miércoles, 27 de junio de 2012

Santuario Cenáculo de Bellavista Solemnidad de la Natividad de san Juan Bautista. Domingo 24 de junio 2012





La que nos trae a Cristo: ¡cuán pronto se apresuró a ir a través de la montaña una vez que había pronunciado su fíat y que se había hecho realidad el gran misterio! Et Verbum caro Factum est (Jn 1,14) ( y el verbo se hizo carne). Quería llevar a Cristo. ¿A quien quería llevarlo? A su prima Isabel y a Zacarías. Servidora de Cristo; ella  misma se caracterizó de esa manera.

En la Anunciación, Dios aguarda la aceptación de la Virgen como expresión de la voluntad de aceptación de toda la humanidad”. Y a partir de entonces, María queda unida inseparablemente a Cristo para siempre. Rica en fruto precioso, ella lleva, como verdadera Theophora (portadora de Dios),al Salvador del mundo a través de las montañas de Judea hacia su pariente Isabel. Al entrar, llega con ella la bendición de Cristo: la mujer, que llevó por tan largo tiempo el oprobio de Eva, queda llena de Espíritu Santo. El hijo que lleva en su seno recibe participación en la salvación, y el varón, que desde la rebelión de Adán parece haber perdido el habla ante Dios, recupera su voz, comienza a orar y es nuevamente un profeta de Dios.
Padre José Kentenich














Evangelio según San Lucas 1,57-66.80.
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.






Presentaciòn de las ofrendas


 Oración sobre las ofrendas

 
Te ofrecemos estos dones, Señor, para celebrar dignamente el nacimien­to de san Juan Bautista, que anunció la venida y señaló la presencia del Salvador del mundo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Tua, Dómine, munéribus altária cumulámus, illíus nativitátem honóre débito celebrántes, qui Salvatórem mundi et cécinit affutúrum, et adésse monstrávit. Qui vivit et regnat in sæcula sæculórum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA
Epiclesis

Doxología


 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: dona nobis pacem

Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, dona a noi la pace.





Oración despues de la comuníon
Renovados por el banquete del Cor­dero celestial, te pedimos, Padre, que tu Iglesia reconozca al autor de la sal­vación en aquél que fue anunciado por San Juan Bautista, cuyo nacimiento celebramos gozosos. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Cæléstis Agni convívio refécti, quæsumus, Dómine, ut Ecclésia tua, sumens de beáti Ioánnis Baptístæ generatióne lætítiam, quem ille prænuntiávit ventúrum, suæ regeneratiónis cognóscat auctórem. Qui vivit et regnat in sæcula sæculórum.






Hacer de la Misa el centro de mi vida. Prepararme a ella con mi vida interior, mis sacrificios, que serán hostia de ofrecimiento; continuarla durante el día dejándome partir y dándome... en unión con Cristo.
¡Mi Misa es mi vida, y mi vida es una Misa prolongada!].
Después de la comunión, quedar fieles a la gran transformación que se ha apoderado de nosotros. Vivir nuestro día como Cristo, ser Cristo para nosotros y para los demás:
¡Eso es comulgar! 
San Alberto Hurtado


















 Año de la Corriente del Santuario
El objetivo del Año de la Corriente del Santuario es afianzar esta red de Santuarios centrados en el Santuario Original, del que fluyen y al que regresan todas las gracias. Todo se ha originado en Schoenstatt y nuestro peregrinar finalmente nos lleva de vuelta ahí. El nuevo entusiasmo que nos embarga por la importancia del Santuario Original en nuestros tiempos, como un lugar de gracias y la presencia de lo santo entre nosotros, como un lugar donde Dios y las naciones se encuentran, y como un lugar de fervor misionero, le da al Año de la Corriente del Santuario un significado más profundo.

En el Santuario estamos congregados, allí nuestros corazones arden en amor por la Madre tres Veces Admirable, que por nosotros quiere construir su Reino, rezó el Padre Kentenich, no 700 m. bajo tierra sino en el campo de concentración de Dachau. Nos hace muy bien estar todos juntos en el Santuario: todas las edades, todas las naciones, todas las comunidades, todos los proyectos, todas las formas que viven una única Alianza de amor: así comenzó Schoenstatt, presencia y fuerza plasmadora que se desarrollaron en el inicio, el 18 de octubre, como Santuario vivo; en (cada) Dachau y en el camino al jubileo de la Alianza de Amor, nuestra misión. Pues el mundo, los hombres, que esperan lo que el Padre Kentenich ha dado, deben encontrar y experimentar en Schoenstatt – en cada uno y en el Schoenstatt internacional – el Santuario vivo. Y deben poder decir: Estamos bien en el Santuario, todos juntos...
Al final del año de la corriente del Santuario, Schoenstatt y el mundo, el mundo concreto que cada uno forma, debe estar más transformado en un Santuario...
 P. José María García

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