Eres pan de los hijos de Dios134
vino del que nacen almas virginales,
alimento que reverencian los mártires,
manantial para alegres heraldos de la Redención.
(Del libro hacia el Padre . Padre José Kentenich)
Ese encuentro personal de mi naturaleza con el
cielo se realiza en la santa Comunión y junto al tabernáculo. Yo vengo junto a
ti, Señor, me acerco a tu Sagrada Mesa-extiendo los brazos al cielo- y tú
vienes entonces a mí y me llenas de tu presencia. “No hay nada que yo podría
ansiar...” Señor, haz que me compenetre hasta la fibra más íntima de todo mi
ser que eso es lo único que importa definitivamente en mi vida”
Siervo de Dios Mario Hiriart Pulido
LITURGIA DE LA PALABRA
SALMO RESPONSORIAL
PROCLAMACIÓN DEL EVANGELIO
Evangelio según San Marcos 14,12-16.22-26.
E l primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?".
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo,
y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'.
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario".
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo".
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.
Y les dijo: "Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
E l primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?".
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo,
y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'.
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario".
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo".
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella.
Y les dijo: "Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos.
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.
EVANGELIUM
SECUNDUM MARCUM
12 Et primo die Azymorum, quando Pascha
immolabant, dicunt ei discipuli eius: “ Quo vis eamus et paremus, ut manduces
Pascha? ”.
13 Et mittit duos ex discipulis suis et dicit eis: “ Ite in civitatem, et occurret vobis homo lagoenam aquae baiulans; sequimini eum
14 et, quocumque introierit, dicite domino domus: “Magister dicit: Ubi est refectio mea, ubi Pascha cum discipulis meis manducem?”.
15 Et ipse vobis demonstrabit cenaculum grande stratum paratum; et illic parate nobis ”.
16 Et abierunt discipuli et venerunt in civitatem et invenerunt, sicut dixerat illis, et paraverunt Pascha.
13 Et mittit duos ex discipulis suis et dicit eis: “ Ite in civitatem, et occurret vobis homo lagoenam aquae baiulans; sequimini eum
14 et, quocumque introierit, dicite domino domus: “Magister dicit: Ubi est refectio mea, ubi Pascha cum discipulis meis manducem?”.
15 Et ipse vobis demonstrabit cenaculum grande stratum paratum; et illic parate nobis ”.
16 Et abierunt discipuli et venerunt in civitatem et invenerunt, sicut dixerat illis, et paraverunt Pascha.
22 Et
manducantibus illis, accepit panem et benedicens fregit et dedit eis et ait: “
Sumite: hoc est corpus meum ”.
23 Et accepto calice, gratias agens dedit eis; et biberunt ex illo omnes.
24 Et ait illis: “ Hic est sanguis meus novi testamenti, qui pro multis effunditur.
25 Amen dico vobis: Iam non bibam de genimine vitis usque in diem illum, cum illud bibam novum in regno Dei ”.
26 Et hymno dicto, exierunt in montem Olivarum.
23 Et accepto calice, gratias agens dedit eis; et biberunt ex illo omnes.
24 Et ait illis: “ Hic est sanguis meus novi testamenti, qui pro multis effunditur.
25 Amen dico vobis: Iam non bibam de genimine vitis usque in diem illum, cum illud bibam novum in regno Dei ”.
26 Et hymno dicto, exierunt in montem Olivarum.
HOMILIA
LITURGIA EUCARÍSTICA
PREPARACIÓN DE LAS OFRENDA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor,concede a tu Iglesia los
dones de la unidad y de la paz, simbolizados en las ofrendas sacramentales que
te presentamos.
Ecclésiæ tuæ, quæsumus, Dómine, unitátis et pacis propítius
dona concéde, quæ sub oblátis munéribus mystice designántur. Per Christum
PLEGARIA EUCARÍSTICA
Porque él mismo, la noche
en que iba a ser entregado,
Toma el pan y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias
te bendijo, lo partió
y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado
al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Del mismo modo, acabada
la cena,
Toma el cáliz y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz
de mi Sangre,
Sangre de la alianza
nueva y eterna,
que será derramada por
vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los
pecados.
Haced esto en
conmemoración mía.
Muestra el cáliz al pueblo,
lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Toma la patena, con el pan
consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en
él,
a ti, Dios Padre
omnipotente,
en la unidad del Espíritu
Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Después toma el pan
consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el
cáliz, diciendo en secreto:
El
Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo,
unidos
en este cáliz,
sean
para nosotros
alimento
de vida eterna.
Mientras tanto se canta o
se dice:
Cordero de Dios, que quitas
el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: dona nobis pacem
Si la fracción del pan se
prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se
dice: danos la paz.
A continuación el
sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor
Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que
por voluntad del Padre,
cooperando
el Espíritu Santo,
diste
con tu muerte la vida al mundo,
líbrame,
por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de
todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme
cumplir siempre tus mandamientos
y
jamás permitas que me separe de ti.
O bien:
Señor
Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no
sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino
que, por tu piedad,
me
aproveche para defensa de alma y cuerpo
y
como remedio saludable.
El sacerdote hace
genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de
Dios,
que quita el pecado del
mundo.
Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
Y, juntamente con el
pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
El sacerdote dice en
secreto:
El
Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el
Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y
dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Después toma la patena o la
píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un
poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar
responde:
Amén.
Y comulga.
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