Él, que no tenía donde reclinar su cabeza, fue condenado a morir en una cruz. Este es el Rey que celebramos.
Sin duda, esto puede parecernos desconcertante. Aún hoy, como hace 2000 años, acostumbrados a ver los signos de la realeza en el éxito, la potencia, el dinero o el poder, tenemos dificultades para aceptar un rey así, un rey que se hace servidor de los más pequeños, de los más humildes, un rey cuyo trono es la cruz. Sin embargo, dicen las Sagradas Escrituras, así es como se manifiesta la gloria de Cristo; en la humildad de su existencia terrena es donde se encuentra su poder para juzgar al mundo.
Para él, reinar es servir. Y lo que nos pide es seguir por este camino para servir, para estar atentos al clamor del pobre, el débil, el marginado. El bautizado sabe que su decisión de seguir a Cristo puede llevarle a grandes sacrificios, incluso el de la propia vida. Pero, como nos recuerda san Pablo, Cristo ha vencido a la muerte y nos lleva consigo en su resurrección. Nos introduce en un mundo nuevo, un mundo de libertad y felicidad. También hoy son tantas las ataduras con el mundo viejo, tantos los miedos que nos tienen prisioneros y nos impiden vivir libres y dichosos. Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo.
Nuestra fe en Él, que vence nuestros miedos, nuestras miserias, nos da acceso a un mundo nuevo, un mundo donde la justicia y la verdad no son una parodia, un mundo de libertad interior y de paz con nosotros mismos, con los otros y con Dios. Este es el don que Dios nos ha dado en nuestro bautismo.
(HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI.Estadio de la Amistad, Cotonú Domingo 20 de noviembre de 2011)
CONCLUYENDO EL AÑO LITÚRGICO CON JESUCRISTO SEÑOR NUESTRO REY DEL UNIVERSO
DOMINI NOSTRI IESU CHRISTI UNIVERSORUM REGIS
El misal de san Pio V adoptó la terminología de Domingos de Epifanía (entre 3 y 6 domingos) y “después de Pentecostés” (24 domingos)
El misal de Pablo VI los designa como “Domingos ordinario y los enumera de modo continuo (I al XXXIV)
VI. El tiempo ordinario
43. Además de los tiempos que
tienen un carácter propio, quedan 33 o 34 semanas en el curso del año, en las
cuales no se celebra algún aspecto peculiar
del misterio de Cristo; sino más bien se recuerda el mismo misterio de Cristo
en su plenitud, principalmente los domingos. Este periodo de tiempo recibe el nombre de tiempo
ordinario.
44. El tiempo ordinario comienza
el lunes que sigue al domingo posterior al 6 de enero y se extiende hasta el
martes antes de Cuaresma inclusive: de nuevo comienza el lunes después del
domingo de Pentecostés y termina antes de las primeras Vísperas del domingo 1
de Adviento.
Por esto se emplean una serie de
formularios que para los domingos y ferias de este tiempo se encuentran tanto
en el Misal como en la Liturgia de las Horas.
(LAS
NORMAS UNIVERSALES SOBRE EL AÑO LITÚRGICO Y EL NUEVO CALENDARIO ROMANO GENERALSABADO 1 DE DICIEMBRE ANTES DE LAS PRIMERAS VÍSPERAS, CONCLUYE EL TIEMPO ORDINARIO Y EL AÑO LITÚRGICO
SÁBADO 1 DE DICIEMBRE DESPUÉS DE LAS PRIMERAS VÍSPERA, COMIENZA ADVIENTO Y UN NUEVO AÑO LITÚRGICO:
CICLO C AÑO IMPAR
EVANGELIO
DE LUCAS
El día litúrgico comienza a
medianoche y se extiende hasta la medianoche siguiente. Pero la celebración del
domingo y las solemnidades comienza ya en la tarde del día precedente
CRISTO
REY
Introducida
por Pio XI en 1925, con ocasión del aniversario del primer concilio de Nicea.
Pio
XI expone en la encíclica QUAS PRIMAS la finalidad pedagógica-espiritual que le movía afirmar la soberanía de
Jesucristo sobre los hombres y las instrucciones frente al avance del ateísmo y
de la secularización en la sociedad
LA EUCOLOGIA
La Eucologia recoge
sustancialmente los textos del misal anterior, aunque la colecta ha sido
reorientada:
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que
quisiste fundar todas las
cosas en tu Hijo muy amado, Rey
del universo, haz que
toda criatura, liberada de la
esclavitud, sirva a tu
majestad y te alabe
eternamente. Por nuestro Señor
Jesucristo...
El leccionario
Toma las dos
lecturas del Misal precedente(Col
1,12,20 y Jn 18,33-27) y añade
otras siete, agrupadas en tres ciclos.
El primero presenta Cristo como
Pastor y, al mismo
tiempo, Juez supremo de todos
los hombres.
El ciclo b desarrolla el título
mesiánico de Rey.
Y el ciclo C contempla el poder
regio de Cristo,
quien a pesar de su abajamiento
y humildad lleva a
todos los hombres a la gloria
del paraíso.
En tu mano tienes el cetro,144
dominas sobre ciudades y campos;
tierra y cielo son tu tienda,
eres el Rey del universo.
(P.José Kentenich.Hacia el Padre)
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