ORDO MISSA DOMINGO DOMINGO 31
DURANTE EL AÑO. VERDE. 04 de noviembre 2012
RITOS INICIALES RITUS INITIALES
RITI DI INTRODUZIONE
INTROITUS
ANTÍFONA DE ENTRADA ANTIFONA D’INGRESSO
Sal 37, 22-23
Señor, no me abandones, Dios mío, no te quedes lejos de
mí; apresúrate a venir en mi ayuda, mi Señor, mi Salvador
Ne derelínquas me, Dómine Deus
meus,
ne discédas a me; inténde in
adiutórium meum,
Dómine, virtus salútis meæ.
Non abbandonarmi, Signore mio Dio,
da me non star lontano;
vieni presto in mio aiuto,
Signore, mia salvezza.
Cuando llega al altar, el sacerdote con los ministros hace la debida reverencia, besa el altar y, si se juzga oportuno, lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
In nomine
Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Amen.
Nel
nome del Padre del Figlio e dello Spirito Santo.
Amen.
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al
pueblo con una de las fórmulas siguientes:
SALUDO
SALUTATIO
SALUTO DEL CELEBRANTE
El Señor
esté con vosotros
Dominus
vobiscum.
Il
Signore sia con voi.
Respuesta
Y con tu espíritu.
Et cum spiritu tuo.
E con il tuo spirito.
ACTO PENITENCIAL
Actus Pænitentialis
ATTO PENITENZIALE
Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.
Christe, eleison.
Christe, eleison.
Kyrie, eleison.
Kyrie, eleison.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad
Signore,
pietà.
Signore, pietà.
Cristo,
pietà.
Cristo, pietà.
Signore,
pietà.
Signore, pietà.
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo
atiende nuestra súplica
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Glória in excélsis Deo
et in terra pax homínibus bonae voluntátis.
Laudámus te,
benedícimus te,
adorámus te,
glorificámus te,
grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam,
Dómine Deus, Rex caeléstis,
Deus Pater omnípotens.
Dómine Fili unigénite, Iesu Christe,
Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris,
qui tollis peccáta mundi, miserére nobis;
qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram.
Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis.
Quóniam tu solus Sanctus, tu solus Dóminus,
tu solus Altíssimus,
Iesu Christe, cum Sancto Spíritu: in glória Dei Patris.
Amen.
GLORIA A DIO
Gloria a Dio nell'alto dei cieli
e pace in terra agli uomini di buona volontà.
Noi ti lodiamo, ti benediciamo,
ti adoriamo, ti glorifichiamo,
ti rendiamo grazie per la tua gloria immensa,
Signore Dio, Re del cielo, Dio Padre onnipotente.
Signore, Figlio unigenito, Gesù Cristo,
Signore Dio, Agnello di Dio, Figlio del Padre;
tu che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi;
tu che togli i peccati del mondo, accogli la nostra
supplica;
tu che siedi alla destra del Padre, abbi pietà di noi.
Perché tu solo il Santo, tu solo il Signore, tu solo
l'Altissimo:
Gesù Cristo, con lo Spirito Santo
nella gloria di Dio Padre.
Amen.
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos
juntas dice:
Oremos.
Preghiamo
Y todos junto con el sacerdote rezan en silencio
durante unos instantes. Luego el sacerdote con las manos extendidas pronuncia
la oración colecta. Cuando ésta finaliza el pueblo aclama: Amen
ORACIÓN COLECTA
ORATIO COLLECTA
COLLETTA
S: Oremus
Dios omnipotente y
lleno de misericordia, que concedes a tus fieles celebrar dignamente esta
liturgia de alabanza; te pedimos que nos ayudes a caminar sin tropiezos hacia
los bienes prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Omnípotens et miséricors Deus, de cuius múnere venit, ut tibi a
fidélibus tuis digne et laudabíliter serviátur, tríbue, quæsumus, nobis, ut ad
promissiónes tuas sine offensióne currámus. Per Dóminum.
Dio onnipotente e misericordioso,
tu solo puoi dare ai tuoi fedeli il dono di servirti in modo lodevole e degno;
fa' che camminiamo senza ostacoli verso i beni da te
promessi. Per il nostro Signore Gesù Cristo, tuo Figlio, che è Dio ...
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA VERBI
LITURGIA DELLA PAROLA
El lector va al ambón y lee la primera lectura,
que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector
dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
El salmista o el cantor entona la antífona del
salmo, y el pueblo la repite y la intercala entre las estrofas.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como
la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector
dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el canto del Aleluya o, en tiempo de
Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote
lo pone en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de
proclamar el evangelio, en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el
sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja:
Padre, dame tu bendición.
El sacerdote en voz baja dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que
anuncies dignamente su Evangelio; en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
El diácono o el concelebrante se signa y
responde: Amén.
Si el mismo sacerdote debe proclamar el
evangelio, inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso,
para que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón,
acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios;
ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san N.
Mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el
libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor.
El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso,
inciensa el libro.
Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote)
dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si la aclamación es cantada pueden usarse otras
respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad, y tu ley nuestra
libertad.
O bien:
Tu palabra, Señor, es lámpara que alumbra nuestros pasos.
O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro a quien
preside, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo
en secreto las mismas palabras.
Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria
todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.
Acabada la homilía, si la Liturgia del día lo
prescribe, se hace la profesión de fe:
PRIMERA LECTURA, LECTIO PRIMA, PRIMA LECTURA
Deut 6, 1-6
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés habló al pueblo diciendo: Éste es el mandamiento,
y éstos son los preceptos y las leyes que el Señor, su Dios, ordenó que les
enseñara a practicar en el país del que van a tomar posesión, a fin de que
temas al Señor, tu Dios, observando constantemente todos los preceptos y
mandamientos que yo te prescribo, y así tengas una larga vida, lo mismo que tu
hijo y tu nieto. Por eso, escucha, Israel, y empéñate en cumplirlos. Así
gozarás de bienestar y llegarás a ser muy numeroso en la tierra que mana leche
y miel, como el Señor, tu Dios, te lo ha prometido. Escucha, Israel: el Señor,
nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Graba en tu corazón estas palabras
que yo te dicto hoy.
Verbum Dòmini. Deo gratias.Palabra de Dios. Te alabamos, Señor
Parola di Dio. Rendiamo grazie a Dio.
SALMO
RESPONSORIAL.
PSALMUS
RESPONSORIUS
SALMO RESPONSORIALE
Sal 17, 2-4.
47. 51
R. Yo
te amo, Señor, mi fortaleza.
Yo te amo, Señor, mi fuerza, Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi
libertador.
R.
Mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza
salvadora, mi baluarte. Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a
salvo de mis enemigos.
R.
¡Viva el Señor! ¡Bendita
sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación! Él concede grandes
victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido. R.
SEGUNDA
LECTURA, LECTIO SECUNDA, SECONDA LETTURA
Heb 7, 23-28
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: En la antigua
Alianza los sacerdotes tuvieron que ser muchos, porque la muerte les impedía
permanecer; pero Jesús, como permanece para siempre, posee un sacerdocio
inmutable. De ahí que Él puede salvar en forma definitiva a los que se acercan
a Dios por su intermedio, ya que vive eternamente para interceder por ellos.
Él es el Sumo Sacerdote que necesitábamos: santo, inocente, sin mancha,
separado de los pecadores y elevado por encima del cielo. Él no tiene
necesidad, como los otros sumos sacerdotes, de ofrecer sacrificios cada día,
primero por sus pecados, y después por los del pueblo. Esto lo hizo de una vez
para siempre, ofreciéndose a sí mismo. La Ley, en efecto, establece como sumos sacerdotes
a hombres débiles; en cambio, la palabra del juramento −que es posterior a la Ley− establece a un Hijo que
llegó a ser perfecto para siempre.
Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor
Verbum Dòmini. Deo
gratias
Parola di Dio Rendiamo grazie a Dio.
ACLAMACIÓN
Jn 14, 23
Aleluya. «El que me ama,
será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él», dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO
Evangelium
VANGELO
Después el diácono (o
el sacerdote) va al ambón, compañado eventualmente por los ministros que llevan
el incienso y los cirios; ya en el ambón dice:
El Señor esté con vosotros.
Il Signore sia con voi
El pueblo responde:
R: / Y con tu espíritu.
E con il tuo spirito.
Dóminus vobíscum
Et cum spíritu tuo
El diácono (o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N.
Léctio sancti Evangélii secúndum
Y mientras tanto hace
la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.
El pueblo aclama:
R: / Gloria a ti, Señor. Glória tibi, Dómine.
El diácono (o el
sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro.
Luego proclama el
evangelio.
Acabado el evangelio
el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
R: / Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN
LÉCTIO SANCTI EVANGÉLII SECÚNDUM
DAL VANGELO SECONDO
EVANGELIO Mc 12, 28-34
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Un escriba se
acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?» Jesús
respondió: «El primero es: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el
único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu
alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas". El segundo es:
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay otro mandamiento más
grande que éstos». El escriba le dijo: «Muy bien, Maestro, tienes razón al
decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el
corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios».
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: «Tú no estás
lejos del Reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.S: Palabra del Señor .
Te alabamos Señor
Verbum Domini. Laus tibi, Christe
Parola del Signore.
Lode a te, o Cristo.
PROFESSIO FIDEI
PROFESSIONE DI FEDE
PROFESION DE FE
Acabada la homilía, si la liturgia del día lo prescribe, se hace la
profesión de fe:
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y
de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se
inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem caeli et
terrae, visibilium omnium et invisibilium. Et in unum Dominum Iesum Christum,
Filium Dei unigenitum, et ex Patre natum ante omnia saecula. Deum de Deo, lumen
de lumine, Deum verum de Deo vero, genitum, non factum, consubstantialem Patri:
per quem omnia facta sunt. Qui propter nos homines et propter nostram salutem
descendit de caelis. Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine, et
homo factus est. Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato; passus et
sepultus est, et resurrexit tertia die, secundum Scripturas, et ascendit in
caelum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus est cum gloria, iudicare
vivos et mortuos, cuius regni non erit finis. Et in Spiritum Sanctum, Dominum
et vivificantem: qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul
adoratur et conglorificatur: qui locutus est per prophetas. Et unam, sanctam, catholicam et apostolicam Ecclesiam. Confiteor unum
baptisma in remissionem peccatorum. Et expecto resurrectionem mortuorum et vitam venturi
saeculi.
Credo in un solo Dio,
Padre onnipotente, creatore del cielo e della
terra,
di tutte le cose visibili e invisibili.
Credo in un solo Signore, Gesù Cristo,
unigenito Figlio di Dio, nato dal Padre prima di
tutti i secoli.
Dio da Dio, Luce da Luce, Dio vero da Dio vero;
generato, non creato; della stessa sostanza del
Padre;
per mezzo di lui tutte le cose sono state create.
Per noi uomini e per la nostra salvezza discese dal
cielo;
e per opera dello Spirito Santo
si é incarnato nel seno della Vergine Maria e si é fatto uomo.
Fu crocifisso per noi sotto Ponzio Pilato, morì e fu sepolto.
Il terzo giorno é risuscitato, secondo le Scritture;
é salito al cielo, siede alla destra del Padre.
E di nuovo verrà, nella gloria, per giudicare i vivi e i morti,
e il suo regno non avrà fine.
Credo nello Spirito Santo, che é Signore e da la vita,
e procede dal Padre e dal Figlio
e con il Padre e il Figlio é adorato e glorificato
e ha parlato per mezzo dei profeti.
Credo la
Chiesa, una, santa, cattolica e apostolica.
Professo un solo battesimo per il perdono dei
peccati.
Aspetto la risurrezione dei morti e la vita del
mondo che verrà.
Amen.
Después se hace la plegaria
universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
lnvitatorio
El sacerdote invita a los fieles a
orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por
un diácono o, en su defecto, por un lector o por otra persona idónea.
El pueblo manifiesta su
participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones
ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia;
b) por los gobernantes y por la
salvación del mundo entero;
e) por aquellos que se encuentran
en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El sacerdote termina la plegaria
común con una oración conclusiva
Deinde fit oratio universalis, seu oratio fidelium.
ORATIO FIDELIUM
ORACIONES DE LOS FIELES
PREGHIERA DEI FEDELI
LITURGIA EUCARÍSTICA
LITURGIA EUCHARISTICA
LITURGIA EUCARISTICA
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Benedíctus es,
Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus panem, quem tibi offérimus, fructum terræ et óperis
mánuum hóminum: ex quo nobis fi et panis vitæ.
Benedetto sei tu,
Signore, Dio dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo pane,
frutto della terra e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te, perché diventi
per noi cibo di
vita eterna.
Después deja la patena con
el pan sobre el corporal.Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor
Benedíctus Deus in sæ´cula.
Benedetto nei secoli il Signore.
El diácono, o el sacerdote, echa vino y un poco
de agua en el cáliz, diciendo en secreto: El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana.
Después el sacerdote toma el cáliz y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
Benedíctus es, Dómine, Deus univérsi, quia de tua largitáte accépimus vinum, quod tibi offérimus, fructum vitis et ópe ris
mánuum hóminum, ex quo nobis fi et potus spiritális.
Benedetto sei tu,
Signore, Dio dell’universo: dalla tua bontà abbiamo ricevuto questo vino frutto
della vite e del lavoro dell’uomo; lo presentiamo a te,perché diventi per noi
bevandadi salvezz
Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor.
A continuación, el sacerdote, inclinado, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que
éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Y, si se juzga oportuno, inciensa
las ofrendas y el altar. A continuación el diácono o un ministro inciensa al
sacerdote y al pueblo.Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:
Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.Lava me, Domine, ab iniquitate mea, et a peccato meo munda me.
Después, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice una de las siguientes fórmulas:Orad, hermanos,para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Orate, fratres, ut meum ac vestrum sacrificium acceptabile fiat apud Deum
Patrem omnipotentem!
Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile
fi at apud Deum Patrem omnipoténtem.
Pregate, fratelli,
perché il mio e vostro sacrifi cio sia gradito a Dio, Padre onnipotent
O bien:
En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, Padre todopoderoso
O bien:
Orad, hermanos,
para que, llevando al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el
sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su
nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et
glóriam nóminis sui, ad utilitátem
quoque nostram
totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
Il Signore
riceva dalle tue mani questo sacrifi cio a lode e gloria del suo nome, per il
bene nostro e di tutta la sua santa Chiesa.Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas.
ORACION SOBRE LAS
OFRENDAS
Oratio SUPER OBLATA (nos ponemos de pie)
l’ORAZIONE SULLE OFFERTE.
Te pedimos, Señor, que este
sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y para nosotros una fuente generosa de
tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fiat hoc sacrifícium, Dómine, oblátio tibi munda, et nobis misericórdiæ
tuæ sancta largítio. Per Christum..
Questo sacrificio che la Chiesa ti offre, Signore,
salga a te come offerta pura e santa, e ottenga a noi la pienezza della tua
misericordia. Per Cristo...
Súper Oblata
La oración sobre las
ofrendas termina siempre con la conclusión breve.Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina
por
los siglos de los siglos.
Tú que vives y reinas
por
los siglos de los siglos.
Amén.
Prex Eucharistica
PLEGARIA EUCARISTICA
PREGHIERA EUCARISTICA
En las plegarias eucarísticas se pueden nombrar junto al
Obispo diocesano a los Obispos coadjutores o auxiliares y al Obispo que
eventualmente preside una concelebración. Si el celebrante es Obispo, siempre
se nombra a si mismo; el Obispo diocesano se nombra después del Papa; los
otros Obispos se nombran a sí mismos después del Obispo diocesano.
En la plegaria eucarística primera o Canon
romano pueden omitirse aquellas partes que están incluidas dentro de
corchetes.
PREFACIO PRÆFATIO
El sacerdote comienza la plegaria eucarística con el
prefacio. Con las manos extendidas dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.Et cum spíritu tuo.
El sacerdote, elevando las manos, prosigue:
Levantemos el corazón.
Sursum corda.
El pueblo responde:
Lo tenemos levantado hacia el Señor.Habémus ad Dóminum.
El sacerdote, con las manos extendidas, añade:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Grátias agámus Dómino Deo nostro.
El pueblo responde:
Es justo y necesario.Dignum et iustum est.
El sacerdote prosigue el prefacio con las manos
extendidas.
Al final del prefacio junta las manos y, en unión del
pueblo,
PREFACIO – Præfatio- Prefazio
Dominus vobiscum.
Et cum spiritu tuo.
Sursum corda.
Habemus ad Dominum.
Gratias agamus Domino Deo nostro.
Dignum et iustum est.
concluye el prefacio, cantando o diciendo en voz alta:
Sanctus, sanctus, sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt
caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis. Benedictus qui
venit in nomine
Domini.
Hosanna in excelsis.
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el
cielo.
Santo, Santo, Santo il
Signore
Dio dell’universo. I cieli e
la terra sono pieni della tua
gloria. Osanna nell’alto dei
cieli. Benedetto colui che viene
nel nome del Signore. Osanna
nell’alto dei
cieliAhora se elige alguna de las Plegarias Eucarísticas
PLEGARIA EUCARÍSTICA III
31. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
32. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas,
dice:
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan
y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y X Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
33. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de
pronunciarse con claridad,
como lo requiere la naturaleza de éstas.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el
altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será
entregado por vosotros.
Muestra el pan
consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo
genuflexión
34. Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el
altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
35. Luego dice una de las siguientes fórmulas:
1 Éste es el Sacramento de nuestra fe.
O bien:
Éste es el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
2 Aclamad el Misterio de la redención:
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.
3 Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Por tu cruz y resurrección
nos has salvado, Señor.
36. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio
vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ellaa la victima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un
solo cuerpo y un solo espíritu.
Que él nos transforme en
ofrenda
permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los mártires,
[san N.: santo del día o patrono]
y todos los santos, por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N.,
Puede hacerse también mención de los Obispos coadjutores
o auxiliares y, en las concelebraciones, del Obispo que preside la celebración.
El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
a mí, indigno siervo tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de N.,
a mí, indigno siervo tuyo,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
† A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes. †
37. Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos
elevados, dice:
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
RITO DE COMUNION
RITUS COMMUNIONIS
RITI DI COMUNIONE
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el
sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a
decir:
Præcéptis salutáribus móniti, et
divína institutióne formáti, audémus
dícere:
Obbedienti alla parola del Salvatore
e formati al suo divino
insegnamento, osiamo dire:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza:
O bien:
Antes de participar en el banquete de la
Eucaristía,
signo de reconciliación
y vinculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padrenuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Pater noster, qui es in caelis:
sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum;
fiat volúntas tua, sicut in caelo,
et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie;
et dimítte nobis débita nostra,
sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentatiónem;
sed líbera nos a malo.
Padre nostro, che sei nei
cieli,
sia santificato il tuo nome,
venga il tuo regno, sia
fatta la tua volontà,
come in cielo così in
terra.
Dacci oggi il nostro pane
quotidiano,
e rimetti a noi i nostri debiti
come noi li rimettiamo ai
nostri debitori,
e non ci indurre in
tentazione, ma liberaci dal male.
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él
solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libre de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Líbera nos, quæ´sumus, Dómine,
ab ómnibus malis, da propítius
pacem in diébus nostris, ut, ope
misericórdiæ tuæ adiúti, et a peccáto
simus semper líberi et ab
omni perturbatióne secúri: exspectántes
beátam spem et advéntum
Salvatóris nostri Iesu Christi
Liberaci, o Signore, da
tutti i mali,
concedi la pace ai
nostri giorni;
e con l'aiuto della tua
misericordia,
vivremo sempre liberi
dal peccato e sicuri da ogni turbamento,nell'attesa che si compia la beata
speranza, e venga il nostro Salvatore Gesù Cristo.
Tuo é il regno, tua la potenza
e la gloria nei secoli
Junta las manos.
El pueblo concluye la oración, aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Quia
tuum est regnum, et potéstas, et glória in sæ´cula.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en
voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
"La paz os dejo, mi paz os doy", no tengas
en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la
unidad.
Dómine Iesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem
relínquo vobis, pacem meam do
vobis: ne respícias peccáta nostra, sed fi dem Ecclésiæ tuæ;
eámque secúndum voluntátem
tuam pacifi cáre et coadunáre dignéris. Qui vivis et regnas
in sæ´cula sæculórum.
Signore Gesù Cristo, che hai detto ai tuoi apostoli: “Vi
lascio la pace, vi do la mia pace”,
non guardare ai nostri peccati, ma alla fede della tua
Chiesa, e donale unità e pace secondo la tua volontà.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Qui vivis et regnas in
sæ´cula sæculórum
Tu che vivi e regni
nei secoli dei secoli.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Pax Dómini sit semper vobíscum.
La pace del Signore sia sempre con voi.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote,
añade:
Daos fraternalmente la paz.
O bien:
Como hijos de Dios, intercambiad ahora
un signo de comunión fraterna.
O bien:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su
cruz,
daos la paz como signo de reconciliación.
O bien:
En el Espíritu de Cristo resucitado,
daos fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz. El
sacerdote da la paz al diácono o al ministro.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la
patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor
Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: dona nobis pacem
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, abbi pietà di noi.
Agnello di Dio, che togli i peccati del mondo, dona a noi la pace.
Si la fracción del pan se prolonga, el canto precedente
puede repetirse varias veces. La última vez se dice: danos la paz.
A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice
en secreto:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu
Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti.
O bien:
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y
de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y
condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa de alma y cuerpo
y como remedio saludable.
El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y,
sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo, diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit
peccáta mundi. Beáti qui ad cenam
Agni vocáti sunt.
Beati gli invitati alla Cena del
Signore. Ecco l’Agnello di Dio,
che toglie i peccati del mondo.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
Dómine, non
sum dignus ut
intres sub
tectum meum: sed
tantum dic verbo, et sanábitur
ánima mea.
O Signore, non sono degno
di partecipare alla tua mensa:
ma di’ soltanto una parola e io
sarò salvato.
El sacerdote dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida
eterna.
Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Después toma la patena o la píxide, se acerca a los que
quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un poco
elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
Amén.
Y comulga.
El diácono y los ministros que distribuyen la Eucaristía observan los
mismos ritos.
Si se comulga bajo las dos especies, se observa el rito
descrito en su lugar. (Instr. Gen. n. 240-252).
Cuando el sacerdote comulga el Cuerpo de Cristo,
comienza el canto de comunión.
Acabada la comunión, el diácono, el acólito, o el mismo
sacerdote, purifica la patena sobre el cáliz y también el mismo cáliz, a no ser
que se prefiera purificarlo en la credencia después de la misa.
Si el sacerdote hace la purificación, dice en secreto:
Haz, Señor,
que recibamos con un corazón limpio
el alimento que acabamos de tomar,
y que el don que nos haces en esta vida nos
aproveche para la eterna.
Después el sacerdote puede ir a la sede. Si se juzga
oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio o cantar un salmo o
cántico de alabanza.
Luego, de pie en la sede o en el altar, el sacerdote
dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio
durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya hecho antes.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la
oración después de la comunióñ.
POSTCOMMUNIO
ORACION DESPUES DE LA
COMUNION
ORAZIONE DOPO LA COMUNIONE
ORATIO
POST COMMUNIONEM
Oremus
Te pedimos, Padre, que crezca en nosotros la acción de tu poder
para que, restaurados con estos sacramentos celestiales, tu gracia nos prepare
a recibir lo que ellos nos prometen. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Augeátur in nobis, quæsumus, Dómine, tuæ virtútis operátio, ut, refécti
cæléstibus sacraméntis, ad eórum promíssa capiénda tuo múnere præparémur. Per
Christum..
Continua
in noi, o Dio, la tua opera di salvezza, perché i sacramenti che ci nutrono in
questa vita ci preparino a ricevere i beni promessi. Per Cristo nostro Signore.
La oración después de la comunión termina con la
conclusión breve.
Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final de la
misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
BENDICIONES SOLEMNES
Inclinaos para recibir la
bendición.
Luego, el sacerdote,
extendidas las manos sobre el pueblo, dice la bendición.
Todos
responden: Amen.
RITO
DE CONCLUSION
En este momento se hacen,
si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al
pueblo.Después tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
Il Signore sia con voi.
El pueblo responde:Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
E con il tuo spirito.
El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Benedícat vos
omnípotens Deus,Pater, et Fílius, ✠ et Spíritus Sanc
tus.
Vi benedica Dio
onnipotente, Padre e Figlio ✠ e Spirito Santo.
El pueblo responde:Amén.
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