ORDO MISSA DOMINGO DOMINGO
29
DURANTE EL AÑO. VERDE. 21 DE OCTUBRE 2012
RITOS
INICIALES RITUS INITIALES
RITI DI
INTRODUZIONE
INTROITUS
ANTÍFONA DE ENTRADA ANTIFONA D’INGRESSO
Sal 16, 6. 8
Yo te invoco, Dios mío,
porque tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.
Ego clámavi, quóniam
exaudísti me,
Deus;
inclína aurem tuam, et exáudi verba mea.
Custódi
me, Dómine, ut pupíllam óculi;
sub umbra alárum tuárum
prótege me.
Io t'invoco, mio Dio: dammi risposta,
rivolgi a me l'orecchio e ascolta la mia preghiera.
Custodiscimi, o Signore, come la pupilla degli occhi,proteggimi all'ombra delle tue ali.
rivolgi a me l'orecchio e ascolta la mia preghiera.
Custodiscimi, o Signore, come la pupilla degli occhi,proteggimi all'ombra delle tue ali.
Reunido el
pueblo, el sacerdote con los ministros va al altar, mientras se entona el canto
de entrada.
Cuando llega al
altar, el sacerdote con los ministros hace la debida reverencia, besa el altar
y, si se juzga oportuno, lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la
sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se
santiguan, mientras el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
In nomine
Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Amen.
Nel nome del Padre del Figlio e dello Spirito Santo.
Amen.
El sacerdote, extendiendo las manos,
saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
SALUDO
SALUTATIO
SALUTO DEL CELEBRANTE
El Señor esté con vosotros
Dominus vobiscum.
Il Signore sia con voi.
Respuesta
Y con tu espíritu.
Et cum spiritu
tuo.
E con il tuo spirito.
ACTO PENITENCIAL
Actus
Pænitentialis
ATTO PENITENZIALE
Kyrie, eleison.
Kyrie,
eleison.
Christe, eleison.
Christe,
eleison.
Kyrie, eleison.
Kyrie,
eleison.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad
Signore, pietà.
Signore, pietà.
Cristo, pietà.
Cristo, pietà.
Signore, pietà.
Signore, pietà.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del
mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende nuestra súplica
tú que estás sentado a la derecha
del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Glória in excélsis Deo
et in terra pax homínibus bonae
voluntátis.
Laudámus te,
benedícimus te,
adorámus te,
glorificámus te,
grátias ágimus tibi propter
magnam glóriam tuam,
Dómine Deus, Rex caeléstis,
Deus Pater omnípotens.
Dómine Fili unigénite, Iesu
Christe,
Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius
Patris,
qui tollis peccáta mundi,
miserére nobis;
qui tollis peccáta mundi, súscipe
deprecatiónem nostram.
Qui sedes ad déxteram Patris,
miserére nobis.
Quóniam tu solus Sanctus, tu
solus Dóminus,
tu solus Altíssimus,
Iesu Christe, cum Sancto Spíritu:
in glória Dei Patris.
Amen.
GLORIA A DIO
Gloria a Dio nell'alto dei cieli
e pace in terra agli uomini di buona
volontà.
Noi ti lodiamo, ti benediciamo,
ti adoriamo, ti glorifichiamo,
ti rendiamo grazie per la tua gloria
immensa,
Signore Dio, Re del cielo, Dio Padre
onnipotente.
Signore, Figlio unigenito, Gesù Cristo,
Signore Dio, Agnello di Dio, Figlio del
Padre;
tu che togli i peccati del mondo, abbi
pietà di noi;
tu che togli i peccati del mondo,
accogli la nostra supplica;
tu che siedi alla destra del Padre,
abbi pietà di noi.
Perché tu solo il Santo, tu solo il Signore, tu solo
l'Altissimo:
Gesù Cristo, con lo Spirito Santo
nella gloria di Dio Padre.
Amen.
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos
juntas dice:
Oremos.
Preghiamo
Y todos junto con el sacerdote rezan en silencio
durante unos instantes. Luego el sacerdote con las manos extendidas pronuncia
la oración colecta. Cuando ésta finaliza el pueblo aclama: Amen
ORACIÓN COLECTA
ORATIO
COLLECTA
COLLETTA
S: Oremus
Dios todopoderoso y eterno, concédenos
permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un corazón sincero. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Omnípotens sempitérne
Deus, fac nos tibi semper et devótam gérere voluntátem, et maiestáti tuæ
sincéro corde servíre. Per Dóminum...
Dio onnipotente ed eterno, crea in noi un cuore generoso e fedele, perché
possiamo sempre servirti con lealtà e purezza di spirito. Per il nostro Signore...
LITURGIA DE LA
PALABRA
LITURGIA VERBI
LITURGIA DELLA PAROLA
El lector va al ambón y lee la primera lectura,
que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector
dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del
salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como
la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector
dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de
Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote
lo pone en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de
proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que
anuncies dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y
responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el
evangelio, inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón,
acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios;
ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras
respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra
libertad.
O bien:
Tu palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien
preside, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo
en secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es
obligatoria todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los
restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo
prescribe, se hace la profesión de fe:
PRIMERA LECTURA, LECTIO
PRIMA, PRIMA LECTURA
Is 53, 10-11
Lectura del libro de Isaías.
Verbum Dòmini. Deo gratias.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Parola di Dio. Rendiamo grazie a Dio.
SALMO RESPONSORIAL.
PSALMUS RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Sal 32, 4-5.
18-20. 22
R. Señor,
que descienda tu amor sobre nosotros.
La palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él
ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.
R.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que
esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos
en el tiempo de indigencia.
R.
Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro
escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza
que tenemos en ti.
R.
SEGUNDA LECTURA, LECTIO SECUNDA, SECONDA LETTURA
Heb 4, 14-16
¡Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró
en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe. Porque no tenemos
un Sumo Sacerdote
incapaz de
compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, Él fue sometido a las
mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado. Vayamos, entonces,
confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar
la gracia de un auxilio oportuno.
Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor
Verbum Dòmini. Deo gratias
Parola
di Dio Rendiamo grazie a Dio.
ACLAMACIÓN
Mc 10, 45
Aleluya. El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida en
rescate por una multitud. Aleluya.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, compañado
eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el
ambón dice:
El Señor esté con vosotros.
Il Signore sia con voi
El pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
E con il tuo spirito.
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo
El diácono
(o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti
Evangélii secúndum
Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su
frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi, Dómine.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
R: / Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN
LÉCTIO
SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM
DAL
VANGELO SECONDO
Mc 10, 35-45
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le
dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir». Él les
respondió: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» Ellos le dijeron: «Concédenos
sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu
gloria». Jesús les dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que Yo
beberé y recibir el bautismo que Yo recibiré?» «Podemos», le respondieron.
Entonces Jesús agregó: «Ustedes beberán el cáliz que Yo beberé y recibirán el mismo
bautismo que Yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca
a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados».
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra
ellos. Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que aquéllos a quienes se
considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al
contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que
quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del
hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por
una multitud».
S: Palabra del Señor .Te alabamos SeñorVerbum Domini. Laus tibi, Christe
Parola del Signore. Lode a te, o Cristo.
Homilía
OMELIA
PROFESSIO FIDEI
PROFESSIONE
DI FEDE
PROFESION
DE FE
Acabada la homilía, si la liturgia
del día lo prescribe, se hace la profesión de fe:
Creo en Dios, Padre
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen,
hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por
obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María
Virgen,
padeció bajo el poder
de Poncio Pilato,
fue crucificado,
muerto y sepultado,
descendió a los
infiernos,
al tercer día
resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la
derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de
venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu
Santo,
la santa Iglesia
católica,
la comunión de los
santos,
el perdón de los
pecados,
la resurrección de la
carne
y la vida eterna.
Amén.
Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem caeli et terrae,
visibilium omnium et invisibilium. Et in unum Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigenitum,
et ex Patre natum ante omnia saecula. Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum
de Deo vero, genitum, non factum, consubstantialem Patri: per quem omnia facta
sunt. Qui propter nos homines et propter nostram salutem descendit de caelis.
Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et homo factus est.
Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato; passus et sepultus est, et
resurrexit tertia die, secundum Scripturas, et ascendit in caelum, sedet ad
dexteram Patris. Et iterum venturus est cum gloria, iudicare vivos et mortuos,
cuius regni non erit finis. Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem:
qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul adoratur et
conglorificatur: qui locutus est per prophetas. Et unam,
sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam. Confiteor unum baptisma in
remissionem peccatorum. Et
expecto resurrectionem mortuorum et vitam venturi saeculi.
Credo in un solo Dio,
Padre onnipotente, creatore del cielo e
della terra,
di tutte le cose visibili e invisibili.
Credo in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito Figlio di Dio, nato dal Padre
prima di tutti i secoli.
Dio da Dio, Luce da Luce, Dio vero da
Dio vero;
generato, non creato; della stessa sostanza
del Padre;
per mezzo di lui tutte le cose sono
state create.
Per noi uomini e per la nostra salvezza
discese dal cielo;
e per opera dello Spirito Santo
si é incarnato nel seno della Vergine Maria e si é fatto uomo.
Fu crocifisso per noi sotto Ponzio
Pilato, morì e fu sepolto.
Il terzo giorno é risuscitato, secondo le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra del
Padre.
E di nuovo verrà, nella gloria, per giudicare i vivi e
i morti,
e il suo regno non avrà fine.
Credo nello Spirito Santo, che é Signore e da la vita,
e procede dal Padre e dal Figlio
e con il Padre e il Figlio é adorato e glorificato
e ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo la Chiesa, una, santa,
cattolica e apostolica.
Professo un solo battesimo per il
perdono dei peccati.
Aspetto la risurrezione dei morti e la
vita del mondo che verrà.
Amen.
Después se hace la
plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente
forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita
a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son
propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona
idónea.
El pueblo manifiesta
su participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de
intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las
necesidades de la Iglesia;
b) por los
gobernantes y por la salvación del mundo entero;
e) por aquellos que
se encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad
local.
Conclusión
El sacerdote termina
la plegaria común con una oración conclusiva
Deinde fit oratio
universalis, seu oratio fidelium.
ORATIO FIDELIUM
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA DEI FEDELI
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCHARISTICA
LITURGIA EUCARISTICA
Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros
colocan en el altar el corporal, el purificador, el cáliz y el misal; mientras
tanto puede ejecutarse un canto adecuado.
Conviene que los
fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el
vino para la celebración de la eucaristía, bien aportando otros dones para las
necesidades de la Iglesia
o de los pobres.
El sacerdote se acerca al altar,
toma la patena con el pan y, manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice
en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios
del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que
recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Benedíctus es, Dómine, Deus univérsi, quia
de tua largitáte accépimus panem, quem tibi offérimus, fructum terræ et óperis mánuum
hóminum: ex quo nobis fi et panis vitæ.
Benedetto sei tu, Signore, Dio
dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo pane, frutto della terra
e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te, perché diventi per noi cibo di
vita eterna.
Después deja la
patena con el pan sobre el corporal.
Si no se canta
durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta
estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor
Benedíctus Deus in sæ´cula.
Benedetto nei secoli il
Signore.
El diácono, o el sacerdote, echa
vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:
El agua unida al vino sea signo de nuestra
participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición
humana.
Después el sacerdote toma el cáliz
y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios
del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que
recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros
bebida de salvación.
Benedíctus
es, Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus vinum, quod tibi offérimus,
fructum vitis et ópe ris mánuum hóminum,
ex quo nobis fi et potus spiritális.
Benedetto sei tu, Signore, Dio dell’universo:
dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo vino frutto della vite e del lavoro
dell’uomo; lo presentiamo a te,perché diventi per noi bevandadi salvezz
Después deja el
cáliz sobre el corporal.
Si no se canta durante la presentación de las
ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el
pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre,
Señor.
A continuación,
el sacerdote, inclinado, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro
corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro
sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Y, si se juzga
oportuno, inciensa las ofrendas y el altar. A continuación el diácono o un
ministro inciensa al sacerdote y al pueblo.
Luego el
sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:
Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.Lava
me, Domine, ab iniquitate mea, et a peccato meo munda me.
Después, de pie
en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos,
dice una de las siguientes fórmulas:Orad,
hermanos,
para que este sacrificio, mío y
vuestro,
sea agradable a Dios, Padre
todopoderoso.
Orate,
fratres, ut meum ac vestrum sacrificium acceptabile fiat apud Deum Patrem
omnipotentem!
Oráte,
fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fi at apud Deum Patrem
omnipoténtem.
Pregate,
fratelli, perché il mio e vostro sacrifi cio sia gradito a Dio, Padre
onnipotent
O bien:
En el
momento de ofrecer
el
sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a
Dios, Padre todopoderoso
O bien:
Orad,
hermanos,
para que,
llevando al altar
los gozos y
las fatigas de cada día,
nos
dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a
Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo
responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para
alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Suscípiat
Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et glóriam nóminis sui, ad
utilitátem
quoque nostram totiúsque Ecclésiæ suæ
sanctæ.
Il Signore riceva dalle tue mani questo sacrifi cio a lode e gloria del
suo nome, per il bene
nostro e di tutta la sua santa Chiesa.
Luego el sacerdote, con las manos
extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oratio
SUPER OBLATA (nos ponemos de pie)
l’ORAZIONE SULLE OFFERTE.
Te ofrecemos, Señor, estos dones,
con un corazón libre y generoso, para que tu gracia nos purifique por estos
misterios que ahora celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor
Tríbue nos, Dómine, quæsumus, donis tuis líbera mente servíre, ut, tua
purificánte nos grátia, iísdem quibus famulámur mystériis emundémur. Per
Christum..
Donaci, o Padre, di
accostarci degnamente al tuo altare perché il mistero che ci unisce al tuo
Figlio sia per noi principio di vita nuova. Per Cristo nostro Signore.
Súper Oblata
La
oración sobre las ofrendas termina siempre con la conclusión breve.
Si
la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Si
la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina
por los siglos de los
siglos.
Si
la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas
por los siglos de los
siglos.
El
pueblo aclama:
Amén.
Prex Eucharistica
PLEGARIA EUCARISTICA
PREGHIERA EUCARISTICA
En las plegarias eucarísticas se pueden nombrar
junto al Obispo diocesano a los Obispos coadjutores o auxiliares y al Obispo
que eventualmente preside una concelebración. Si el celebrante es Obispo,
siempre se nombra a si mismo; el Obispo diocesano se nombra después del Papa;
los otros Obispos se nombran a sí mismos después del Obispo diocesano.
En la plegaria
eucarística primera o Canon romano pueden omitirse aquellas partes que están
incluidas dentro de corchetes.
PREFACIO PRÆFATIO
El sacerdote comienza la plegaria eucarística
con el prefacio. Con las manos extendidas dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
El sacerdote, elevando las manos, prosigue:
Levantemos el corazón.
Sursum corda.
El pueblo responde:
Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
Habémus ad Dóminum.
El sacerdote, con las manos extendidas, añade:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Grátias agámus Dómino Deo
nostro.
El pueblo responde:
Es justo y necesario.
Dignum et iustum est.
El sacerdote prosigue el prefacio con las manos
extendidas.
Al final del prefacio junta las manos y, en
unión del pueblo,
PREFACIO – Præfatio- Prefazio
Dominus vobiscum.
Et cum spiritu tuo.
Sursum corda.
Habemus ad Dominum.
Gratias agamus Domino Deo nostro.
Dignum
et iustum est.
concluye el prefacio, cantando o
diciendo en voz alta:
Sanctus, sanctus, sanctus
Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui venit in nomine
Domini. Hosanna in excelsis.
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna
en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna
en el cielo.
Santo,
Santo, Santo il Signore
Dio
dell’universo. I cieli e
la
terra sono pieni della tua
gloria.
Osanna nell’alto dei
cieli.
Benedetto colui che viene
nel
nome del Signore. Osanna
nell’alto dei cieli
Ahora se
elige alguna de las Plegarias Eucarísticas
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
31. El sacerdote, con las manos
extendidas, dice:
Santo eres en verdad,
Padre,
y con razón te alaban
todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu
Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del
Espíritu Santo,
das vida y santificas
todo,
y congregas a tu pueblo
sin cesar,
para que ofrezca en tu
honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol
hasta el ocaso.
32. Junta las manos y,
manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te
suplicamos
que santifiques por el
mismo Espíritu
estos dones que hemos
separado para ti,
Junta las manos y traza el
signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor
nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar
estos misterios.
33. En las fórmulas que siguen,
las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad,
como lo requiere la
naturaleza de éstas.
Porque él mismo, la noche
en que iba a ser entregado,
Toma el pan y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias
te bendijo, lo partió
y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros.
Muestra el pan consagrado
al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
34. Después prosigue:
Del mismo modo, acabada
la cena,
Toma el cáliz y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz
de mi Sangre,
Sangre de la alianza
nueva y eterna,
que será derramada por
vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los
pecados.
Haced esto en
conmemoración mía.
Muestra el cáliz al pueblo,
lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
35. Luego dice una de las
siguientes fórmulas:
1 Éste es el Sacramento de
nuestra fe.
O bien:
Éste es el Misterio de la
fe.
Y el pueblo prosigue,
aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
2 Aclamad el Misterio de la
redención:
Y el pueblo prosigue,
aclamando:
Cada vez que comemos de
este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
3 Cristo se entregó por
nosotros.
Y el pueblo prosigue,
aclamando:
Por tu cruz y
resurrección
nos has salvado, Señor.
36. Después el sacerdote, con
las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el
memorial
de la pasión salvadora de
tu Hijo,
de su admirable
resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su
venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta
acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la
ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ellaa la victima
por cuya inmolación
quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos
con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo
y llenos de su Espíritu
Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu
heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los
mártires,
[san N.: santo del día o
patrono]
y todos los santos, por
cuya intercesión
confiamos obtener siempre
tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que
esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la
salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la
caridad
a tu Iglesia, peregrina
en la tierra:
a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N.,
Puede hacerse también
mención de los Obispos coadjutores o auxiliares y, en las concelebraciones, del
Obispo que preside la celebración.
El Obispo, cuando celebra
en su diócesis, dice:
a mí, indigno siervo
tuyo,
Cuando celebra un Obispo
que no es el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de
N.,
a mí, indigno siervo
tuyo,
al orden episcopal, a los
presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo
redimido por ti.
Atiende los deseos y
súplicas de esta familia
que has congregado en tu
presencia.
Reúne en torno a ti,
Padre misericordioso,
a todos tus hijos
dispersos por el mundo.
† A nuestros hermanos
difuntos
y a cuantos murieron en
tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar
todos juntos
de la plenitud eterna de
tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor
nuestro,
por quien concedes al
mundo todos los bienes. †
37. Toma la patena, con el pan
consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en
él,
a ti, Dios Padre
omnipotente,
en la unidad del Espíritu
Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
RITO DE COMUNION
RITUS COMMUNIONIS
RITI DI COMUNIONE
Una vez que ha dejado el
cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación
del Salvador
y siguiendo su divina
enseñanza, nos atrevemos a decir:
Præcéptis
salutáribus móniti, et
divína
institutióne formáti, audémus
dícere:
Obbedienti
alla parola del Salvatore
e
formati al suo divino
insegnamento,
osiamo dire:
O bien:
Llenos de alegría por ser
hijos de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos
enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido
derramado
en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que
se nos ha dado;
digamos con fe y
esperanza:
O bien:
Antes de participar en el
banquete de la
Eucaristía,
signo de reconciliación
y vinculo de unión
fraterna,
oremos juntos como el
Señor nos ha enseñado:
Extiende las manos y, junto
con el pueblo, continúa:
Padrenuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu
Nombre;
venga a nosotros tu
reino;
hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de
cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros
perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la
tentación,
y líbranos del mal.
Pater noster, qui es in caelis:
sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum;
fiat volúntas tua, sicut in caelo,
et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie;
et dimítte nobis débita nostra,
sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentatiónem;
sed líbera nos a malo.
Padre nostro, che sei nei cieli,
sia santificato il tuo nome,
venga il tuo regno, sia fatta la tua volontà,
come in cielo così in terra.
Dacci oggi il nostro pane quotidiano,
e rimetti a noi i nostri debiti
come noi li rimettiamo ai nostri debitori,
e non ci indurre in tentazione, ma liberaci dal male.
.
El sacerdote, con las manos
extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males,
Señor,
y concédenos la paz en
nuestros días,
para que, ayudados por tu
misericordia,
vivamos siempre libre de
pecado
y protegidos de toda
perturbación,
mientras esperamos la
gloriosa venida
de nuestro Salvador
Jesucristo.
Líbera
nos, quæ´sumus, Dómine,
ab
ómnibus malis, da propítius
pacem
in diébus nostris, ut, ope
misericórdiæ
tuæ adiúti, et a peccáto
simus
semper líberi et ab
omni
perturbatióne secúri: exspectántes
beátam
spem et advéntum
Salvatóris
nostri Iesu Christi
Liberaci, o Signore, da tutti i mali,
concedi la pace ai nostri giorni;
e con l'aiuto della tua misericordia,
vivremo sempre liberi dal peccato e sicuri da ogni
turbamento,nell'attesa che si compia la beata speranza, e venga il nostro
Salvatore Gesù Cristo.
Tuo é il regno, tua la potenza
e la gloria nei secoli
Junta las manos.
El pueblo concluye la
oración, aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por
siempre, Señor.
Quia tuum est regnum, et
potéstas, et glória in sæ´cula.
Después el sacerdote, con
las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que
dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi
paz os doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Dómine
Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do
vobis:
ne respícias peccáta nostra, sed fi dem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum
voluntátem
tuam
pacifi cáre et coadunáre dignéris. Qui vivis et regnas in sæ´cula sæculórum.
Signore
Gesù Cristo, che hai detto ai tuoi apostoli: “Vi lascio la pace, vi do la mia
pace”,
non
guardare ai nostri peccati, ma alla fede della tua Chiesa, e donale unità e
pace secondo la tua volontà.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los
siglos.
Qui
vivis et regnas in
sæ´cula
sæculórum
Tu
che vivi e regni
nei
secoli dei secoli.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo y
juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté
siempre con vosotros.
Pax
Dómini sit semper vobíscum.
La
pace del Signore sia sempre con voi.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et
cum spíritu tuo.
E
con il tuo spirito.
Luego, si se juzga
oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Daos fraternalmente la
paz.
O bien:
Como hijos de Dios,
intercambiad ahora
un signo de comunión
fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha
hecho hermanos con su
cruz,
daos la paz como signo de
reconciliación.
O bien:
En el Espíritu de Cristo
resucitado,
daos fraternalmente la
paz.
Y todos, según la costumbre
del lugar, se dan la paz. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan
consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el
cáliz, diciendo en secreto:
El
Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo,
unidos
en este cáliz,
sean
para nosotros
alimento
de vida eterna.
Mientras tanto se canta o
se dice:
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata
mundi: dona nobis pacem
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, dona a noi la pace.
Si la fracción del pan se
prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se
dice: danos la paz.
A continuación el
sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor
Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que
por voluntad del Padre,
cooperando
el Espíritu Santo,
diste
con tu muerte la vida al mundo,
líbrame,
por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de
todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme
cumplir siempre tus mandamientos
y
jamás permitas que me separe de ti.
O bien:
Señor
Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no
sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino
que, por tu piedad,
me
aproveche para defensa de alma y cuerpo
y
como remedio saludable.
El sacerdote hace
genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la
patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de
Dios,
que quita el pecado del
mundo.
Dichosos los invitados a
la cena del Señor.
Ecce
Agnus Dei, ecce qui tollit
peccáta
mundi. Beáti qui ad cenam
Agni
vocáti sunt.
Beati
gli invitati alla Cena del
Signore.
Ecco l’Agnello di Dio,
che
toglie i peccati del mondo.
Y, juntamente con el
pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
Dómine, non sum dignus ut
intres sub tectum meum: sed
tantum
dic verbo, et sanábitur
ánima
mea.
O
Signore, non sono degno
di
partecipare alla tua mensa:
ma
di’ soltanto una parola e io
sarò
salvato.
El sacerdote dice en
secreto:
El
Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el
Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y
dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Después toma la patena o la
píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un
poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar
responde:
Amén.
Y comulga.
El diácono y los ministros
que distribuyen la
Eucaristía observan los mismos ritos.
Si se comulga bajo las dos
especies, se observa el rito descrito en su lugar. (Instr. Gen. n. 240-252).
Cuando el sacerdote comulga
el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
Acabada la comunión, el
diácono, el acólito, o el mismo sacerdote, purifica la patena sobre el cáliz y
también el mismo cáliz, a no ser que se prefiera purificarlo en la credencia
después de la misa.
Si el sacerdote hace la
purificación, dice en secreto:
Haz,
Señor,
que
recibamos con un corazón limpio
el
alimento que acabamos de tomar,
y que
el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.
Después el sacerdote puede
ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio
o cantar un salmo o cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o
en el altar, el sacerdote dice:
Oremos.
Y todos, junto con el
sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio
ya se haya hecho antes.
Después el sacerdote, con
las manos extendidas, dice la oración después de la comunióñ.
POSTCOMMUNIO
ORACION DESPUES DE LA
COMUNION
ORAZIONE DOPO LA COMUNIONE
ORATIO POST COMMUNIONEM
Oremus
Padre,
humildemente te pedimos que así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos
hagas partícipes de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Maiestátem tuam, Dómine, supplíciter deprecámur, ut, sicut nos Córporis et Sánguinis sacrosáncti pascis aliménto, ita divínæ natúræ fácias esse consórtes. Per Christum..
Padre santo e misericordioso, che ci hai nutriti
con il corpo e sangue del tuo Figlio, per questa partecipazione al suo
sacrificio donaci di comunicare alla sua stessa vita. Egli vive e regna nei
secoli dei secoli.
La oración después de la
comunión termina con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al
Padre:
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Si la oración se dirige al
Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al
Hijo:
Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
BENDICIONES SOLEMNES
Inclinaos
para recibir la bendición.
Luego, el
sacerdote, extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición.
Todos responden: Amen.
RITUS CONCLUSIONIS
RITO DE
CONCLUSION
En este momento
se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias
al pueblo.
Después tiene
lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
Il Signore sia con voi.
El pueblo
responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.
El sacerdote
bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Benedícat vos omnípotens Deus,Pater, et
Fílius, ✠ et Spíritus Sanc tus.
Vi benedica Dio onnipotente, Padre e Figlio
✠ e
Spirito Santo.
El pueblo
responde:
Amén.
POSTCOMMUNIO
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
DOPO LA COMUNIONE
Oremus
Padre, humildemente te pedimos que así como nos
alimentas con el Cuerpo y la
Sangre de tu Hijo, nos hagas partícipes de la naturaleza
divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Maiestátem tuam, Dómine, supplíciter deprecámur, ut, sicut nos Córporis et Sánguinis sacrosáncti pascis aliménto, ita divínæ natúræ fácias esse consórtes. Per Christum..
Padre santo e misericordioso, che ci hai nutriti con il corpo e sangue
del tuo Figlio, per questa partecipazione al suo sacrificio donaci di
comunicare alla sua stessa vita. Egli vive e regna nei secoli dei secoli.
La oración después de la
comunión termina con la conclusión breve.
Si la oración se dirige al
Padre:
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
Si la oración se dirige al
Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al
Hijo:
Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Oratio Super Populum
BENDICIONES SOLEMNES
Inclinaos para recibir
la bendición.
Luego, el sacerdote,
extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición.
Todos responden: Amen.
RITUS
CONCLUSIONIS
RITO DE CONCLUSION
En
este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o
advertencias al pueblo.
Después
tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y
dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
El
pueblo responde:
Y con tu
espíritu.
Et cum spíritu tuo.
El
sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Benedícat vos omnípotens Deus,
Pater, et Fílius, ✠ et Spíritus
Sanc tus.
El
pueblo responde:
Amén.
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