariam. 60 Et
respondens mater eius dixit: " Nequaquam, sed vocabitur Ioannes ". 61
Et dixerunt ad illam: " Nemo est in cognatione tua, qui vocetur hoc nomine
". 62 Innuebant autem patri eius quem vellet vocari eum. 63 Et postulans
pugillarem scripsit dicens: " Ioannes est nomen eius ". Et mirati
sunt universi. 64 Apertum est autem ilico os eius et lingua eius, et loquebatur
benedicens Deum. 65 Et factus est timor super omnes vicinos eorum, et super
omnia montana Iudaeae divulgabantur omnia verba haec. 66 Et posuerunt omnes,
qui audierant, in corde suo dicentes: " Quid putas puer iste erit? ".
Etenim manus Domini erat cum illo.
80 Puer autem crescebat et confortabatur spiritu et erat
in deserto usque in diem ostensionis suae ad Israel.
Dal Vangelo.. Gesù Cristo secondo Luca 1,57-66.80.
Per
Elisabetta si compì il tempo del parto e diede alla luce un figlio.
I vicini e i parenti udirono che il Signore aveva esaltato in lei la sua misericordia, e si rallegravano con lei.
All'ottavo giorno vennero per circoncidere il bambino e volevano chiamarlo col nome di suo padre, Zaccaria.
Ma sua madre intervenne: «No, si chiamerà Giovanni».
Le dissero: «Non c'è nessuno della tua parentela che si chiami con questo nome».
Allora domandavano con cenni a suo padre come voleva che si chiamasse.
Egli chiese una tavoletta, e scrisse: «Giovanni è il suo nome». Tutti furono meravigliati.
In quel medesimo istante gli si aprì la bocca e gli si sciolse la lingua, e parlava benedicendo Dio.
Tutti i loro vicini furono presi da timore, e per tutta la regione montuosa della Giudea si discorreva di tutte queste cose.
Coloro che le udivano, le serbavano in cuor loro: «Che sarà mai questo bambino?» si dicevano. Davvero la mano del Signore stava con lui.
Il fanciullo cresceva e si fortificava nello spirito. Visse in regioni deserte fino al giorno della sua manifestazione a Israele.
I vicini e i parenti udirono che il Signore aveva esaltato in lei la sua misericordia, e si rallegravano con lei.
All'ottavo giorno vennero per circoncidere il bambino e volevano chiamarlo col nome di suo padre, Zaccaria.
Ma sua madre intervenne: «No, si chiamerà Giovanni».
Le dissero: «Non c'è nessuno della tua parentela che si chiami con questo nome».
Allora domandavano con cenni a suo padre come voleva che si chiamasse.
Egli chiese una tavoletta, e scrisse: «Giovanni è il suo nome». Tutti furono meravigliati.
In quel medesimo istante gli si aprì la bocca e gli si sciolse la lingua, e parlava benedicendo Dio.
Tutti i loro vicini furono presi da timore, e per tutta la regione montuosa della Giudea si discorreva di tutte queste cose.
Coloro che le udivano, le serbavano in cuor loro: «Che sarà mai questo bambino?» si dicevano. Davvero la mano del Signore stava con lui.
Il fanciullo cresceva e si fortificava nello spirito. Visse in regioni deserte fino al giorno della sua manifestazione a Israele.
S: Palabra del Señor
Verbum Domini.
T: Laus tibi, Christe
Parola del Signore.
Lode a te, o Cristo.
Homilía
Acabada la homilía, si la liturgia
del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que
siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por
obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María
Virgen,
padeció bajo el poder
de Poncio Pilato,
fue crucificado,
muerto y sepultado,
descendió a los
infiernos,
al tercer día
resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la
derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de
venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu
Santo,
la santa Iglesia
católica,
la comunión de los
santos,
el perdón de los
pecados,
la resurrección de la
carne
y la vida eterna.
Amén.
Professio
fidei
Credo in unum Deum, Patrem
omnipotentem, factorem caeli et terrae, visibilium omnium et invisibilium. Et
in unum Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigenitum, et ex Patre natum ante
omnia saecula. Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero, genitum,
non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta sunt. Qui propter nos
homines et propter nostram salutem descendit de caelis. Et incarnatus est de
Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est. Crucifixus etiam pro nobis
sub Pontio Pilato; passus et sepultus est, et resurrexit tertia die, secundum
Scripturas, et ascendit in caelum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus
est cum gloria, iudicare vivos et mortuos, cuius regni non erit finis. Et in
Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit. Qui
cum Patre et Filio simul adoratur et conglorificatur: qui locutus est per
prophetas. Et unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam.
Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum. Et expecto resurrectionem
mortuorum et vitam venturi saeculi.
Credo in un solo Dio,
Padre onnipotente, creatore del cielo e
della terra,
di tutte le cose visibili e invisibili.
Credo in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito Figlio di Dio, nato dal Padre
prima di tutti i secoli.
Dio da Dio, Luce da Luce, Dio vero da
Dio vero;
generato, non creato; della stessa
sostanza del Padre;
per mezzo di lui tutte le cose sono
state create.
Per noi uomini e per la nostra salvezza
discese dal cielo;
e per opera dello Spirito Santo
si é incarnato nel seno della Vergine
Maria e si é fatto uomo.
Fu crocifisso per noi sotto Ponzio
Pilato, morì e fu sepolto.
Il terzo giorno é risuscitato, secondo
le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra
del Padre.
E di nuovo verrà, nella gloria, per
giudicare i vivi e i morti,
e il suo regno non avrà fine.
Credo nello Spirito Santo, che é
Signore e da la vita,
e procede dal Padre e dal Figlio
e con il Padre e il Figlio é adorato e
glorificato
e ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo la Chiesa, una, santa,
cattolica e apostolica.
Professo un solo battesimo per il
perdono dei peccati.
Aspetto la risurrezione dei morti e la
vita del mondo che verrà.
Amen.
Después se hace la
plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente
forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita
a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son
propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta
su participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de
intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las
necesidades de la Iglesia;
b) por los
gobernantes y por la salvación del mundo entero;
e) por aquellos que
se encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad
local.
Conclusión
El sacerdote termina
la plegaria común con una oración conclusiva
Deinde fit oratio
universalis, seu oratio fidelium.
Oratio Fidelium
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA DEI FEDELI
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCHARISTICA
Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros
colocan en el altar el corporal, el purificador, el cáliz y el misal; mientras
tanto puede ejecutarse un canto adecuado.
Conviene que los
fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino
para la celebración de la eucaristía, bien aportando otros dones para las
necesidades de la Iglesia
o de los pobres.
El sacerdote se acerca al altar,
toma la patena con el pan y, manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice
en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por
este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu
generosidad y ahora te presentamos; él
será para nosotros pan de vida.
Después deja la
patena con el pan sobre el corporal.
Si no se canta
durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta
estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor
El diácono, o el sacerdote, echa
vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:
El agua unida al vino sea signo de nuestra
participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición
humana.
Después el sacerdote toma el cáliz
y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por
este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu
generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
Después deja el
cáliz sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las
ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el
pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre,
Señor.
A continuación,
el sacerdote, inclinado, dice en secreto:
Acepta, Señor,
nuestro corazón contrito y nuestro espíritu
humilde; que éste
sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia,
Señor,
Dios nuestro.
Y, si se juzga
oportuno, inciensa las ofrendas y el altar. A continuación el diácono o un
ministro inciensa al sacerdote y al pueblo.
Luego el
sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:
Lava del todo mi delito, Señor,
limpia mi pecado.
Lava
me, Domine, ab iniquitate mea, et a peccato meo munda me.
Después, de pie
en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos,
dice una de las siguientes fórmulas:
Orad, hermanos,para que este sacrificio, mío y vuestro,
Orad, hermanos,para que este sacrificio, mío y vuestro,
sea agradable a Dios, Padre
todopoderoso.
Orate,
fratres, ut meum ac vestrum sacrificium acceptabile fiat apud Deum Patrem
omnipotentem!
O bien:
En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, Padre todopoderoso.
O bien:
Orad, hermanos,
para que, llevando al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, Padre todopoderoso.
O bien:
Orad, hermanos,
para que, llevando al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo
responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para
alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien
y el de toda su santa
Iglesia.
Luego el sacerdote, con las manos
extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oratio Super oblata (nos ponemos de pie)
l’ORAZIONE SULLE
OFFERTE.
Te ofrecemos estos dones, Señor,
para celebrar dignamente el nacimiento de san Juan Bautista, que anunció la
venida y señaló la presencia del Salvador del mundo. Que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Tua, Dómine, munéribus altária cumulámus, illíus nativitátem honóre débito
celebrántes, qui Salvatórem mundi et cécinit affutúrum, et adésse monstrávit.
Qui vivit et regnat in sæcula sæculórum.
Accogli, o
Padre, i nostri doni nel solenne ricordo della nascita di san Giovanni il
precursore, che annunziò la venuta e indicò la presenza del Cristo salvatore del
mondo. Egli vive e regna nei secoli dei secoli.
Por Jesucristo, nuestro Señor
.
Súper Oblata
La
oración sobre las ofrendas termina siempre con la conclusión breve.
Si
la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Si
la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina
por los siglos de los
siglos.
Si
la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas
por los siglos de los
siglos.
El
pueblo aclama:
Amén.
Prex Eucharistica
PLEGARIA EUCARISTICA
PREGHIERA EUCARISTICA
En las plegarias eucarísticas se pueden nombrar
junto al Obispo diocesano a los Obispos coadjutores o auxiliares y al Obispo
que eventualmente preside una concelebración. Si el celebrante es Obispo,
siempre se nombra a si mismo; el Obispo diocesano se nombra después del Papa;
los otros Obispos se nombran a sí mismos después del Obispo diocesano.
En la plegaria
eucarística primera o Canon romano pueden omitirse aquellas partes que están
incluidas dentro de corchetes.
PREFACIO Præfatio
El sacerdote comienza la plegaria eucarística
con el prefacio. Con las manos extendidas dice:
El Señor esté con vosotros.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El sacerdote, elevando las manos, prosigue:
Levantemos el corazón.
El pueblo responde:
Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
El sacerdote, con las manos extendidas, añade:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
El pueblo responde:
Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio con las manos
extendidas.
Al final del prefacio junta las manos y, en
unión del pueblo,
PREFACIO
La misión del precursor
S. El Señor esté con ustedes.
P. Y con tu espíritu.
S. Levantemos el corazón.
P. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
S. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
P. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Alabarnos tu grandeza manifestada en san Juan Bautista, el
Precursor de tu Hijo, y el mayor entre los nacidos de mujer.
Antes de nacer, saltó de alegría en el vientre de su madre al
sentir la proximidad del Salvador, y fue el único profeta que señaló al Cordero
que quita el pecado del mundo.
Él bautizó en el río Jordán al mismo autor del
bautismo, para que el agua viva santificara a todos los hombres, y mereció dar
el supremo testimonio de Cristo, derramando su sangre por Él.
Por eso, unidos a los ángeles en el cielo, cantamos en la tierra un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Por eso, unidos a los ángeles en el cielo, cantamos en la tierra un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Dominus vobiscum.
Et cum spiritu tuo.
Sursum corda.
Habemus ad Dominum.
Gratias agamus Domino Deo
nostro.
Dignum
et iustum est.
Vere dignum et iustum est,
æquum et salutáre,nos tibi semper et ubíque
grátias ágere:
Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus:
per Christum Dóminum nostrum.
In cuius Præcursóre beáto Ioánne
tuam magnificéntiam collaudámus,
quem inter natos mulíerum honóre præcípuo consecrásti.
Qui cum nascéndo multa gáudia præstitísset,
et nondum éditus exsultásset ad
humánæ salútis advéntum,
ipse solus ómnium prophetárum
Agnum redemptiónis osténdit.
Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus:
per Christum Dóminum nostrum.
In cuius Præcursóre beáto Ioánne
tuam magnificéntiam collaudámus,
quem inter natos mulíerum honóre præcípuo consecrásti.
Qui cum nascéndo multa gáudia præstitísset,
et nondum éditus exsultásset ad
humánæ salútis advéntum,
ipse solus ómnium prophetárum
Agnum redemptiónis osténdit.
Sed et sanctificándis étiam
aquæ
fluéntis ipsum baptísmatis
lavit auctórem,
et méruit fuso sánguine
suprémum illi testimónium exhibére.
Et ídeo, cum cælórum
virtútibus,
in terris te iúgiter
prædicámus,
maiestáti tuæ sine fine
clamántes:
Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui venit in nomine
Domini. Hosanna in excelsis.
Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui venit in nomine
Domini. Hosanna in excelsis.
Ahora se
elige alguna de las Plegarias Eucarísticas
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
31. El sacerdote, con las manos
extendidas, dice:
Santo eres en verdad,
Padre,
y con razón te alaban
todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu
Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del
Espíritu Santo,
das vida y santificas
todo,
y congregas a tu pueblo
sin cesar,
para que ofrezca en tu
honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol
hasta el ocaso.
32. Junta las manos y,
manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te
suplicamos
que santifiques por el
mismo Espíritu
Junta las manos y traza el
signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor
nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar
estos misterios.
33. En las fórmulas que siguen,
las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad,
como lo requiere la
naturaleza de éstas.
Porque él mismo, la noche
en que iba a ser entregado,
Toma el pan y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias
te bendijo, lo partió
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado
al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
34. Después prosigue:
Del mismo modo, acabada
la cena,
Toma el cáliz y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz
de mi Sangre,
Sangre de la alianza
nueva y eterna,
que será derramada por
vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los
pecados.
Muestra el cáliz al pueblo,
lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
35. Luego dice una de las
siguientes fórmulas:
1 Éste es el Sacramento de
nuestra fe.
O bien:
Éste es el Misterio de la
fe.
Y el pueblo prosigue,
aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
2 Aclamad el Misterio de la
redención:
Y el pueblo prosigue,
aclamando:
Cada vez que comemos de
este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
3 Cristo se entregó por
nosotros.
Y el pueblo prosigue,
aclamando:
Por tu cruz y
resurrección
nos has salvado, Señor.
36. Después el sacerdote, con
las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el
memorial
de la pasión salvadora de
tu Hijo,
de su admirable
resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su
venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta
acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la
ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella a la victima
por cuya inmolación
quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo
y llenos de su Espíritu
Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu
heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los
mártires,
[san N.: santo del día o
patrono]
y todos los santos, por
cuya intercesión
confiamos obtener siempre
tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que
esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la
salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la
caridad
a tu Iglesia, peregrina
en la tierra:
a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N.,
Puede hacerse también
mención de los Obispos coadjutores o auxiliares y, en las concelebraciones, del
Obispo que preside la celebración.
El Obispo, cuando celebra
en su diócesis, dice:
a mí, indigno siervo
tuyo,
Cuando celebra un Obispo
que no es el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de
N.,
a mí, indigno siervo
tuyo,
al orden episcopal, a los
presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo
redimido por ti.
Atiende los deseos y
súplicas de esta familia
que has congregado en tu
presencia.
Reúne en torno a ti,
Padre misericordioso,
a todos tus hijos
dispersos por el mundo.
† A nuestros hermanos
difuntos
y a cuantos murieron en
tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar
todos juntos
de la plenitud eterna de
tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor
nuestro,
por quien concedes al
mundo todos los bienes. †
Por Cristo, con él y en
él,
a ti, Dios Padre
omnipotente,
en la unidad del Espíritu
Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
RITO DE COMUNION
RITUS COMMUNIONIS
RITI DI COMUNIONE
Una vez que ha dejado el
cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación
del Salvador
y siguiendo su divina
enseñanza,
nos atrevemos a decir:
O bien:
Llenos de alegría por ser
hijos de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos
enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido
derramado
en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que
se nos ha dado;
digamos con fe y
esperanza:
O bien:
Antes de participar en el
banquete de la
Eucaristía,
signo de reconciliación
y vinculo de unión
fraterna,
oremos juntos como el
Señor nos ha enseñado:
Extiende las manos y, junto
con el pueblo, continúa:
Padrenuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu
Nombre;
venga a nosotros tu
reino;
hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de
cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la
tentación,
y líbranos del mal.
Pater noster, qui es in caelis:
sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum;
fiat volúntas tua, sicut in caelo,
et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie;
et dimítte nobis débita nostra,
sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentatiónem;
sed líbera nos a malo.
Padre nostro, che sei nei cieli,
sia santificato il tuo nome,
venga il tuo regno, sia fatta la tua volontà,
come in cielo così in terra.
Dacci oggi il nostro pane quotidiano,
e rimetti a noi i nostri debiti
come noi li rimettiamo ai nostri debitori,
e non ci indurre in tentazione, ma liberaci dal male.
.
El sacerdote, con las manos
extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los
males, Señor,
y concédenos la paz en
nuestros días,
para que, ayudados por tu
misericordia,
vivamos siempre libre de
pecado
y protegidos de toda
perturbación,
mientras esperamos la
gloriosa venida
de nuestro Salvador
Jesucristo.
Liberaci, o Signore, da tutti i mali,
concedi la pace ai nostri giorni;
e con l'aiuto della tua misericordia,
vivremo sempre liberi dal peccato e sicuri da ogni turbamento,
nell'attesa che si compia la beata speranza,
e venga il nostro Salvatore Gesù Cristo.
Tuo é il regno, tua la potenza
e la gloria nei secoli
Junta las manos.
El pueblo concluye la
oración, aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el
poder y la gloria, por siempre, Señor.
Después el sacerdote, con
las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus
apóstoles:
"La paz os dejo, mi
paz os doy",
no tengas en cuenta
nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la
unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los
siglos.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo y
juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté
siempre con vosotros.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga
oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Daos fraternalmente la
paz.
O bien:
Como hijos de Dios,
intercambiad ahora
un signo de comunión
fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha
hecho hermanos con su
cruz,
daos la paz como signo de
reconciliación.
O bien:
En el Espíritu de Cristo
resucitado,
daos fraternalmente la
paz.
Y todos, según la costumbre
del lugar, se dan la paz. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan
consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el
cáliz, diciendo en secreto:
El
Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo,
unidos
en este cáliz,
sean
para nosotros
alimento
de vida eterna.
Mientras tanto se canta o
se dice:
Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi
pietà
di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi
pietà
di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, dona
a noi la pace.
Si la fracción del pan se
prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se
dice: danos la paz.
A continuación el
sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor
Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que
por voluntad del Padre,
cooperando
el Espíritu Santo,
diste
con tu muerte la vida al mundo,
líbrame,
por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de
todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme
cumplir siempre tus mandamientos
y
jamás permitas que me separe de ti.
O bien:
Señor
Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no
sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino
que, por tu piedad,
me
aproveche para defensa de alma y cuerpo
y
como remedio saludable.
El sacerdote hace
genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de
Dios,
que quita el pecado del
mundo.
Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
Y, juntamente con el
pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
El sacerdote dice en
secreto:
El
Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el
Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y
dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Después toma la patena o la
píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un
poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar
responde:
Amén.
El diácono y los ministros
que distribuyen la
Eucaristía observan los mismos ritos.
Si se comulga bajo las dos
especies, se observa el rito descrito en su lugar. (Instr. Gen. n. 240-252).
Cuando el sacerdote comulga
el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
Acabada la comunión, el
diácono, el acólito, o el mismo sacerdote, purifica la patena sobre el cáliz y
también el mismo cáliz, a no ser que se prefiera purificarlo en la credencia
después de la misa.
Si el sacerdote hace la
purificación, dice en secreto:
Haz,
Señor,
que
recibamos con un corazón limpio
el
alimento que acabamos de tomar,
y que
el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.
Después el sacerdote puede
ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio
o cantar un salmo o cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o
en el altar, el sacerdote dice:
Oremos.
Y todos, junto con el
sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio
ya se haya hecho antes.
Después el sacerdote, con
las manos extendidas, dice la oración después de la comunióñ.
POSTCOMMUNIO
ORACION DESPUES DE LA
COMUNION
Renovados por el banquete del Cordero
celestial, te pedimos, Padre, que tu Iglesia reconozca al autor de la salvación
en aquél que fue anunciado por San Juan Bautista, cuyo nacimiento celebramos
gozosos. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Cæléstis Agni convívio
refécti, quæsumus, Dómine, ut Ecclésia tua, sumens de beáti Ioánnis Baptístæ
generatióne lætítiam, quem ille prænuntiávit ventúrum, suæ regeneratiónis
cognóscat auctórem. Qui vivit et regnat in sæcula sæculórum.
Esulti, o Padre, la tua Chiesa, nutrita alla cena dell'Agnello; riconosca
l'autore della sua rinascita, Cristo tuo Figlio, che la parola del precursore
annunziò presente in mezzo agli uomini. Per Cristo nostro Signore.
La oración después de la
comunión termina con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al
Padre:
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Si la oración se dirige al
Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al
Hijo:
Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Oratio
Super Populum
BENDICIONES SOLEMNES
Inclinaos
para recibir la bendición.
Luego, el
sacerdote, extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición.
Todos responden: Amen.
RITUS CONCLUSIONIS
RITO DE
CONCLUSION
En este momento
se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias
al pueblo.
Después tiene
lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con vosotros.
El pueblo
responde:
Y con tu espíritu.
El sacerdote
bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
El pueblo
responde:
Amén.
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